Discurso 52/2016
30 de noviembre de 2016
Gracias, buenos días a todas y todos. Antes que nada, estamos muy contentas, muy contentos, de poderlas recibir hoy, aquí,. En esta su casa. Sobre todo por lo que significa para nosotras y nosotros aquí en la institución el Reconocimiento “Hermanas Mirabal”.
Doblemente gustosas de tener en el auditorio también a la Maestra Gloria, sea bienvenida; a Juliana Quintanilla, que recientemente estuvo de este lado del estrado, recibiendo el Reconocimiento “Ponciano Arriaga”; y también decirlo: señor Rector de la Universidad Autónoma del estado de Zacatecas, Doctor Antonio Guzmán, sea usted bienvenido, y tenga un doble Reconocimiento. Los académicos sabemos lo que es una barrera, cuando la autoridad no se abre y, bien lo decía la Maestra, qué bueno, y doble, doble este Reconocimiento, y que sea motivador de muchas instancias en ese Currículum oculto, de la importancia que es abrir y ser sensible a estos temas.
Agradezco justo esta asistencia a la Sexta Entrega del Reconocimiento del Banco de Buenas Prácticas contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas “Hermanas Mirabal” 2016.
Esta ceremonia se enmarca en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres y las Niñas, que se conmemoró, como ya se decía, el pasado 25 de noviembre, con el objetivo de visibilizar las formas de discriminación y de violencia que viven las mujeres y las niñas en el mundo, así como para ponerle fin a un problema social que atenta contra su dignidad y afecta el ejercicio y el disfrute de sus derechos humanos, traducido en múltiples y diversas formas de violencia en su contra.
La violencia hacia las mujeres y las niñas es un problema generalizado, global y naturalizado por las sociedades que, prácticamente en todo el mundo…, ya que por desgracia, ningún país ha erradicado por completo la violencia contra las mujeres y las niñas.
Tan solo en México, y ya se referían a que, según cifras de la ONU-Mujeres, en promedio ocurren alrededor de 6.2 asesinatos de mujeres al día; algunos de ellos son cometidos con claros motivos basados en las razones de género que penalmente se han reconocido como feminicidios y que constituyen la forma más extrema de violencia contra las niñas y las mujeres. Feminicidios que, según cifras del INEGI, son cometidos en 70% de los casos por alguna persona conocida de la víctima, generalmente su pareja o ex pareja.
La violencia contra las mujeres sigue siendo un asunto preocupante que está presente en la agenda nacional e internacional desde hace varias décadas, debido en parte a las acciones emprendidas por los movimiento y organizaciones feministas, que han permitido llamar la atención sobre las causas, consecuencias y el impacto negativo de esta situación, y que han impulsado políticas públicas especializadas para la atención de la violencia de género y para la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las mujeres y las niñas.
Sin embargo, aunque importantes y trascendentes, esas demandas de los movimientos de las organizaciones feministas y la reivindicación y avance en términos legislativos, han sido insuficientes para lograr combatir frontalmente este grave problema social, que sigue colocándonos en una posición de riesgo, de inseguridad y de mayor vulnerabilidad, inmersas en una sociedad patriarcal, machista y claramente sexista.
Si bien en México se cuenta con avances importantes en materia legislativa, entre los que destaca la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; la Ley general para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, así como las leyes en las entidades en dichas materias, tales como la de la Ciudad de México, la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, por las cuales se han reconocido distintos tipos y modalidades de violencia hacia las mujeres, así como su Derecho a la Igualdad y a una Vida Libre de Violencia, aún queda un largo camino por recorrer, pues no se ha logrado transversalizar la perspectiva de género y el enfoque diferencial en todos los programas, acciones y estructuras de Gobierno, por lo que como mujeres que ocupamos espacios públicos, o que tenemos una voz que genera resonancia social, tenemos que seguir insistiendo en que no basta con lo logrado hasta la fecha, que hay una gran agenda de temas pendientes que tenemos que seguir impulsando y que, precisamente, en el marco del 25 de noviembre, es nuestra obligación externarlo de manera pública, para que las mujeres lo escuchen, pero sobre todo para que los hombres no olviden.
Teniendo clara esta motivación y el mensaje que queremos enviar en este acto de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, reiteramos nuestro compromiso con la defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. En esta Ciudad, la defensa de los derechos de todas y para todas es considerado uno de los objetivos primordiales de la gestión que me ha tocado tener el honor de presidir.
En concordancia con ello, hemos emitido 26 Recomendaciones relacionadas con violaciones a los derechos humanos de las mujeres, ya sea por su relación con algún tipo o modalidad de la violencia o por acciones constitutivas de discriminación, motivadas por razón de género, por falta de acceso a la justicia, por violaciones al debido proceso, a la presunción de inocencia; por violaciones relacionadas con su derecho a la salud, a sus derechos reproductivos, por violencia obstétrica; por trata de personas y prostitución de las mujeres en reclusión e, incluso, por haber sufrido violencia institucional por parte de algunas dependencias del Gobierno de esta Ciudad.
Y en los meses próximos, emitiremos Recomendaciones que abonarán al fortalecimiento institucional en esta Ciudad en materia de procuración e impartición de justicia, desde la debida diligencia y la perspectiva de género.
Pero nuestras obligaciones como Órgano Autónomo especializado para la Defensa de los Derechos Humanos no se limita solo a la garantía y a la protección de esos derechos, también nos corresponde cumplir con la obligación de promover una cultura de respeto de los derechos humanos. Por ello, el día de hoy nos reunimos en esta sala para seguir contribuyendo con la Sexta Entrega del Reconocimiento “Hermanas Mirabal” 2016, al reconocimiento de las Organizaciones Civiles, que por su trabajo y dedicación han sido merecedoras de este humilde, pero simbólico Reconocimiento.
Es fundamental difundir las experiencias innovadoras consideradas como casos de éxito en el territorio nacional. Así como las buenas prácticas en el camino hacia la erradicación de la violencia hacia las mujeres y las niñas con acciones de prevención, atención y acceso a la justicia.
Por ello este Reconocimiento es otorgado por igual a Organizaciones de la Sociedad Civil, instituciones académicas y personas mujeres activistas o defensoras de derechos humanos. Porque es muy valioso reconocer las buenas acciones y los ejemplos exitosos que se están ejecutando para la eliminación de la violencia de género.
Para esta sexta edición del Reconocimiento “Hermanas Mirabal” 2016 se recibieron 13 proyectos, 7 en la categoría de prevención, 4 en atención y 2 en acceso a la justicia, proyectos de excelente calidad, gran conciencia y compromiso social, cabe destacar para esta sexta entrega por acuerdo del Consejo de la CDHDF se decidió incorporar la categoría de acceso a la justicia como una categoría independiente para visibilizar las acciones en esta materia con el objetivo de destacar las buenas prácticas relacionadas con el ejercicio de este derecho humano.
Al mismo tiempo, en esta misma convocatoria se estableció como criterios de evaluación del éxito de la buena práctica, la consideración de la interseccionalidad de la discriminación que viven las mujeres y las niñas en México con el fin de mostrar las buenas prácticas para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas con distintas características sociales como la discapacidad, la edad, el origen étnico, el idioma, la nacionalidad, entre otras.
En esta ocasión reconocemos y agradecemos la relevante labor que están llevando a cabo las organizaciones civiles y las instituciones académicas a lo largo y ancho del país para atender la violencia en contra de mujeres y niñas, por lo que nos llena de orgullo este Reconocimiento que acabamos de entregar en el Banco de Buenas Prácticas Hermanas Mirabal 2016 a Organizaciones representantes del estado de Morelos, Zacatecas y de la Ciudad de México, así como la mención especial a la organización del estado de Puebla.
Estos Reconocimientos se suman a los otros proyectos que fueron postulados por esta misma convocatoria y que reflejan los esfuerzos de la sociedad mexicana para erradicar la violencia contra las mujeres, mismos que hemos recolectado en el micrositio con el cual ya cuenta la CDHDF y del cual se hacía la presentación al inicio de esta ceremonia.
Como ya se señaló, en la Categoría de Prevención se tuvo como ganadora a la Casa Mandarina A.C., por su destacado proyecto el Monumento de Historias haciendo visible la violencia sexual, donde a través del arte se le da voz a mujeres y niñas sobrevivientes de violencias sexual logrando así sensibilizar a las y los participantes del proyecto.
En la Categoría de Atención se tuvo como ganadora a la Casa de la Mujer “Eulalia Gómez Barrón”, Organización en Zacatecas que desempeña una gran labor mediante la atención psicológica, médica y asesoría jurídica a mujeres y niñas que viven o vivieron violencia familiar y en otros espacios, además por contar con talleres, conferencias y actividades que contribuyan a empoderarlas mediante la enseñanza de sus derechos humanos mediante la perspectiva de género.
En la Categoría de Justicia se tuvo como ganadora a la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos A.C., por su labor de diagnóstico, monitoreo e investigación que ha permitido visibilizar de manera amplia los casos de feminicidio en la entidad, acciones que posteriormente dieron origen y motivamos la emisión de la alerta de violencia de género contra las mujeres en el año 2015 en esta entidad.
Igualmente en esta ocasión tenemos el placer de hacer una mención especial a la Agrupación Juvenil Xonaca A.C., por su compromiso constante con las mujeres con discapacidad que sufren violencia, la cual se busca abordar para su erradicación en los diversos talleres, materiales y capacitaciones que la organización ha otorgado en el estado de Puebla.
Agradecemos profundamente la participación de cada una de las organizaciones que se postularon pues es gracias a sus buenas prácticas que día a día se contribuye a la defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas en todo el territorio nacional. Estamos convencidas que es posible proponer y propiciar la realización de acciones eficaces para prevenir y atender la violencia en contra de la mujer, así como procurar el acceso a la justicia para todas aquellas que han sufrido algún tipo de violencia y que han sido víctimas de su violación a sus derechos humanos, igualmente estamos convencidas que este tipo de reconocimientos entre nosotras mismas nos motiva a seguir trabajando por y para las mujeres, por y para las niñas, por y para construir un México igualitario, justo y respetuoso de los derechos de todas y todos.
Y, querida Maestra Irma, dicen que el maestro es el que enseña a ver el rostro a la otra o al otro; lo está haciendo usted cotidianamente. Y cuando el dolor se transforma en causa todo tiene sentido, y lo que más motiva es ver trayectorias y es ver jóvenes, porque la juventud no es apática, esa es una mentira, porque la juventud es justo esa esperanza que va de la mano de la experiencia, gente que tenemos aquí como Gloria, gente que tenemos aquí como Juliana, como la Maestra Irma, como nuestra querida jurado que está más que entusiasmada de saber que esto se continúa institucionalmente, hoy les reconocemos por su trabajo, reconocemos su esfuerzo y su dedicación.
Reconocemos su compromiso, pero sobre todo reconocemos que con su labor cotidiana nuestras mariposas, esas históricas mariposas de las Hermanas Mirabal, siguen teniendo larga vida y la seguirán teniendo por muchos años. Muchas gracias.