Discurso 46/2014
17 de junio 2014
Doctora Perla Gómez Gallardo (PGG): Gracias, buenas tardes a todas y todos. Saludo al Jefe Adjunto de la Delegación Regional del Comité Internacional de la Cruz Roja para México, América Central y Cuba. De igual manera saludo al Coordinador de la Unidad de Extradición y Relaciones Institucionales del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Reconozco y valoro la congruencia institucional y el compromiso del señor Secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Doctor Jesús Rodríguez Almeida, y del Procurador General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Fernando Ríos Garza.
Agradezco las palabras de quienes me antecedieron, así como al Museo Franz Mayer, espacio dedicado al desarrollo artístico y cultural, por abrir sus puertas a este evento de clausura y a los derechos humanos.
Los derechos humanos no son privativos de las y los abogados, son una forma de ver, pensar e imaginar el mundo, por lo que no es casualidad que el arte y los derechos humanos converjan en espacios como éste.
Me gustaría hacer algunas puntualizaciones sobre las ideas que las y los asistentes reflexionaron durante el Segundo Diplomado en Derechos Humanos y el Uso de la Fuerza en la Actuación de los Cuerpos de Seguridad.
Todas y todos los aquí presentes, después de haber participado en este Diplomado, tienen como referencia una premisa fundamental: el disfrute de los derechos humanos está indisolublemente relacionado con la forma mediante la cual las sociedades democráticas son capaces de enfrentar el problema de la violencia o las violencias que puedan manifestarse en su seno.
Desde un enfoque de seguridad ciudadana, en el que las personas son el objeto principal de la protección estatal y en el que pueden gozar libremente de sus derechos fundamentales, a la vez que las instituciones públicas tienen la suficiente capacidad en el marco de un Estado de derecho, de garantizar un ejercicio para responder con eficacia cuando éstos son vulnerados.
Las intervenciones institucionales destinadas a prevenir y controlar el fenómeno del delito y la violencia pueden considerarse una oportunidad significativa para fortalecer la gobernabilidad democrática y la vigencia de los derechos humanos. En este sentido, la tarea que se tiene en la ciudad no es menor. Se debe garantizar la profesionalización y modernización de las fuerzas policiales.
Es responsabilidad del Estado formar a sus cuerpos policiacos en el desempeño de sus atribuciones, con perspectiva de derechos humanos como práctica cultural y como elemento de cambio estructural. La misión insustituible de las fuerzas policiales para el adecuado funcionamiento del Estado democrático, debe consolidarse, entre otras acciones, a través de un trabajo sostenido en el fortalecimiento de capacidades a partir de la formación, capacitación y actualización de las policías en función.
Especialmente en torno a las obligaciones del Estado desde la perspectiva de la seguridad ciudadana. Por lo anterior, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito federal se propuso que los y las asistentes fueran capaces de comprender consensualmente los avances y límites del uso de la fuerza en la función policial, desde la perspectiva de los estándares más altos en materia de derechos humanos; dotarán con herramientas prácticas que permitan prevenir posibles violaciones a los derechos humanos y revisarán desde un enfoque de derechos humanos los mecanismos específicos dispuestos por las distintas instituciones para la aplicación del uso de la fuerza.
Así, desde la concepción, diseño, implementación y evaluación, tanto en la versión anterior como la que hoy clausuramos, el Diplomado ha pretendido refrendar que es posible cumplir con los derechos humanos dentro del ejercicio de la función policial.
Importante es hacer mención de que a lo largo de estos meses de estudio, las y los diplomantes, de los cuales 36% son mujeres y 63% hombres, pasaron una serie de procesos que consolidaron los conocimientos y aplicación práctica de los derechos humanos en su actuación.
En este esfuerzo multinstitucional, se puede apreciar en la conclusión de las y los servidores públicos que participaron, quienes se encuentran adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, así como a la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, es importante mencionar la asistencia de personal del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública e integrantes de la propia Comisión de Derechos humanos.
Hoy por hoy, el Diplomado y la realidad de la ciudad nos lleva a replantearnos la necesidad, cada vez más imperante, de ir armonizando el marco normativo regulador en materia del uso de la fuerza para la función policial, con prácticas apegadas a los principios y estándares más altos de derechos humanos aplicables de esa función.
Reconocer que la labor de las fuerzas policiales constituye un servicio social de gran importancia y, en consecuencia, es preciso mantener siempre que será necesario mejores condiciones de trabajo y las situaciones en las que ejercen su labor las y los funcionarios. Refrendar el papel fundamental del personal de las fuerzas policiales en la protección del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas, tal y como que garanticen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Convención Americana de Derechos Humanos, y así como en diversos instrumentos internacionales.
Estimadas y estimados diplomantes, siéntanse orgullosas y orgullosos del cumplimiento de esta meta la cual, sin lugar a dudas, redundara en el mejoramiento de su desempeño como garante de los derechos humanos en esta ciudad. Muchas felicidades.
Finalmente, aprovecho para agradecer la confianza de las instituciones que junto a la Comisión convocaron este Diplomado en Derechos Humanos y el Uso de la Fuerza, con la firme convicción de ir transversalizando una cultura de respeto a los derechos humanos en el actuar de sus servidores y servidoras públicas en cada una de estas dependencias.
Mención especial merece el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el Comité Internacional de la Cruz Roja, que siempre se han caracterizado por el acompañamiento incondicional para con la Comisión en procesos educativos de formación de largo alcance.
También aprovecho para agradecer a todas y todos los servidores públicos de las distintas instituciones que conformaron el equipo de trabajo para hacer realidad este enorme esfuerzo. Muchísimas felicidades.