Discurso 69/2014
18 de agosto de 2014
Muchas gracias a esta Comisión que me otorga la deferencia de estar y compartir con ustedes el gusto por esteCatálogo, que poco más y se hace Decálogo. Son nueve derechos, que en realidad podrían ser nueve o 90, y lo interesante que está detrás de esto es que, a diferencia del mundo, tardó el tema del trabajo en entrar al escenario de los Derechos Humanos.
Como Patricia nos decía, es hasta la reforma de 2011 en donde nos damos cuenta que el trabajo es un derecho humano. Era inaudito lo que sucedía, los lustros en los que se negó y reticentemente se impidió el que el tema laboral fuera tema de la Comisión de Derechos Humanos.
En la actualidad, yo creo que estamos viviendo uno de los escenarios más importantes del año por el debate del salario mínimo. Debate que saca a discusión el Doctor Mancera, que la sociedad lo retoma en un excelente foro organizado por diversas instituciones y yo pienso que este tema ya no se asfixia, ya no se le tapa como lo quiere tapar el Ejecutivo federal, con un dedo.
Es inconcebible, incluso, cómo las representaciones sindicales de los trabajadores ahora no quieren que haya aumento salarial; es la realidad a lo absurdo. Se oponen, incluso, yo diría que hay organizaciones sindicales a las que hemos tenido algo de respeto, como es la UNT, que firman también esa oposición; y que por cierto, el jueves próximo, ofrecerán una conferencia en donde van a explicar por qué se oponen a que el salario mínimo se incremente. O la Federación de Sindicatos del DF, la Federación de Sindicatos más pobres, de los trabajadores más modestos, que también se opone a que haya incremento salarial.
Este es un escenario por demás complejo que por cuanto hace a las labores de esta Comisión de Derechos Humanos magnifica su responsabilidad. Se hablaba aquí del combate a las huelgas locas (así lo denominaron los empresarios), a estas bandas que se organizan para ir a emplazar pequeños y medianos empresarios, y los emplazan con la idea de extorsionarlos única y exclusivamente. Pero del otro lado de las huelgas locas están los contratos colectivos de protección laboral, y lo uno es tan malo como lo otro, y esta Comisión tiene una significativa responsabilidad.
Yo diría a la Secretaría del Trabajo del Gobierno del DF, a manera de invitación, a reflexionar al respecto, a la Comisión de Derechos Humanos también, para que lo pensáramos en conjunto, que una forma para evitar la simulación (90% de la contratación colectiva es simulada), es que no pase ninguna revisión contractual, ningún emplazamiento a huelga sin que previamente se consulte a las bases. Si las bases y la consulta real dice que quiere a la CTM como sindicato y que CTM firme el peor de los documentos, ¡en hora buena!, pero ese es el único antídoto con el que vamos a poderle pegar a estas bandas de chiquitos o a las bandas de grandotes, porque, a poco no, el contrato colectivo de Walmart también es un contrato colectivo de protección, y en el caso de Walmart no es uno, son “unos”, sin que contratos colectivos firmados por establecimiento a voluntad empresarial.
Tenemos tarea muy importante desde la Secretaría, desde la Comisión, desde la sociedad. Hace tiempo atrás hemos venido insistiendo en la necesidad del voto universal directo y secreto para las determinaciones fundamentales. En la secrecía del voto es el único momento en donde el trabajador, con absoluta y garantizada libertad, podrá decir: viva la CTM o lo que se le dé la gana.
Tocaría otro tema, y perdón que lo meta, porque esta Comisión tiene mucho trabajo. La Secretaría del Trabajo con el presupuesto más modesto del estado más grande del país, tiene mucho trabajo, y digo el estado más grande porque el presupuesto del Distrito Federal rebasa al de cualquier otro estado.
El tema de la profesionalización de los funcionarios de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, de tiempo atrás hemos dicho hay que tirar a la basura el tripartismo. El tripartismo no nos sirve ya para nada, no sirve ya la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, ni sirve en las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Pero bueno, no sólo no lo tiramos a la basura, sino que ahora lo premiamos. De acuerdo con el Programa de Capacitación de Profesionalización que se da el Gobierno del Distrito Federal a su Junta de Conciliación y Arbitraje, es muy desafortunada la forma cómo se pretende profesionalizar al personal. Número uno, porque es una profesionalización selectiva, y número dos, porque se pone como jurado evaluador a la representación del trabajo y a la representación del capital. Es decir, estamos obligando a los únicos verdaderamente representantes, los presidentes, a pasar por el filtro al que se le somete al ser evaluados por una comisión integrada por la representación del capital y del trabajo. Ese procedimiento, para mi gusto, es desafortunado, habrá que revisarlo; estoy por la profesionalización del trabajo en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, por lo menos como un proceso que a largo plazo llegue a los jueces de lo laboral, dependientes del Poder Judicial y desencajados del Poder Ejecutivo.
En fin, Patricia, este Catálogo es el inicio de un Catálogo que tendrá que crecer y hagamos esfuerzos todos porque la sociedad y sobre todo los funcionarios, en este caso los del Gobierno del Distrito Federal, entiendan que la Quinta Visitaduría existe y tiene un trabajo muy importante que realizar. Muchas gracias.