domingo , 22 diciembre 2024

Palabras de la Doctora Perla Gómez Gallardo, Presidenta de la CDHDF, en la inauguración de la Quinta Edición de la Competencia Universitaria sobre Derechos Humanos “Sergio García Ramírez”

Discurso 33/2016
29 de agosto de 2016

Gracias; buenos días a todas y todos los asistentes. Saludo a las y los integrantes del presídium: Doctor Raúl Contreras Bustamante, Director de la Facultad de Derecho; Doctora Marie-Christine Fuchs, Directora del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica, de la Fundación Konrad Adenauer; Licenciado Jesús Peña Palacios, Representante Adjunto en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (OACNU); al Doctor Pedro Salazar Ugarte, Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la doctora Socorro Marquina; y al Doctor Carlos Reyes Díaz, integrantes de nuestra comunidad de la Facultad de Derecho.

Me complace acompañarles ya en este primer lustro como co convocantes en la Competencia que, como su nombre lo indica, es “una forma distinta de aproximarse al derecho”.

Aunque se puede constatar que las personas estudiosas en derechos humanos tienen un mayor manejo del Derecho Internacional en la materia, todavía enfrentamos grandes desafíos para operarlos y convertirlos en una herramienta analítica, que sea utilizada con fines prácticos o para evaluar los contextos. Además, en las audiencias públicas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), celebradas en nuestro país la semana pasada, escuchamos testimonios que dieron cuenta de la presunta desaparición forzada de tres personas. La constante en el discurso de las peticionarias fue la insatisfacción respecto de las fallas en la debida diligencia, la imparcialidad e independencia del juzgador, y la dilación del plazo razonable. Todas ellas dijeron esperar “justicia” de la Corte y evidenciaron que en América Latina, desde la perspectiva de las víctimas, la impunidad es una constante.

En este marco, el análisis de un caso hipotético, pensado como un mecanismo de investigación aplicada, resulta el ejercicio idóneo para que las y los estudiantes pongan a prueba sus habilidades para construir el contenido del o los derechos en cuestión; para que nutran y delimiten el contenido también de las obligaciones del Estado y para que lleven a la práctica los principios transversales del enfoque de derechos humanos, entre ellos la No Discriminación, la participación, y el acceso a la información; aprendiendo así a tejer interacciones e interpretar situaciones específicas dentro de un derecho y entre los derechos.

En particular, el caso de estudio de este año, relativo a la identidad sexo-genérica, nos demuestra que los derechos humanos sirven para analizar todos los contextos y todas las situaciones que están vigentes, que evolucionan en su contenido, pero que también son vulnerables a los embates de sus detractores.

Las y los estudiantes, como futuros litigantes, están llamados a revertir la impunidad, desde el ámbito interno. Como se señala en basta jurisprudencia, cuando no se sanciona a los autores de violaciones a los derechos humanos se envía el mensaje de que éstas son permisibles, se incrementan los sentimientos de inseguridad y se agudiza la desconfianza en la administración de justicia. Además, se acentúa la discriminación, la subordinación y la sensación de deslegitimación de las víctimas.

Según afirmó el juez Roberto Caldas, los derechos humanos deben ser el eje de actuación en la administración de justicia, porque buscan la protección de la dignidad, pero además sus operadores deben acercarse a las personas, a los movimientos sociales y a otros tribunales, incluso cuidando que el lenguaje sea una herramienta y no una barrera.

Finalmente, quiero llamar la atención sobre una cuestión que lastimosamente pasa desapercibida: los derechos humanos son algo más que normas, que meros postulados; son la expresión de ideales colectivos como la igualdad, la libertad, la no violencia, y la dignidad; por ello, como profesionales dedicados a su defensa y promoción, estamos obligados a internalizarlos y adoptar actitudes consecuentes con ellos. Esto implica coherencia, una dimensión ética, el examen de nuestras propias conductas, y no sólo de los contextos.

Éxito para todas y todos los participantes; hagan vivo el ejercicio de los derechos humanos; más en un contexto grave de descalificación para quienes toman esta valiente causa. Muchas gracias.

Inklusion
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