Discurso 40/2014
10 de junio de 2014
Muy buenos días. Gracias a Perla Gómez por convocarnos y por estar en esta lógica, y naturalmente también a COPRED, porque estos dos organismos representan mucho para esta ciudad y mucho más en este tipo de temáticas. Yo quisiera centrar mis reflexiones, tienen que ver con este fenómeno a nivel de lo que está pasando y las respuestas que están dándonos, no nada más en el Distrito Federal, sino a nivel nacional, en puntualizar por qué la falta de derechos, básicamente. Queda claro que la violencia contraviene, ataca la dignidad humana, y los derechos humanos tienen que ver, exactamente, con la dignidad. Por lo tanto, ninguna aproximación que no contemple este enfoque sería una aproximación acertada. Eso es una primera cuestión.
¿Qué es lo que estamos viendo? Uno, estamos elaborando y estamos emitiendo programas, estrategias, impulsando leyes desde una lógica que no tiene evidencia, es decir, no tenemos ni a nivel local ni a nivel nacional datos estadísticos que nos digan verdaderamente, qué fenómenos estamos enfrentando, qué tanto o no se ha incrementado, en qué niveles, en qué edades, con qué modalidades y por lo tanto estamos, de entrada, fallando en la formulación de las políticas públicas.
Segundo, estamos entrando en la cuestión, en víctimas y victimarios. La pregunta aquí es, tenemos a una gente que golpea o que acosa, tenemos a una víctima que es sujeto de eso y tenemos a todos los demás testigos. Que no están siendo empáticos, que entre adultos y la misma comunidad está dejando pasar estos niveles de violencia y entonces, por lo tanto, en pensar que, desarrollar estrategias limitadas a una víctima y a un victimario estamos abordando el problema en su interioridad, nos estamos equivocando.
Estamos planteando el problema de violencia entre padres, bullying o acoso escolar separado de la violencia escolar en su conjunto. Estos fenómenos forman parte y están inscritos también en muchas otras formas y modalidades de violencia que tendrían que ser abordadas en su integralidad.
Todo el mundo hoy, no hay discurso que no asuma que las violencias son integrales. Lo que pasa en la escuela, naturalmente, es reflejo de un contexto familiar, de barrio, comunitario, social, mediático. Pero esto, que no permite complejizar el problema, tener una visión de eso, lo que está acompañado no desde esta complejización sino más bien lo está haciendo complicado. Entonces nos pasamos la bolita y si entonces es sistémico, entonces la escuela no tiene nada que hacer, más bien son los padres que golpean, más de la mitad a sus hijos en su casa y eso es, una ruta sumamente equivocada, porque necesitamos la visión integral, pero necesitamos trabajar en la escuela.
La escuela ha perdido desde mi punto de vista, lo que es su origen, su origen civilizatorio. A la escuela no nada más vamos a aprender matemáticas y a aprender a leer, aprendemos a convivir y eso, que es lo que nos está evidenciando, lo que está pasando y es que, el contrato social de la escuela y la institucionalidad de la escuela como socializadora se está perdiendo y por lo tanto, sí tenemos que tener acciones adentro que nos replanteé, desde la reforma educativa, desde la gestión escolar, que esto está roto y que tenemos que hacerlo, ¿por qué?, porque cuando nos vamos a fenómenos de bullying, fenómenos de acoso entre pares, estamos hablando de una disputa, de un conflicto civil entre pares y por lo tanto, la mediación tendría que estar ahí, y lo que estamos viendo alrededor de todo el país incluyendo al Distrito Federal es la gestación de leyes y programas que están por fuera de la escuela, que no están hablando ni están potencializando la prevención, la mediación ni el contrato social y lo que están haciendo es planear en otros escenarios, como ya lo habían referido aquí, lo que tendría, de inicio, replantearse la escuela.
En qué momento la frase de cuando yo iba a la escuela, nos vemos afuera de la escuela, está hoy en, nos vemos adentro de la escuela; ¿Qué está pasando en esa lógica?
Finalmente, la necesidad de revisar lo que ya se ha hecho y no repetirnos, qué está pasando ahorita, y lo vivimos aquí, nosotros tenemos en esta ciudad una Ley de Convivencia que no ha servido para nada. Pero ya tenemos a las gentes que promovieron esto aquí, promoviendo eso a nivel federal en el Senado.
Tenemos un protocolo que se aplica en esta ciudad, que solamente estuvo referido a medidas disciplinarias adentro de la escuela y como vemos, no funciona. Qué es la demanda de este foro, la demanda de volvernos a sentar, tiene una lógica, ante que las evidencias que tenemos, las pocas, nos están diciendo que tenemos la ruta equivocada.
Yo concluiría simplemente, compartiendo una reflexión de Rosa Montero que dice: “La violencia, ese viejo monstruo nuestro, fomenta, justamente, la furia irracional y el extremismo, por eso nos cuesta tanto civilizarnos” y creo, que eso es lo que estamos pasando hoy por hoy en estas últimas tres semanas. Gracias.