Discurso 01/2016
18 de enero de 2016
Buenos días a todas y a todos. A nuestro honorable presídium, siempre muy comprometido; señor Subsecretario, la señora Diputada; del Tribunal, también, Elena Lugo, siempre estamos articulados, la sintonía también de la profesora que nos permite hacer este ejercicio que desde el año 2014 lleva a cabo la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), que es recabar las donaciones de zapatos y calcetines para entregarlos a personas que viven con discapacidad psicosocial en el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial y en el Centro Femenil de Reinserción Social Tepepan.
Esta iniciativa partió de la observación realizada durante la tramitación de las quejas en las que se detectó que las personas privadas de libertad que viven con discapacidad psicosocial se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, debido a que reciben menos visitas de sus familiares, sobre todo en el caso de las mujeres; y que a la discapacidad con la que viven se suman otros padecimientos, en algunos casos crónico-degenerativos, aunado a que, por su propia condición, sus necesidades son menos visibles.
Las condiciones de vida en los Centros de Reclusión afectan en mayor medida a los grupos de población en situación de mayor vulnerabilidad . la falta de calcetines y zapatos expone a las personas a diversas enfermedades y a sufrir lesiones que pueden poner en riesgo su vida, sobre todo en la temporada invernal. Por ello, esta Campaña se propuso como meta dotar de calzado y calcetines a las personas con discapacidad psicosocial en situación de reclusión, a fin de proteger su salud.
La Campaña Tus pies son los míos. Caminemos juntos no tiene como objetivo sustituir ni crear una situación asistencialista en la obligación de garantizar que tiene el Estado, sino para nosotros en la Comisión esta Campaña trata de ejercicio de derechos y de un reconocimiento y visibilización de las personas que tiene los mismos.
Con esta iniciativa se busca coadyuvar para sensibilizar sobre la condición en que se encuentra en las cárceles este grupo de población, que requiere atención especial y comenzar a formular alternativas de solución a su situación.
Esta actividad se propone sumar esfuerzos y voluntades en todos los ámbitos y hacer patente que lo que pasa en las cárceles con estas personas es una responsabilidad no sólo de las autoridades, sino de toda la sociedad y, que está en manos de todas y todos construir alternativas para su solución y lograr condiciones dignas y humanas.
No se puede dejar de mencionar que las condiciones de reclusión para las personas que viven con discapacidad psicosocial no son las mismas y que son más duras para las mujeres, que frecuentemente ven vulnerados sus derechos, por el solo hecho de serlo. Esto es así porque la sociedad conserva fuertes rasgos de una cultura machista que penaliza doblemente a las mujeres, condenándolas al abandono en las cárceles. Basta ver las largas filas en los centros varoniles los días de visita en comparación con el número de visitantes que reciben los centros femeniles. Pues se considera que las mujeres que se encuentran en prisión han transgredido o se han apartado del modelo tradicional, y por lo tanto deben ser castigadas también por la sociedad a través del rechazo.
Corresponde al Estado garantizar a las personas privadas de libertad el ejercicio de los derechos que no fueron afectados por la sentencia, como son el derecho a la educación, al trabajo, a la salud, al esparcimiento, a la cultura, a mantener y fortalecer los vínculos con sus familias y con el mundo exterior, a formar su propia familia, a la alimentación, al agua, etcétera. Y en este terreno es donde se tiene aún una gran deuda con todas.
Las mujeres y sus necesidades, tales como abastecer de toallas sanitarias, de pañales para la población infantil que permanece con sus madres en reclusión, y para mujeres adultas mayores; alimentación específica y diferenciada para distintos rangos de edad, toda vez que no son los mismos requerimientos nutricionales, en función de esta variedad. Y otra necesidad de gran importancia es contar con un programa integral y efectivo para atender las molestias, cambios y síntomas de las mujeres que atraviesan por la etapa de climaterio y menopausia.
Tales situaciones y muchas otras que sería largo reseñar, hacen que la situación de las mujeres en reclusión sea más compleja, por eso resulta de especial importancia la asistencia a este evento del Subsecretario de Sistema Penitenciario y del Subsecretario en materia de salud para hacer estas convocatorias y seguir y reforzar estos esfuerzos, y reconocer la condición específica de las mujeres, estableciendo estrategias, programas y metas para su atención.
El día de hoy estaremos haciendo, simbólicamente, la entrega de 48 zapatos, calcetines para una parte de la población, pero tenemos el total para toda la población 234 pares; por lo cual agradecemos tanto a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, a la Secretaría de Desarrollo Social, a la Subsecretaría del Sistema Penitenciario, a las personas que tuvieron esa confianza y se acercaron a la Comisión a dejar sus donativos, pero sobre todo a las y los compañeros de la propia Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que de manera solidaria, entusiasta y siempre comprometida llevan a cabo este tipo de acciones que sólo tienen un objetivo: decirles a todas que nos importan, decirles a todas que no están solas; y que este tipo de Institución y las personas que están aquí estamos para servirles. Muchas gracias.