Discurso 41/2014
10 de junio 2014
La violencia en el entorno escolar es para el COPRED hacer menos a las personas con conductas como acoso y hostigamiento. Es por eso que puede considerarse como una conducta discriminatoria y hay varias razones que lo sustentan.
La primera porque es una conducta que impide a niñas, niños y jóvenes acceder al derecho a disfrutar de un ambiente seguro y sano.
Es muy importante tener claro que el maltrato escolar también violenta el derecho a un ambiente propicio para el aprendizaje de todas y de todos los que intervienen en el acoso, no solo de quienes son sujeto de ello.
La segunda porque los contenidos de insulto y agresiones están principalmente basados en condiciones de apariencia, nivel económico, género y preferencia sexual. Ello vulnera la dignidad humana y promueve estigmas y prejuicios con los que se crece y se replica durante toda la vida y se traduce entonces en formas de exclusión, marginación y en distintos tipos de hacer discriminación tanto en el ambiente escolar como en la sociedad.
Otro aspecto que les queremos compartir hoy es que observamos con mucha preocupación que se está replicando un ambiente de acoso y hostigamiento con quienes son etiquetados o etiquetadas como “buleadores”.
Se les estigma y no podemos, y no debemos entrar en un círculo de violencia porque ellas y ellos también son niñas y niños, son jóvenes. Son personas que por su propia historia de vida y sobre todo porque son niñas, niños y jóvenes, tenemos la obligación de prevenir, de evitar, de cuidar que no se les criminalice. Nada nos va a llevar el señalar solo a los autores si no señalamos también los motivos.
Son los motivos los que debemos de combatir. Y es que no es un tema que se resuelva solo desde lo punitivo, estamos frente a la urgente necesidad de cambiar la cultura de una sociedad en el entorno en el acoso escolar.
No es tarea fácil, y es que hablar de discriminación nunca es tarea fácil. Es un tema complicado, es un problema estructural, tiene muchos nombres y muchos rostros.
Sabemos que estamos frente a conductas de rechazo sobre la base de prejuicios o estigmas que dañan derechos y libertades. Pero no podemos ni debemos ahora, ser constructores de nuevos estigmas y prejuicios que excluyan y hagan menoscabo de la dignidad de aquellas y aquellos que tienen conductas de acoso o que son observadores del mismo. Es necesario sumar esfuerzos. Estamos obligados y obligadas a pensar en la necesidad de construir una nueva cultura. En nada abonamos en criminalizar. Empecemos por modificar de manera clara y señalando solamente el tema del acoso escolar. Debemos promover la comunicación asertiva, la cultura de la paz y por supuesto la resolución no violenta de conflictos.
Es importante, sí, visibilizar la problemática como la expresión de una conducta violenta, agresiva y discriminatoria en perjuicio de la dignidad de las personas, especialmente de las niñas, niños y jóvenes, ya que impide sentar las bases de trato igualitario, pero es fundamental hacerlo desde una cultura de la paz que empiece desde quienes hablamos del tema.
Por último, me permito anunciar que el COPRED según el acuerdo que fue firmado por el Doctor Miguel Ángel Mancera el 5 de junio pasado, seremos esta la instancia que oriente, acompañe y atienda a las personas que hayan sido víctimas de violencia escolar y discriminación para alcanzar la reparación del daño.
En próximos días determinaremos los mecanismos para la denuncia de dichos actos y se coordinará con la Secretaría de Educación un protocolo único de atención con el fin de identificar las conductas discriminatorias en el ambiente escolar.
MUCHAS GRACIAS.