Discurso 75/2014
12 de septiembre de 2014
Gracias, buenos días a todas y todos. Me es grato compartir esta mesa de inicio en cuanto el Congreso en defensa del periodista, organizado por la Federación de Periodistas de América Latina y El Caribe.
También es un gran honor recibir a periodistas provenientes de todo el continente en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, donde tuvimos la oportunidad de tener un intercambio. Reconocemos el trabajo y la trayectoria de la Federación de Periodistas de América Latina y El Caribe en sus 10 años de trabajo a favor de los derechos sociales y laborales de las y los periodistas de la región, donde ejercer el periodismo se ha convertido en un trabajo de alto riesgo.
México es un ejemplo claro de estos retos y de estos riesgos a los que se enfrentan las y los periodistas. Desde el año 2006 nos encontramos con un escenario difícil para ejercer el derecho a la libertad de expresión en México. Las y los periodistas se han enfrentado a la violencia y la inseguridad generalizada en el país, lo que se ha convertido en un obstáculo para su labor periodística.
Los registros de Reporteros Sin Fronteras advierten que el período 2007-2012 puede ser considerado como uno de los más violentos en la historia del periodismo mexicano, con 58 asesinatos y 14 desapariciones de periodistas y más de 14 agresiones y atentados a instalaciones de medios de comunicación.
La situación ha sido de tal relevancia que ha llamado la atención de la Comunidad Internacional: en agosto de 2010, el Relator Especial para la Libertad de Expresión y Opinión de Naciones Unidas y la Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, realizaron una visita conjunta a México, en donde a través de Informes de Misión, publicados en 2011, externaron sus preocupaciones ante la situación de la libertad de expresión en México, especialmente con relación a la violencia contra las y los periodistas.
Desde la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, nos hemos sumado a esta preocupación y generado acciones reforzando el trabajo de atención y protección a periodistas y de promoción y defensa del derecho a la libertad de expresión, por medio del equipo de Defensa de la Dirección de Relatorías y de la Relatoría para la Libertad de Expresión, hemos atendido y dado seguimiento a decenas de casos de periodistas agredidos y los y las hemos acompañado en su camino, a través del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras y Periodistas de la ciudad de México y del Mecanismo Federal de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Además, continuamos registrando, monitoreando y dando seguimiento a los casos y a los temas que afectan el ejercicio de la libertad de expresión. Al día de hoy, seguimos enfrentándonos a un escenario difícil para el trabajo periodístico.
En el Informe mundial sobre la libertad de prensa de 2014, de Freedom House, se ubicó a México, por tercer año consecutivo, en la categoría de los países donde no existen las condiciones necesarias para consolidar una prensa libre y plural, junto con otros países latinoamericanos como Venezuela, Cuba y Ecuador.
De la misma manera, nos enfrentamos a este reto en la Ciudad de México, la cual durante años ha sido considerado este espacio de libertad para las y los periodistas que huyen de la violencia.
De acuerdo con los registros de la Relatoría para la Libertad de Expresión de esta Comisión, en 2013 se documentaron 435 agresiones a la libertad de expresión a nivel nacional, de las cuales 125 se registraron en el Distrito Federal, sobre todo en el contexto de cobertura de las manifestaciones.
Además, de enero de 2013 a la fecha, se registraron 25 asesinatos relacionados con el ejercicio de la libertad de expresión, de los cuales 16 eran periodistas.
Sabemos que tenemos un camino largo que recorrer para lograr que las y los periodistas, así como las personas que ejercen la libertad de expresión puedan ejercer con seguridad su derecho. Aun así, hay motivos para ver y reconocer ciertos avances de los mismos en México, en América Latina y en el mundo en general. Las razones están en los esfuerzos coordinados y en el trabajo que día a día se realiza de la mano con sociedad civil y las propias asociaciones de periodistas; ejemplo de ello son los esfuerzos que actualmente se llevan a cabo en esta ciudad para impulsar la creación de la Ley para el Mecanismo de Protección a Personas Defensoras y Periodistas de la Ciudad de México, con el objetivo de fortalecer la atención que se da a las y los periodistas.
De igual manera, este tipo de talleres y espacios dan cuenta del compromiso para avanzar en la protección a la población que ejerce el periodismo. Desde la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, seguiremos trabajando de la mano con todas y todos para lograr el pleno ejercicio de los derechos y celebramos, una vez más, el trabajo de organizaciones, como la Federación de Periodistas de América Latina y El Caribe, para seguir en la construcción del camino hacia la completa libertad de prensa y de la región en su conjunto.
Hay que reconocerlo, y es parte fundamental en el sistema extraordinario que estamos viviendo, por el nivel de violencia y riesgo: tenemos que ser estratégicos y las medidas tienen que ser enfocadas en una visión preventiva; ese es el enfoque estratégico. Perdemos todos cuando no están con nosotros las y los compañeros que, en un ejercicio responsable y valiente, se atrevieron a denunciar y por ello ya no se encuentran con nosotros. Tenemos que ser preventivos y visibilizar el costo en la calidad de democracia, cuando se ataca a un eje estratégico y central para la difusión del derecho a saber como sociedad.
Ustedes, en estas reuniones, en estos trabajos, retroalimentan, pero sobre todo visibilizan esta necesidad, en la lógica de ‘Ni uno más’, ‘Cero impunidad’. Pero sobre todo, perdemos como sociedad cada vez que callan una voz de los que forman parte de este ejercicio comprometido. Muchas gracias.