Discurso 50/2014
26 de junio de 2014
Gracias, buenos días a todas y todos. Saludo de manera afectuosa a los integrantes de este distinguido panel. A las destacadas autoridades del Gobierno del estado de Hidalgo y de otras entidades federativas; así como a los integrantes de Organismos Autónomos del país. También saludo al público interesado y que están con nosotros el día de hoy. Gracias a todas y a todos.
El estar aquí para presentar las Memorias del 8° Congreso Nacional de la Red de Organismos Públicos Autónomos de México, que tuvo lugar el año pasado en “La Bella Airosa” con el tema “La Participación Ciudadana en el Fortalecimiento de los Organismos Públicos Autónomos”.
Estoy convencida de que para quienes tuvieron la fortuna de asistir y participar en cualquiera de las mesas de reflexión, el Congreso de Pachuca fue una experiencia enriquecedora y las Memorias que hoy comentamos así lo reflejan, al compilar aportaciones valiosas todas ellas, encaminadas al entendimiento y renovación de conceptos como democracia, ciudadanía y derechos humanos, y su importancia para fomentar la participación ciudadana incluyente y otros más. Reconozco el esfuerzo de todas las instancias convocantes y, en particular, de todas las personas que intervinieron en su preparación y desarrollo.
Por lo que hace al tema que me corresponde abordar, “Ciudadanía y Derechos Humanos”, se llevaron a cabo dos sesiones de trabajo, en las que se reflexionó sobre el tipo de Estado, instituciones y mecanismos que se requieren para proteger, respetar y garantizar los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales; así como la manera de participar y aportar a la formación de un verdadero Estado democrático de derecho.
Se hizo hincapié en que los Organismos Públicos Autónomos, como intermediarios entre el ejercicio del derecho y el ejercicio del gobierno, tienen la responsabilidad de facilitar a la ciudadanía las herramientas que le permitan ejercer sus derechos y coadyuvar a su empoderamiento.
En ese sentido, en su intervención miembro e integrante de la sociedad civil destacada, y también integrante de la Comisión en nuestro Consejo, Nashieli Ramírez, destacó y dejó en claro que los Organismos Públicos Autónomos de derechos humanos tienen un papel fundamental en la construcción de la ciudadanía, principalmente mediante la generación de vínculos de confianza a partir de su cercanía con los ciudadanos y ciudadanas.
Retomando a Carlos Tünnermann, los derechos humanos son un producto histórico que condensa conquistas pasadas, demandas del presente y proyectos que poco a poco se van integrando. La lucha constante por los derechos humanos debe verse como un paradigma y un progreso constante, cuyo reconocimiento constitucional nos lleva al estatus otorgado por el Estado para ejercerlos e incidir en la actividad pública con la ciudadanía.
Asimismo Bobbio aborda el concepto clásico de ciudadanía que ha evolucionado hasta percibirse como un medio para combatir la exclusión y desarrollar estrategias de sobrevivencia ante las necesidades humanas no satisfechas.
En nuestro país, la construcción de ciudadanía ha tenido avances y retrocesos. El proceso ha estado marcado por crisis recurrentes en la representación, en el reto de abordar para evitar la falta de credibilidad o desprestigio en las instituciones, abocados principalmente a su fortalecimiento, con la consiguiente afectación de objetivos, funciones y resultados que ponen en riesgo y en agravio a las y los ciudadanos.
Los riesgos de la limitación arbitraria de los derechos políticos, el acceso a la justicia como privilegio de una minoría, la permanencia de modelos económicos excluyentes, la represión de las protestas sociales y el creciente uso de la violencia, causan desintegración social y temor a participar, al hacer que parezcan inexistentes las condiciones para un ejercicio libre y pleno de la ciudadanía, pese a la creciente diversidad de movimientos sociales que están por la recuperación de la participación respetuosa en los espacios públicos, como condición indispensable para garantizar los derechos humanos.
De acuerdo con Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la participación ciudadana y el fortalecimiento de los derechos humanos en América Latina, se sustentan en cuatro pilares: el modelo particular de democracia, los criterios y márgenes de la posmodernidad, la implantación colonial del ideal democrático y el cambio de paradigmas, que en México se reflejó en la Reforma Constitucional en materia de derechos humanos del año 2011, la cual generó la posibilidad inédita de crear condiciones efectivas de unidad, visión y programa para la ciudadanía, que permitan precisar agendas de reforma institucional, que cubran tanto la generalidad de los derechos humanos como la de las poblaciones vulnerables.
Los organismos defensores de los derechos humanos debemos impulsar entonces una investigación permanente sobre las diversas dimensiones de la construcción de la ciudadanía y la protección de los derechos humanos, desde una perspectiva transversal e integral, y centrada en los procesos sociales y en la lucha constante por la ampliación de los derechos, en la que la colaboración, participación e intercambio con todas y todos los interesados, se logran en espacios que tienen, como este que estamos aquí, que nos convoca, gran relevancia.
Ante los retos del modelo de democracia actual, es esta actividad la que nos permite disminuir la discriminación en uno de los ámbitos más difícil: la toma de decisiones y la participación ciudadana.
Es ya conocido que la lucha constante y objetivo principal de buena parte de los Organismos Públicos Autónomos, consiste en impulsar la visibilización de la falta de libertad e igualdad que padecen algunas personas, a quienes les son negados derechos básicos, por lo que su identidad, reconocimiento y aceptación se toman como un reto que se debe atender.
Esta discriminación, está invisibilizada de ciertos grupos de la esfera pública, impide que haya una verdadera participación democrática. Es justo ahí, en el estancamiento social, cuando la promoción y defensa de los derechos humanos cumple su papel de medio, mecanismo y articulador para combatir de manera constructiva y no violenta esta exclusión ilegítima.
Ello es lo que da origen y sentido a la tan renombrada Reforma Constitucional de 2011, una reforma que logra avanzar hacia una mejor protección de los derechos humanos al permear no sólo en su pleno reconocimiento constitucional, sino en la propuesta de la creación de mecanismos que desde la sociedad garanticen eficazmente dichos derechos.
Es y seguirá siendo un reto, la integración gubernamental e institucional de los diversos instrumentos internacionales protectores de los derechos humanos y su reflejo en la instrumentación de programas y políticas públicas acordes, pues dicha reforma no solo es normativa, sino también hace una propuesta para el fortalecimiento integral e institucional, pero sobre todo una visión más amplia de lo que implica como forma de vida y lógica, natural y de Estado, la protección y la solución del ejercicio espontáneo de protección de los derechos humanos.
Todos, como Organismos Públicos Autónomos, tenemos el compromiso de apoyar los procesos de maduración y socialización de las personas, así como facilitar su acceso a los medios instituidos para su protección, con el fin de capacitarlas y apoyarlas para ejercer como ciudadanos y ciudadanas en una sociedad democrática, con el fin de que actúen dignamente como personas que conocen los derechos humanos y los deberes públicos, que comprenden que los problemas sociales les atañen y además, participen responsablemente en la toma de decisiones.
Así estos comentarios de este Foro tan constructivo y enhorabuena por la celebración en esta entidad del 8vo. Congreso Nacional y más que todos los buenos deseos, y no sólo eso, sino todo el compromiso por parte de la Comisión, para que nos lleve con éxito al 9no. Congreso ahora en el estado de Jalisco. Muchas gracias a todas y a todos.