Discurso 38/2016
28 de septiembre de 2016
Gracias, buenos días a todas y a todos. En primer lugar quiero agradecer la generosidad y solidaridad de las y los ponentes, quienes nos dan no sólo su conocimiento, sino el tiempo que permite hacer estas reflexiones, sin lo cual no sería posible hacer esta segunda edición del Coloquio sobre el Derecho de la Información.
Nos reunimos el día de hoy en el marco del Día Internacional del Derecho a Saber, conmemoración que se conjuga en esta ocasión con un momento de gran importancia para la Ciudad, ya que por primera vez podremos contar con una Constitución y tenemos en el marco jurídico y político de nuestro país una categoría como entidad federativa.
Dentro de los múltiples cambios que conlleva dicha situación está el consistente en la elaboración de esta primera Constitución de la Ciudad de México, que deberá estar aprobada a más tardar el 31 de enero de 2017. Norma que marca el inicio de múltiples cambios políticos y jurídicos que traen consigo una gran responsabilidad y oportunidad a la vez.
En la Comisión de Derechos Humanos nos encontramos en este momento histórico y asumimos como institución la garantía y la responsabilidad que tenemos de incidir y, junto con nuestra voz, lo que pensamos y, en este espacio de reflexión, saber lo que queremos que se incluya en la Constitución en materia de Derecho a Saber, Libertad de Expresión, Transparencia y Acceso a la Información, sin descartar la libertad de manifestación y de protesta social.
Puedo afirmar que la Ciudad de México, a pesar de todos sus retos, el día de hoy es un referente nacional por lo que respecta a derechos reconocidos en sus marcos normativos. Es una metrópoli de avanzada que marca parámetros en derechos ciudadanos, derechos que de no ser reconocidos y otorgarse por primera vez en la Ciudad difícilmente podrían ser replicados en otras latitudes.
Es por ello que desde la Comisión nos hemos dado a la tarea de realizar diversos eventos, espacios de reflexión, observaciones directas, para la creación de sinergias institucionales con las cuales la Asamblea Constituyente establezca y reconozca los derechos humanos en la Constitución Política de la Ciudad de México, atendiendo a los más altos estándares en la materia.
Estamos llamados y llamadas a continuar con este lugar privilegiado que hoy tenemos de poder ser un referente para el resto del país en materia normativa. En derechos humanos en la Ciudad de México no debemos dar un solo pasa atrás.
Así, hoy toca al derecho de la información tener su espacio. Un derecho humano que en la actualidad enfrenta retos, obstáculos, desafíos mayúsculos, como los que, por citar algunos ejemplos, les daré a continuación.
Para quienes ejercen la libertad de expresión -como lo hemos visto en fechas recientes- existe el riesgo de verse afectados por ataques directos. No es menor, y antes de concluir el Foro pediremos como lo hacemos siempre en este tipo de eventos, el minuto de silencio por las y los periodistas muertos y desaparecidos, cuya mayor afrenta es la impunidad. Y no es menor decirlo porque no cuesta privar de la vida a un periodista en nuestro país. Y los ataques indirectos que de manera sutil, pero igual de efectiva, sufren los periodistas y las periodistas, que haciendo un ejercicio valiente de su libertad de expresión ahora son sujetos a juicios y se usa el acoso judicial como esta manera de inhibir. Sin hablar de los controles oficiales, cuando hemos visto medios de comunicación que les hacen verificaciones, les hacen auditorías, les hacen todo tipo de controles institucionales, que sospechosamente en el contexto sólo se le aplica a los medios incómodos y no así a los que están alineados con cierta cuestión editorial. El uso de vías institucionales para mermar, intimidar y callar a las personas que están informadas, que saben y quieren que las demás conozcan.
Como autoridades tenemos retos que nos obligan a diseñar mejores y más eficaces mecanismos de transparencia en la gestión de nuestros actos. La transparencia debe ser el eje rector en cualquier administración y acto de gobierno. El ciudadano y la ciudadana deben y pueden saber lo que requieran. La tendencia incluso es que las personas estén informados sin que medie solicitud alguna. Es decir, que deben afinar mecanismos mediante los cuales las autoridades proporcionen de manera masiva información útil, sencilla, veraz y accesible a las personas.
Es necesario avanzar en prácticas y normativa en la protección de los derechos personales. Las personas no pueden correr ningún riesgo al respecto. El vertiginoso avance de las tecnologías hace mayor y más complejo el compromiso. Igual de eficiente y eficaz debe ser la respuesta para proteger dichos datos.
Y aquí vale decir que la única regulación que debe existir en materia de la Internet es la ética. Cuidado con la censura previa, que bajo los estándares más altos no debe existir en una sociedad democrática. Pero sí reflexionemos sobre qué alcances tenemos cuando podemos decir más de una injuria en menos de 140 caracteres.
Otro de los retos es aquél respecto de una sociedad cada día más crítica, que sitúa a las y a los ciudadanos como aquella persona que tiene derecho a ser informado de manera veraz, oportuna y sin distorsión y tendencia alguna. Oportunidad que nos invita a reflexionar qué y cómo comunican los medios, si existe una verdadera democracia en sus contenidos y verdaderamente cumplen su labor social al informar.
Y en la Ciudad de México caben todas las expresiones. Nos encontramos con una Ciudad en la que todas las voces que se manifiestan hoy tienen espacio para ello. En ese sentido el reto radica en continuar garantizando la libre manifestación de las ideas de todas las personas sin distinción y sin preferencias.
Y aquí entra un dato muy importante después de haber visto el ejercicio del fin de semana sobre las manifestaciones en defensa de la familia: la libertad de expresión, como todo derecho, no es absoluto. Y uno de los grandes límites que se establece en los principales estándares es que no llame a la incitación y al odio, ni se genere a través de la discriminación.
Y ése es un gran reto que tenemos como institución: el informar asertivamente a las personas, evitar que se desvirtúen los mensajes de lo que incluye y lo que debe ser la familia en nuestro México contemporáneo y, respetando las libertades religiosas, jamás bajo un esquema que se tolere y se permita la discriminación, la exclusión o cualquier medio que niegue el derecho de las personas por el simple hecho de ser diferentes.
De la mano de estos retos, obstáculos y desafíos, nuestro Coloquio adquiere mayor relevancia al convertirse en un espacio donde convergen ideas en torno al derecho a la protesta social, la transparencia y protección de datos personales, la función pública de los medios de comunicación en el derecho de la información y las garantías fundamentales de las y los periodistas para el pleno ejercicio de la libertad de expresión. Temas que se reflejan en cada una de las mesas de discusión y sus respectivas conferencias magistrales.
Este espacio tiene como finalidad incidir en la vida de las personas que habitan y transitan en esta Ciudad.
Desde el 2010 a la fecha, en nuestro país hemos tenido la pérdida de vidas humanas y personas desaparecidas que esperamos regresen con vida, de 62 periodistas a nivel país. Sólo el 2016 ya reporta 13 compañeras y compañeros periodistas asesinados o desaparecidos. Les pediría por favor que nos pudiéramos poner de pie y dedicar un minuto de silencio a la labor valiente y comprometida de estas compañeras y compañeros.
Gracias. Ni impunidad ni olvido para todas las compañeras y compañeros que el día de hoy, justo por este ejercicio, no están con nosotros, pero su legado no será jamás olvidado.
De la participación de espacios plurales como éste, de la voluntad política con que se muestren los diversos actores y de la capacidad de asimilar nuestros retos y convertirlos en oportunidades, dependerán los resultados con los que la Constitución Política de la Ciudad de México refleje los mayores estándares por lo que a derechos humanos se refiere.
Estamos convencidas y convencidos de que todas las personas involucradas en este proceso buscan crear la mejor y más avanzada herramienta normativa. Una Constitución a la altura de una de las ciudades más grandes y plurales, pero sobre todo con mayor libertad y empoderamiento de ciudadanas y ciudadanos. Por lo que seguiremos colaborando y coadyuvando para que así sea.
Los resultados de este trabajo se harán llegar a la Asamblea Constituyente, como lo hemos hecho en diversos momentos con otros derechos, como insumos reflexivos, pero sobre todo como estándares mínimos que deberá contener nuestra primera Constitución.
Le pediría a nuestro Consejero, el Doctor Juan Luis Gómez Jardón, que pase aquí a la tribuna para hacer la declaración formal de inauguración de los trabajos.
Gracias.