domingo , 22 diciembre 2024

Palabras del Ombudsman de la ciudad de México ante las y los Diputados miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la ALDF, con motivo del proceso de evaluación para la eventual confirmación del Doctor Luis González Placencia como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Discurso 04/2013
22 de julio de 2013

Salón Benito Juárez de la ALDF.

1. Saludo

Diputadas y diputados, muy buenos días.

Agradezco su atención y la oportunidad de presentarles lo que hemos construido en los últimos cuatro años en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Puedo decirlo hoy con certeza y con orgullo: una institución modelo claramente orientada a incidir.

2. Introducción

Como referente, traje para ustedes el plan de trabajo que hace cuatro años presenté, cuando comparecí ante esta misma comisión legislativa, buscando ser electo como Ombudsman de la ciudad de México. Lo tienen en sus manos.

Debo decir que cuando lo redacté, no imaginé que me tocaría desarrollarlo en un contexto complejo; cuatro años marcados, por una parte, por la más importante reforma constitucional desde 1917 en materia de derechos humanos y al mismo tiempo, por reacciones, regresiones y resistencias al cambio, tanto en la sociedad como en el Estado.

Frente a esta coyuntura, decidí adoptar una postura progresista, con la certeza de que, para una institución protectora de derechos humanos, esa es la dirección correcta.

3. Situación en 2009

En la ciudad de México, 2009 marcaba el fin de un trienio en el que se elaboró y puso en marcha el Diagnóstico y luego el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, lo que significó importantes avances legislativos, y ciertamente, una actitud en la que los derechos humanos estaban presentes por lo menos en el discurso de las y los servidores públicos. Pero en la capital había pendientes muy importantes: el sistema de justicia, las cárceles, la tortura y un conjunto de deudas con los grupos sociales más desfavorecidos.

Para entonces la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal ya era un referente, una institución sólida, con gran prestigio nacional e internacional y muy destacada por su liderazgo en el país. Por tanto, el reto para mí, era reconocer la existencia de un fuerte cimiento institucional sobre el cual tendría que construir, simbólicamente hablando, un segundo piso. A eso le llamé, dar el paso que sigue: consolidar, por una parte, los avances de las gestiones precedentes, pero al mismo tiempo, por la otra, plantear un reto de inventiva y creatividad que condujera a innovar y a proyectar los alcances del trabajo de la institución por encima del estándar que me fue legado.

4. Construcción del modelo de gestión

Consolidar, innovar y proyectar, fueron por tanto los pilares de aquél incipiente programa de trabajo que, desde el1 de octubre de 2009, se convirtió en un proyecto en acción que desarrolló las cuatro funciones básicas que conforman nuestro actual modelo de gestión: empoderar personasconstruir ciudadanía,generar sinergia y fortalecer una institucionalidad democrática. Desde aquél momento, con el primer equipo que me acompañó, nos dimos a la tarea de reorganizar nuestros objetivos, de crear nuevas áreas, nuevas herramientas y nuevos métodos de trabajo, todo en función de lo que ha sido nuestra mística profesional, y que da sentido al porqué de lo que hacemos: nuestra urgencia de incidir, de transformar la realidad de la ciudad y de ser agentes de cambio hacia una cultura efectiva de derechos humanos en México, desde el Distrito Federal.

Con ello en mente —y en el corazón—, el equipo se consolidó como un grupo experto, con amplia experiencia técnica, un elevado compromiso social, pero sobre todo, un gran sentido de justicia. La labor que hemos realizado ha cristalizado en un conjunto de acciones que, enseguida, de manera resumida, les quiero presentar, organizada de acuerdo con nuestros cuatro grandes programas institucionales.

5. Transformación institucional para la incidencia

a) Programa de Defensa

Comienzo con el programa de defensa al que, en los cuatro años recientes, asignamos la función de empoderar personas. Como antes, seguimos atendiendo las ocho mil quejas que en promedio recibimos cada año, pero ahora ampliamos de manera notable el alcance de nuestras acciones de defensa. Fortalecimos nuestras recomendaciones, que hoy están mejor investigadas y argumentadas. Hicimos funcional nuestra base de datos para obtener de ella información más detallada sobre la población que atendemos y sobre los problemas que les afectan, para tener una perspectiva estructural. Creamos una Unidad de Atención a Víctimas cuyo programa de apoyo psicosocial complementa la atención jurídica que se da a las y los peticionarios; ampliamos el alcance de las medidas precautorias para garantizar la competencia auxiliar urgente en casos extraterritoriales; instauramos una oficina especializada en litigio estratégico que ha sido un importante puente en la defensa de asuntos ante la jurisdicción, que lleva casos, presenta acciones de inconstitucionalidad y amicus curiae ante las instancias judiciales nacionales y ante aquéllas de protección internacional de derechos humanos . Instauramos un servicio de solución inmediata de conflictos que ha permitido a las personas resolver sus problemáticas antes de iniciar formalmente una queja. Llevamos a cabo mesas de trabajo entre autoridades y personas peticionarias para la búsqueda de soluciones amistosas, conciliaciones o para el cumplimiento de las recomendaciones. Realizamos audiencias públicas con colectivos expuestos a la violación de derechos humanos, así como foros y conferencias de prensa donde siempre tienen un lugar las víctimas. Nos estamos acercando cada vez más a la gente mediante el sistema Ombudsnet y el proyecto Ombudsmóvil, que facilitan el acceso a la Comisión aún en los lugares más lejanos de la ciudad; junto con el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG), instauramos la clínica de litigio para mujeres en reclusión en Santa Marta y resolvimos el pendiente que en materia de accesibilidad teníamos con la comunidad de personas sordas a través de un moderno sistema que nos permite comunicarnos mediante del lenguaje mexicano de señas.

b) Programa de promoción

Por su parte, al programa de promoción le dimos la función de construir ciudadanía. Transformamos la Secretaría Técnica, en una instancia que destina sus esfuerzos a desarrollar estrategias de incidencia y política pública. En su seno, funciona el área de intervención territorial, que con muy pocos recursos ha desarrollado importantes acciones en campo, activando y orientando la participación ciudadana, armonizando las relaciones entre vecinos y modificando actitudes y prácticas frente a colectivos altamente estigmatizados que, como es el caso de las poblaciones callejeras o quienes desempeñan trabajo sexual, a quienes es necesario reivindicar como sujetos de derechos. Decidimos la creación de un Centro de Investigación Aplicada, el CIADH, que fomenta grupos de investigación especializada, realiza informes especiales, promueve y participa en proyectos interinstitucionales con las principales universidades y centros de investigación del país y con la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) —como es el caso de la plataforma PiensaDH, un centro de información y documentación virtual en derechos humanos, o el proyecto ReformaDH, un impresionante esfuerzo de alta formación en torno a la reforma constitucional del verano de 2011.

Dimos un importante giro a la antigua política de comunicación social, de manera que se tornó en una estrategia de comunicación para los derechos humanos. Hoy tenemos espacios radiofónicos para el ombudsman en cuatro importantes cadenas nacionales, un suplemento especializado que aparece mensualmente en Milenio Diario, nuestro propio canal de noticias en Internet y una notoria presencia en los medios electrónicos e impresos. Renovamos también nuestras acciones educativas y de capacitación incorporando en ellas los avances de las nuevas tecnologías de la información, con acento especial en la resolución pacífica de conflictos y el combate al bulling. Reorganizamos el programa editorial, incrementando y especializando su acervo, consolidando nuestra revista DFensor y cultivando Metodhos, la única revista académica especializada en derechos humanos en el país. En los últimos meses, hemos puesto un énfasis muy importante en la cultura como vehículo para la difusión de los derechos humanos. Fuimos pioneros en la organización de la única feria del libro especializada en derechos humanos del país que ya se realiza cada año. Otorgamos dos de los más importantes premios a nivel nacional: el Hermila Galindo, para reconocer los aportes en materia de derechos de las mujeres y elPonciano Arriaga, a la dedicación por los derechos humanos en general. Sin duda, consolidamos a la CDHDF como un espacio para la ciudadanía. En sus instalaciones se llevan acabo hasta cinco eventos por día, tocando los temas más importantes de la agenda con el concurso de especialistas, activistas, autoridades y legisladores. Además, la Comisión participa y es sede de ciclos de cine, puestas en escena, exposiciones artísticas, conciertos, festivales y ferias que promueven los derechos de pueblos indígenas y de comunidades extranjeras residentes en la ciudad.

Nuestras relaciones con organizaciones de la sociedad civil han sido fundamentales a lo largo de estos cuatro años. A través de nuestro sistema de relatorías, hemos logrado visibilizar la situación de colectivos vulnerados, en todos los casos enfatizando la necesidad de abandonar el asistencialismo que les hace aparecer como sujetos vulnerables, para reivindicar su condición de sujetos plenos de derechos.

c) Programa de vinculación estratégica

Con plena conciencia sobre el rol que juega, ha jugado y debe jugar la CDHDF como una institución de Estado, local en efecto, pero con vocación global, reorientamos el programa de conducción interna que existía en la Comisión hacia un nuevo Programa de Vinculación Estratégica, cuya función es la de generar sinergia con los órganos de gobierno de la ciudad, los poderes federales, los partidos políticos, los organismos públicos autónomos, las instituciones ombudsman nacionales y extranjeras, así como con los órganos de los sistemas interamericano y universal de derechos humanos. El trabajo que realiza este programa nos ha consolidado una importante presencia a nivel nacional e internacional. La CDHDF es líder en el país y tiene presencia constante en Washington, Ginebra, Bruselas y Costa Rica. Tiene excelentes relaciones que han redundado en proyectos de trabajo con la Unión Europea y con embajadas como la de Francia, España y Suiza. Trabaja fluidamente con sus homólogos centro y sudamericanos. Poco a poco hemos ido formando redes que tienen importantes frutos, como es el caso de la RED OPAM que celebra este año su octavo congreso, o la RED MigrantesDH, ambicioso proyecto destinado a articular esfuerzos de las organizaciones especializadas en los derechos de las personas migrantes y las instituciones Ombudsman desde Panamá hasta Chihuahua, para, con una perspectiva de cooperación translocal, contribuir a la solución de uno de los principales problemas de derechos humanos en la región.

Gracias al Programa de Vinculación hemos podido trabajar también con ustedes en la Asamblea Legislativa, promoviendo constantemente una agenda legislativa a favor de los derechos humanos que ha impulsado y acompañado reformas de vanguardia para la ciudad. Gracias al oficio político que hemos desarrollado, podemos afirmar, sin duda, que hoy tenemos una relación autónoma y al mismo tiempo sana y propositiva con los órganos de gobierno de la ciudad.

d) Programa de fortalecimiento institucional

Finalmente, como un compromiso elemental de congruencia, quiero decirles que para mí ha sido una prioridad que el primer ámbito de respeto a los derechos humanos sea el de nuestra propia comunidad de colaboradores. Por eso, en estos cuatro años, asignamos al Programa de Fortalecimiento Institucional cuatro tareas destinadas a conseguir este objetivo: la primera tiene que ver con mejorar el clima laboral, a través de medidas tales como nuestros programas de armonización de la vida laboral con la vida personal, y el de actividades deportivas, educativas y culturales; acciones contra el acoso laboral y sexual, mecanismos que garantizan la paridad entre hombres y mujeres y celebraciones diversas que ofrecen la posibilidad de convivir y divertirse; la segunda tarea tiene que ver con dotar a la institución de una mejor infraestructura para brindar servicios de calidad a la ciudadanía; ello incluye desde luego equipos y sistemas que eficientan nuestra labor, pero fundamentalmente se refiere al capital humano con el que contamos. Por ello el Servicio Profesional en Derechos Humanos dedica esfuerzos continuos para garantizar mecanismos transparentes de ingreso, permanencia y terminación de relaciones laborales, combinando el rigor de los concursos de oposición, el profesionalismo de nuestro modelo de formación por competencias y la eficiencia de la evaluación del desempeño, pensando siempre en la importancia de tener a las y los mejores. Ello ha garantizado un cuerpo de profesionales cuyo principal valor es el alto sentido de pertenencia a la comunidad de defensores, educadores y promotores de los derechos humanos y de lo que eso significa frente a la sociedad a la que servimos. La tercera tarea tiene que ver con el control de la función pública de quienes trabajamos en la comisión, con la vigilancia en el empleo de los recursos públicos que ustedes nos otorgan y eventualmente con la sanción de quienes infringen las normas a las que todas y todos estamos sujetos. Finalmente, la cuarta tarea se relaciona precisamente con la asignación de recursos económicos para que todo funcione. A lo largo de estos cuatro años, hemos logrado, con creatividad y austeridad, que un presupuesto que alcance para todo lo que hemos realizado, tomando en consideración el valor constante de la moneda no solo no aumentó, sino se redujo en 1% respecto del total ejercido en el primer periodo de la administración que me precedió. Y como dan cuenta las auditorias que despachos externos, pero principalmente la Contaduría Mayor de Hacienda de esta soberanía nos ha practicado, es claro que hemos sido responsables y podemos dar buenas cuentas en torno al presupuesto que nos fue confiado.

6. Incidencia

Como pueden apreciar, en cuatro años la Comisión se fortaleció notablemente. La combinación estratégica de todos los recursos y herramientas con las que hoy contamos, nos han permitido incidir en la realidad de los derechos humanos en la ciudad y en el país. Ello ha quedado demostrado en un conjunto de casos emblemáticos, pero también en la solución cotidiana de asuntos que, aún sin reflector mediático, han significado para habitantes y transeúntes de esta ciudad, justicia y reparación frente al abuso de la autoridad.

De ello da cuenta lo que hemos logrado con el arraigo, la presentación de presuntos responsables ante medios de comunicación, la trata de internas en el sistema penitenciario, con la intervención inmediata que evitó una injusticia masiva el primero de diciembre pasado y que sin duda tuvo influencia en la mucho más moderada y coordinada acción del 10 de junio posterior, así como en las intervenciones que han abonado a la libertad de numerosos presuntos inocentes, como el caso de la estudiante Mariel, o el más reciente del joven Marduk. Somos, sin duda, una entre las instituciones Ombudsman que más ha insistido contra la tortura, como lo evidencian las múltiples Recomendaciones que hemos emitido sobre el tema y que 14 servidores públicos hayan sido procesados y sentenciados por cometer este delito como consecuencia de la intervención de la Comisión. Enfatizo también el rol central que jugó la CDHDF en el caso que condujo a la liberación de Florence Cazés, el año pasado.

En materia de ambiente, hemos sido incisivos señalando los impactos que en el tejido social y en el entorno ecológico han tenido y tienen proyectos de desarrollo urbano, determinadas prácticas de desecho, así como la ausencia o inoperancia de políticas públicas para gestionar la basura o el agua. En este sentido, quiero destacar la importancia que tuvo el caso Supervía, no sólo por evidenciar las violaciones a derechos humanos que se cometieron con su construcción, sino porque demostró dos cosas relevantes: uno, que la autonomía y la fortaleza técnica de un organismo de derechos humanos alcanza también para desafiar al poder económico, y dos, que es posible denunciar, como lo hice ante esta Asamblea, a la más alta autoridad de esta ciudad por no aceptar una Recomendación, asumiendo con certeza el costo político que ello conlleva. Con el mismo énfasis, hemos apostado por una política integral de movilidad y hemos alzado la voz en múltiples ocasiones contra la existencia de tiraderos clandestinos de residuos sólidos y tóxicos, la ocupación de terrenos de recuperación de los mantos freáticos, la inequidad y el abuso en materia de vivienda, los problemas que enfrenta el sistema de salud y la muy grave situación de los derechos laborales de las y los trabajadores del Distrito Federal.

En lo que se refiere al ámbito de la democracia, la Comisión ha buscado con insistencia señalar la situación de riesgo en la que viven grupos, colectivos y poblaciones en el Distrito Federal. Hemos denunciado de diversos modos la violencia comunitaria que afecta a las mujeres, e incluso emitimos una Recomendación sobre violencia institucional de género dirigida a instancias de los tres órganos de gobierno local. Nos hemos manifestado también, con fuerza, sobre los derechos de nuestras juventudes, como lo evidencian nuestras Recomendaciones sobre fiestas clandestinas, la del primero de diciembre y laque muy pronto emitiremos sobre los jóvenes identificados comoreguetoneros. Estos casos dan cuenta de la marginación, la discriminación, la estigmatización y la ausencia de oportunidades que vive este importante segmento de la población. Por ello, hemos seguido insistiendo con ustedes en la aprobación de la Ley de Derechos de las Personas Jóvenes del Distrito Federal, que espera dictamen en esta soberanía. Cabe decir que el cabildeo que hacemos sobre esta iniciativa tiene también como objeto que dicha Ley sirva de marco a la política pública que para la juventud solicitó la Recomendación que sobre el caso News Divine emitió la Comisión en 2009. Vale decir que en estos cuatro años, la CDHDF retomó con convicción el seguimiento de esa Recomendación. Hoy podemos ver avances relevantes —pronto estará resuelto el memorial, así como diversos pendientes planteados en una reciente reunión de familiares con el Jefe de Gobierno— aunque las sentencias contra los responsables siguen siendo una asignatura pendiente.

Con respecto a los derechos de niñas, niños y adolescentes emprendimos una ambiciosa campaña que comenzará a circular en agosto y estamos trabajando también con UNICEF, y además con la REDIM, con CONAPRED, y con la Comisión de Derechos Humanos del Senado, en el diseño del sistema nacional de protección a los derechos de la infancia. Destaco igualmente el trabajo realizado con la comunidad LGBT, para reivindicar su dignidad y a favor de la promoción en el país de los matrimonios igualitarios y de los derechos que estos conllevan. Asimismo lo hemos hecho con las personas con discapacidad, no solo pugnando por la inclusión y la accesibilidad total, sino visibilizando los problemas de exclusión de los que son objeto las personas sordas, los ciegos y débiles visuales, quienes viven con discapacidad motriz y de manera muy especial, como lo muestra nuestra Recomendación 2/2012, las personas con discapacidad intelectual o psicosocial. Mención aparte merece el trabajo que estamos realizando con las poblaciones callejeras, con quienes organizamos la primera audiencia pública en la materia, para conocer de su propia voz la situación que guardan sus derechos humanos.

Quiero decirles que en todos estos casos aplicamos estrategias que incluyen, según se requiera, Recomendaciones, procesos de conciliación, acciones de respaldo y colaboración con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y la academia, informes especiales, mesas de análisis y discusión, litigio estratégico, denuncia en los foros de los sistemas interamericano y universal de derechos humanos, cursos de capacitación, acciones de intervención, amicus curiae, acciones de inconstitucionalidad y hasta ciclos de cine, exposiciones fotográficas y desde luego, una amplia estrategia de medios que incluye entrevistas, artículos, boletines, clips de video así como cualquier recurso que permita posicionar el tema en la opinión pública.

Este uso estratégico de nuestros recursos a favor de las obligaciones de protección, promoción, respeto y garantía de los derechos humanos, nos ha permitido incidir en la transformación de la realidad de los derechos humanos en la ciudad e incluso, también nos ha dado la oportunidad de aprender y aplicar hacia dentro de la propia Comisión el mismo estándar que exigimos afuera.

El comparativo que ahora vemos evidencia el avance sostenido de la Comisión y la ventaja que acusa lo logrado estos cuatro años, en comparación con lo que en su primer periodo realizaron los Ombudsman que me precedieron en el cargo: más personas atendidas, más Recomendaciones emitidas, más quejas recibidas, más informes especiales. Junto a ello, vale destacar también el número de informes a mecanismos internacionales y el que 31 servidores y servidoras públicas han sido destituidos como efecto de nuestras Recomendaciones y de las denuncias administrativas y penales que junto a nuestros peticionarios y peticionarias iniciamos en las contralorías o ante el Ministerio Público; además, impartimos casi nueve mil horas de capacitación y tenemos una presencia en medios permanente, con un balance positivo en general y con un crecimiento constante. (Creo que es justo reconocer por cierto a las y los reporteros, comunicadores, líderes de opinión y medios de comunicación que por convicción se han convertido en aliados de la Comisión).

7. Mensaje político

Diputadas y diputados. Por todo lo anterior, sin duda y con orgullo les puedo decir que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal es hoy por hoy la más importante y sólida del país. Es un ejemplo a seguir y por ello constituye un valor de nuestra ciudad que hay que cuidar y fortalecer. Es un espacio de confianza y una oportunidad de justicia para habitantes y transeúntes del Distrito Federal.

Si eventualmente ustedes decidieran que la gestión que encabezo tiene que concluir, puedo decirles que me iría con mucho orgullo y con la paz que me da lo que hemos logrado. Sin embargo, considero importante tener en cuenta que una apuesta por la continuidad de esta gestión es, sin duda, una garantía de certeza sobre el lugar al que es posible llevar a la CDHDF en el futuro próximo. A diferencia de hace cuatro años, cuando quienes conformaban esta Comisión legislativa tuvieron que decidir votando por un proyecto y por una persona que lo encabezara, hoy ustedes decidirán sobre la base de lo realizado y por el equipo que lo hizo posible. Entonces, vine a decirle a aquéllos diputados y diputadas lo que haría; hoy he venido con ustedes para decirles lo que he hecho.

8. Retos y desafíos

a) Valores institucionales

Sin duda hay en el futuro retos y desafíos que afrontar. En primer lugar, es necesario resguardar y fortalecer los valores institucionales que han hecho de la CDHDF una institución modelo. La preservación de la autonomía es fundamental: sé cómo ser autónomo y la ciudadanía ha atestiguado que he sabido serlo aún en los momentos más difíciles y sin temor a ningún tipo de consecuencias. El rigor técnico de nuestras resoluciones sigue respaldado por mi formación académica y la de mi equipo, que es la mejor garantía de que seguiremos trabajando con plena objetividad. Sobre el compromiso con los derechos, nuestros casos de éxito muestran que para mí y mi gente, primero están las víctimas. No defendemos delincuentes, como suele decirse; siempre defendemos víctimas, en especial aquéllas que resultan serlo por acciones u omisiones del estado. Nuestra capacidad para hacer sinergia la hemos probado con creces; sabemos colaborar para el avance de los derechos. Por nuestra vocación ciudadana sabemos que es necesario articular para propulsar las agendas de la sociedad civil; además tenemos las relaciones necesarias para hacerlo. Tenemos también la capacidad para ser una institución global: el trabajo que hemos hecho garantiza nuestra presencia en el ámbito internacional. Legitimidad, la hemos demostrado y tengo confianza en que la demostraremos nuevamente durante esta semana. La legitimidad de la CDHDF se muestra en el respaldo de un amplio sector de organizaciones, movimientos sociales, sindicatos, académicos, organismos internacionales, embajadas, colegas Ombudsman y sociedad en general.

b) Situación en la Ciudad de México.

También hay un desafío en la lectura correcta de la situación que hoy vive el Distrito Federal. La manifestación de la delincuencia obliga a trabajar muy de cerca con las autoridades del sistema de procuración de justicia y de seguridad pública, pero con la atención que se requiere para evitar la criminalización de la protesta social y el abuso de la policía y del propio sistema penal. Hay que ver las cárceles en función de lo que puede significar un sistema penitenciario con años de sobrepoblación, anquilosamiento y corrupción para el futuro próximo de la ciudad. Es importante también poner con fuerza el acento en la eliminación definitiva de la tortura y en la posibilidad de que el Distrito Federal sea punta de lanza en la reforma penal que sigue pendiente.

La agenda de la ciudad también requiere atención en materia ecológica y de protección del ambiente. Es necesario revisar la política pública para provocar que lo que hoy son servicios —limpieza, vivienda, abasto, transporte, agua, energía— se transformen en garantía de derechos: a un ambiente sano, a la seguridad alimentaria, a la movilidad, al acceso igualitario al agua, al derecho las energías limpias. Asimismo hay mucho que hacer para que las mujeres dejen de ser víctimas de la violencia comunitaria e institucional, para generar igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, para incluir con dignidad y respeto pleno de su identidad a la comunidad LGBT, para garantizar la accesibilidad total y la atención plena a los requerimientos de las personas con discapacidad, para construir un destino de certezas para nuestros niños, niñas y adolescentes, así como para nuestras juventudes y un entorno de paz y de seguridad para nuestros adultos y adultas mayores. Para construirle, en suma, un relato afortunado a la ciudad y sus habitantes y transeúntes. Sobra decir señoras y señores legisladores que en todo ello, el acompañamiento de la Asamblea es esencial para lograrlo.

c) Inserción en la agenda de derechos humanos del país

Y finalmente, es un reto también saber insertarse en el ámbito nacional. La CDHDF ha sabido ser actor local con un lugar en la atención de los problemas del país. Cuatro agendas tendrían que ocuparnos de manera prioritaria desde esta perspectiva. De una de ellas ya lo estamos haciendo con éxito; me refiero a la protección de las personas migrantes, lo que nos ha permitido además experimentar un modelo de trabajo que replicaremos en las demás agendas nacionales. Con la segunda tenemos algo avanzado, pero en realidad todavía salimos debiendo. Se trata de la protección a periodistas y defensores, por lo que es menester reforzar lo necesario para que un mecanismo que, por cierto, tiene origen en las acciones que de modo casi artesanal realizó la CDHDF con Artículo 19 y con funcionarios federales y locales, se institucionalice de modo eficiente en el D.F. y en el país. La tercera gran agenda la representa una acción decidida contra la trata de personas, fenómeno que trasciende fronteras, pero que tiene manifestaciones locales alarmantes. Se trata de un desafío cultural que queremos afrontar acompañando a las organizaciones que ya mucho han avanzado en este tema. Finalmente hay también un reto en la necesidad de llevar los avances legislativos que tenemos en la ciudad hacia el resto del país. Y es que la interrupción legal del embarazo, los matrimonios igualitarios y la ortotanacia, por señalar los más importantes, no representan solo decisiones políticas, implican derechos humanos que en el contexto de la reforma constitucional de 2011, deben ser respetados, promovidos, protegidos y garantizados en todo el territorio mexicano.

9. Despedida

En suma, diputadas y diputados, de continuar en el cargo, visualizo para la CDHDF un rol central en las acciones de Estado que es necesario llevar a cabo para afianzar el papel de la ciudad de México como vanguardia en el contexto nacional e internacional. Veo a una Comisión creativa, proactiva, propositiva, participativa y como siempre, generadora de confianza en sus tareas frente a los derechos humanos de habitantes y transeúntes de nuestra capital. Veo una Comisión lista para madurar y ser líder en la región. Una institución central en la construcción de la ciudad que queremos tener para los próximos veinticinco años. Agradezco mucho su atención y quedo a sus órdenes por si tienen preguntas o hay comentarios que deseen hacer. Muchas gracias.

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