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Mensaje final del Ombudsman capitalino, Luis González Placencia, ante la VI Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sobre la situación de los derechos humanos en la ciudad de México, con motivo del Informe Anual 2012 de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal

Discurso 02/2013
18 de abril de 2013

El Distrito Federal inició el primero de seis años que tendrán como reto principal avanzar sobre lo que a pulso se ha ganado en la ciudad. Frente a los augurios de retroceso, nos toca demostrar que la institucionalidad que se ha construido en la capital está en condiciones de mostrar su madurez, en el camino hacia la reforma política que nos convierta de una vez por todas en ciudadanas y ciudadanos plenos de derechos. El eje de esa reforma son los derechos y por eso la institución del Ombudsman en la ciudad tiene que jugar un papel central en todo el proceso.

Hoy por hoy, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal constituye uno de los más importantes activos de nuestra ciudad. La Comisión es un organismo sólido y comprometido, ejemplo de institucionalidad democrática y de creatividad en la gestión de sus atribuciones y de sus recursos, siempre a favor de los derechos humanos. Sin duda, su autonomía es garantía de que no nos atan intereses ajenos a nuestra vocación de servicio y de que no nos limitan las fronteras del formalismo y la tradición.

Sabemos “estirar la liga” para provocar que las discusiones locales impacten también en lo nacional, lo que nos lleva con frecuencia al ámbito internacional. Cuando no obtenemos los resultados deseados, asumimos las consecuencias porque existe la convicción en el equipo de la Comisión de que los derechos humanos no reconocer fronteras.

A lo largo de estos años hemos aprendido a transitar de la denuncia a la incidencia, sin que ello signifique el menor retroceso en nuestro compromiso con los derechos de las víctimas, pero al mismo tiempo, buscamos que nuestras recomendaciones, informes especiales, foros, convenios y vínculos, apunten hacia soluciones estructurales que permitan pasar de la atención del caso, a la identificación de la causa y a la construcción de soluciones de fondo, no sólo en el corto plazo, sino también el mediano y largo plazos.

Con una gran creatividad, la Comisión lidia con el carácter no vinculante de sus Recomendaciones, buscando influir en la magistratura de opinión delOmbudsman, en las salas de los Tribunales de circuito y de la Suprema Corte de Justicia, en el foro de los organismos internacionales en Washington, en Costa Rica, en Ginebra y en Bruselas, en los auditorios de las universidades y centros de investigación más importantes del país, en sus alianzas con los organismos estatales de derechos humanos y con las instituciones federales, pero sobre todo en el terreno natural que para nosotros significa la relación con nuestros principales cómplices de causa: las Organizaciones de la Sociedad Civil.

Este año, la CDHDF cumple 20 años, caracterizados por una evolución continua, por una espiral ascendente que reconoce en el gran esfuerzo de quienes me antecedieron en la titularidad del cargo: Doctor Luis de la Barreda y Maestro Emilio Álvarez Icaza Longoria, que pusieron los cimientos de un edificio que tiene aspiraciones de rascacielos y que, a la joven edad de 20 años, ha dado muestras de madurez y de la responsabilidad que le significa ser ya plenamente adulto.

La consolidación de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal debe garantizarse y, por ello, su derrotero tiene que apuntar hacia un futuro que le permita una continuidad fundada en resultados. Respetar y reconocer a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal es respetar y reconocer a una institución que es un pilar en la reforma política de la ciudad de México.

Existe un tiempo para denunciar y existe un tiempo para incidir. La Comisión de Derechos Humanos está lista para incidir, sin cejar en denunciar cuando ello se haga necesario. Estamos atentos para leer los tiempos y para ser congruentes con lo que éstos exigen. Diputadas y Diputados ese es el compromiso delOmbudsman frente a esta nueva coyuntura.

No quiero abandonar esta tribuna sin reconocer el esfuerzo de las casi 600 personas que todos los días dan lo mejor de sí a favor de los derechos humanos en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; ellas y ellos, su talento, sus ganas y su propio bienestar, que es la base de una buena atención al público al que nos debemos, son la fuerza del Ombudsman en la ciudad de México; también reconozco el esfuerzo de mis titulares, su aportación para que hoy seamos un equipo sólido y comprometido, solidario y respetuoso es,  créanmelo, uno de esos logros que no siempre se valoran, pero que sin duda se notan en la eficiencia de la Comisión como un todo que es sin duda más que la suma de sus partes.

Termino agradeciendo la infinita paciencia, el apoyo incondicional y el inmenso amor de mi familia, de mis hijas  e hijo —Diego, Ana Paula y Juliana que están aquí presentes— y de mi compañera de la vida, Laura de todos mis días y de todas mis noches —sin ellos no tendría la fuerza ni el valor para llevar a buen puerto mi vocación por el mandato que me ha sido asignado.

Muchas gracias a todas y todos. Muy buenas tardes.

Inklusion
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