Discurso 35/2015
08 de septiembre de 2015
Gracias, buenos días a todas y todos. Saludo al honorable presidium, a la representación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, a la Secretaría de Gobierno, y a todos los demás integrantes; y, sobre todo, a la Sociedad Civil que el día de hoy nos acompaña.
El día de hoy nos hemos reunido aquí con la finalidad de dar inicio al tan esperado proceso de actualización del Diagnóstico y del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, herramienta fundamental para la elaboración de políticas públicas con enfoque de derechos humanos, y cuya finalidad es la de ampliar las garantías jurídicas y las condiciones institucionales para que las personas que habitan y transitan por el Distrito Federal puedan ejercer sus derechos humanos.
Tanto el Diagnóstico como el Programa han sido fruto del esfuerzo de coordinación entre actores estatales y de la sociedad civil. Como recordarán, este esfuerzo de articulación inició en el 2006, lo que permitió que en el 2009 se publicara el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal. La estructura y contenidos y contenidos del Diagnóstico y del Programa fueron amplios y ambiciosos conforme a las circunstancias que los vieron nacer. Recordarán que estos trabajos, en los que la Comisión de Derechos Humanos jugó un papel importante, colocó a la Ciudad de México como vanguardia, en el plano nacional e internacional, por sus esfuerzos para garantizar el ejercicio de los derechos humanos.
Si ya el Programa representaba un avance importante, un segundo paso en su consolidación fue la discusión y aprobación de la Ley y del Mecanismo de Seguimiento y Evaluación, lo que permitiría asegurar su implementación, seguimiento y evaluación.
Así, como Programa, Ley y Mecanismo, las autoridades del Distrito Federal enviaron un mensaje claro de su disposición y compromiso para seguir reforzando las bases institucionales a favor de los derechos humanos.
Por otra parte, deseo recordar que el Programa está relacionado con la Declaración y Plan de Acción de Viena de 1993, donde los Estados se comprometieron a avanzar en la creación de planes de acción por los derechos humanos. El Programa de DerechosHumanos representa la observancia de ese compromiso y sigue siendo ejemplo para el resto de las entidades federativas, así como insumo para la comunidad internacional. Otra cuestión importante a observar, es que el Programa se adelantó a la Reforma Constitucional que en derechos humanos se realizó en 2011, en donde se estableció que todo el aparato estatal estaba obligado a respetar, proteger, garantizar y promover los derechos humanos, reconocidos en nuestra Constitución y en los tratados internacionales. El Programa buscaba eso, implementar en el Distrito Federal las obligaciones del Estado mexicano en materia de derechos humanos. Por lo que se le debe entender como una herramienta, como un mapa de ruta, que permita avanzar en la consolidación de las acciones de las autoridades de la ciudad a favor de los derechos humanos.
Pero el Programa también puede ser una herramienta para la sociedad civil, como un documento para la contraloría social y para la exigibilidad en el cumplimiento de derechos. Como contraloría social en la medida que las y los ciudadanos, las Organizaciones de la Sociedad Civil, la academia, movimientos sociales, entre otros actores no estatales, cuentan con un documento para observar crítica y propositivamente el actuar de las autoridades de la ciudad, pero que a su vez, les permita una incidencia en todos los ciclos de las políticas públicas, mediante el reforzamiento o inicio de procesos de interlocución política, siempre en el marco de los contenidos del Programa.
Así, son años de aprendizaje desde el 2006 hasta la fecha, los cuales no se deben dejar a un lado, por lo contrario, se esperaría que en el actual proceso de actualización, se aproveche los aprendizajes obtenidos, se consideren las dificultades y las buenas prácticas que permitan llevar a buen puerto estos esfuerzos, que no se olvide, es una obligación legal.
La Comisión siempre ha estado interesada en elPrograma de Derechos Humanos. No obstante en el 2012 pasó a ser autoridad observadora. El compromiso desde mi gestión fue asumir una posición propositiva que en diversos momentos ha comunicado con claridad.
En ese sentido, les comento que la Comisión está interesada que de este proceso se obtenga unPrograma eficaz y adecuado a las circunstancias actuales, para lo cual considero necesario lo siguiente:
1. Recuperar y operativizar las enseñanzas adquiridas sobre las dificultades en el diseño, implementación, seguimiento y evaluación delPrograma.
2. En el diseño de las propuestas contenidas en elDiagnóstico y el Programa se deben de hacer con enfoque en derechos humanos, en toda su amplitud.
3. Que se avance en un acercamiento entre la realidad de las instituciones implementadoras y las obligaciones estatales en derechos humanos, lo que implica tomar en cuenta las fases de las políticas públicas, las facultades de las instancias implementadoras y, de ser necesario, los cambios normativos que adapten y dispongan a las instituciones del Estado para cumplir con las obligaciones generales de respetar, garantizar, proteger y promover los derechos humanos.
4. Identificar, de manera clara y fundada, los obstáculos en la implementación, seguimiento y evaluación del Programa, y a partir de lo cual reflexionar si es necesario realizar adecuaciones al funcionamiento del Mecanismo de Seguimiento y Evaluación.
5. Garantizar que en este proceso se incluirá de manera amplia participación ciudadana.
6. Si bien el Programa es una herramienta “técnica”, en su actualización será necesario garantizar un diálogo político de alto nivel para que los compromisos adquiridos tengan mayores posibilidades en su implementación, sin que ello signifique que lo técnico sea disminuido en su importancia
La Comisión considera que este proceso de actualización es una verdadera oportunidad para establecer las líneas generales que permitan a las y los servidores públicos del Distrito Federal realizar sus tareas acorde a los tiempos actuales, que permitan reforzar la democracia y el ejercicio de los derechos humanos.
Confío en que este proceso que se inicia buscará en todo momento dar cumplimiento a los derechos humanos. Confiamos en que tanto el Gobierno del Distrito Federal como el Tribunal Superior de Justicia y la Asamblea Legislativa responderán a la altura de la demanda que establece la atención del Programa, garantizando las condiciones para un diálogo abierto siempre tendiente al establecimiento de acuerdos y sinergias que conlleven al cumplimiento de las obligaciones del Estado mexicano en materia de derechos humanos. Esperamos que la sociedad civil, como siempre, contribuya, como en otros momentos, de manera crítica y propositiva. En este proceso, también la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal estará en su facultad observadora reforzando los trabajos y aportando los insumos necesarios.
Por último, no se debe olvidar que el papel central lo ocupan las personas, son a ellas a quienes están destinados los esfuerzos del Programa, y es a ellas en las que se debe de pensar en todos estos esfuerzos.
Muchas gracias.