Discurso 03/2017
31 de enero de 2017
Buenos días a todas y a todos. El día de hoy estamos más que contentas y contentos en esta Comisión porque tenemos el privilegio de sumar estos esfuerzos, y reconocer este trabajo que se viene encaminando desde hace 21 años.
Saludo no a la Abogada General de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Doctora Mónica González Contró, y no a la Presidenta de Ririki Intervención Social, AC, Doctora Nashieli Ramírez Hernández, sino a las dos queridas ex Consejeras de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, personas apasionadas defensoras por los derechos de niñas, niños y adolescentes. Siempre es un privilegio poder coincidir y qué mejor que sean testigas el día de hoy de este trabajo que siempre han venido consolidando en beneficio de las niñas, niños y adolescentes, no sólo de nuestra Ciudad, sino que trasciende las fronteras de lo que trabajan cotidianamente desde la academia y la sociedad civil.
Saludo de igual manera al Secretario de Educación de la Ciudad de México, Licenciado Mauricio Rodríguez Alonso. Es alentador saber que existe ese espíritu autocrítico, ese espíritu propositivo y comprometido, y esa nueva sangre que ayuda a ver las cosas de otra manera para que se sigan fortaleciendo las acciones que llevamos a cabo. Al Doctor Fernando Gamboa Rodríguez, responsable del Proyecto “Aula del futuro”, del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM, la casa que siempre abre y fortalece los esfuerzos. Muchas gracias y muchas gracias a su equipo de trabajo. Lo sabemos, lo reconocemos y lo valoramos, porque es esta interrelación la que nos fortalece como instituciones.
También saludo al Licenciado José Rafael Castillo García, de la Unidad de Atención al Maltrato y al Abuso Sexual Infantil de la Administración Federal de Servicios Educativos en la Ciudad de México, que viene en representación, y le enviamos un saludo, al Doctor Luis Ignacio Sánchez Gómez. Y a todas y a todos ustedes, sobre todo jóvenes de la Escuela Secundaria Diego Rivera. Ya viene lo bueno, no se preocupen, son mensajes protocolarios, pero siempre es bueno tener público cautivo.
Es un gusto, les digo, para esta Comisión tener estos 21 años, y no es menor que desde 1990, en la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño por parte de nuestro país, hubo la necesidad de dar plena eficacia a este tratado internacional mediante la protección y respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes dentro del derecho mexicano, situación que representó un gran reto que debía abordarse desde aproximaciones conceptuales y metodológicas específicas para trabajar con y en favor de este sector.
El construir un proyecto de esta naturaleza implicó grandes retos. Sin embargo, poco a poco fue rindiendo sus frutos, y es así como La Casa del Árbol se fue consolidando como un referente importante en el tema de la educación en derechos humanos.
Desde sus inicios, La Casa del Árbol se concibió como un espacio con exhibiciones didácticas. Poco tiempo después, el enfoque propuesto desde la Educación para la Paz y los Derechos Humanos colocó a la experiencia las niñas, niños y adolescentes como el centro del quehacer educativo.
Desde entonces, La Casa del Árbol ha sido un espacio abierto a jóvenes de nuestra Ciudad, en el que hacen de los derechos humanos un modo de vida, un espacio educativo y recuperan su sentido ético y político.
A 21 años de su funcionamiento, la Comisión sigue innovando. Y aquí hago un alto porque es importante reconocer que cuando una idea es buena y se consolida, trasciende y fortalece a las instituciones y se sigue dando en el cotidiano. Tenemos el privilegio de tener a quien fue la fundadora de La Casa del Árbol hace 21 años, la Maestra Teresita Gómez de León, a quien le hacemos un caluroso aplauso de reconocimiento y trabajo a su labor. A la Maestra Sofía Villa Helenes, primer Directora de La Casa del Árbol, que también está aquí con su presencia; y la Licenciada Lorena Madrazo Limón, la Directora de Calidad en la Dirección General de Procesos y Estructura Organizacional de la Secretaría de Desarrollo Social, agradecerles también el estar el día de hoy con nosotros y nosotras.
Gracias por su iniciativa, gracias por dejarnos esa semilla que sigue dando frutos y que hoy evoluciona. A sus 21 años de funcionamiento esta innovación que tenemos gracias a que estamos cobijados por el CCADET de la UNAM, La Casa del Árbol ha integrado la tecnología a su quehacer cotidiano, lo que representa un gran potencial y apoyo en el proceso de aprendizaje.
Si bien ahora hay innovaciones de los muros que dividen, que fragmentan o que dañan el sentido de comunidad, y del cual no nos vamos a callar. Hay una exposición que tenemos aquí afuera que nos recuerda lo que pasa cuando nos callamos cuando algo está mal. Eso hay que decirlo y decirlo con claridad: no dejemos que el discurso del odio prevalezca jamás.
Y en cambio hay muros que nos ayudan a construir, como este que vamos a presentar en La Casa del Árbol, un muro colaborativo, un muro que fomenta la solidaridad, la cooperación, que contribuye a la conformación de equipos que nos permitan mirarnos y reconocernos como iguales, unidos para un fin común. Un muro que nos devuelve un lugar protagónico en el proceso de aprendizaje.
La incorporación de esta herramienta nos coloca sin duda alguna ante el reto de repensar lo que hacemos, cómo y para qué lo hacemos. Por ello, quienes visiten La Casa del Árbol en fechas futuras, encontrarán nuevos contenidos y un modelo pedagógico renovado y de vanguardia.
Jóvenes, compañeras, compañeros, supimos también de episodios dramáticos, como el triste y desolador suceso que pasó en la escuela en Monterrey. Es claro que acciones de esa naturaleza pueden dar cabida a reacciones negativas por parte de las diferentes autoridades, consistentes en el endurecimiento innecesario de medidas de seguridad escolar o en la criminalización de algunos actos realizados por niñas, niños o adolescentes, así como un sentimiento de aversión hacia los jóvenes.
Repudiamos cualquier práctica que criminalice a las víctimas, cualquier práctica que criminalice a un niño, niña, adolescente, que requiere más bien herramientas, valores y acompañamiento como sociedad. No compartimos ese modelo, pero sí compartimos las medidas preventivas, las medidas de corresponsabilidad y las mejores prácticas que se van a seguir construyendo en colaboración con las autoridades, las especialistas, pero sobre todo para ustedes; que para todas y todos ustedes tenga sentido y que sepan que siempre habrá instituciones incómodas ante estas innovaciones negativas que tratan de reprimir lo que es esta libertad y estos derechos que ustedes tienen garantizados.
Ante estos escenarios, quiero destacar que esta Comisión seguirá apostando por la educación como una herramienta valiosa y fundamental para la transformación de nuestra sociedad, que nos propicie la construcción de espacios de diálogo para dirimir conflictos a partir de la adecuada atención de las demandas sociales y de forma tal que contribuya a la erradicación de prácticas nocivas y discriminatorias que atenten contra la dignidad de las personas.
Finalmente, quiero señalar que es para mí un orgullo y un gran honor, ser parte de este gran esfuerzo que se ha llevado a cabo, y agradezco sobre todo a todas las compañeras y a todos los compañeros de la Dirección de Educación. Sí se ve, es estratégico y es fundamental. Lo que hacen todas y todos ustedes en el cotidiano es la verdadera incidencia que siembra estas semillas de la paz. Enhorabuena, es un privilegio tener áreas tan importantes en la institución, como las áreas de promoción y del área fundamental de educación, que sí se ve, que sí se nota y que la incidencia está presente el día de hoy.
Muchas gracias a todas y a todos.