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Palabras de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, durante la Firma del Convenio Marco de Colaboración Institucional con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación

Discurso 08/2018
13 de febrero de 2018

Hola, muy buenos días a todas y todos. Bienvenidos y bienvenidas a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).

Para la Comisión es un gusto recibir al Doctor Eduardo Backhoff Escudero, Consejero Presidente delInstituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE); y a la Doctora Sylvia Schmelkes, Consejera también del INEE; y, a través de este conducto, saludar a las otras dos Consejeras y al otro Consejero, de parte de aquí de la Comisión.

Agradezco la presencia de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF); de Arturo Velázquez, de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Desde 2013, el INEE se convirtió en un Organismo Público Autónomo, como lo es esta Comisión, obtuvo el reconocimiento legal para contar con las facultades necesarias que le permiten llevar a cabo las tareas de evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional, desde la educación preescolar hasta el nivel medio superior.

Desde una óptica de derechos, el primer mandato que, como Organismos Autónomos estamos llamados a cumplir, tanto el INEE como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, es el mandato que se establece en nuestra Constitución. Si bien ha sido motivo de reformas y procesos de cambios, la esencia del Artículo 3o Constitucional sigue siendo la misma: la dignidad humana.

Por eso, en el texto de la Constitución se puede leer con  mucha claridad que la educación que imparte el Estado debe desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentar el amor a la patria, el respeto a los derechos humanos y a la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y la justicia.

El Derecho a la Educación no sólo implica tomar medidas para garantizar su acceso de piso mínimo con el que todas y todos deberíamos contar. De acuerdo con los datos publicados por el CONEVAL, en 2016, 744 mil personas en la Ciudad de México no tenían acceso a la educación básica; y a nivel nacional esta realidad alcanzaba 21.3 millones de personas, considerados en rezago educativo y, por lo tanto, se situaban en alguna condición de pobreza.

Si lo anterior sigue siendo un reto histórico, garantizar la calidad de la educación es un tema de las mayores proporciones. Por ello, todas las instituciones debemos de sumarnos al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, ya que la educación constituye el principal motor de cambio de nuestra sociedad, en el corto, mediano y largo plazo.

La mejora de presupuestos para la educación, elevar y actualizar los contenidos educativos, mejorar la infraestructura de los planteles escolares, de capacitación permanente de los docentes, ampliar la matrícula escolar y evitar la deserción implica respetar los derechos humanos.

En este sentido, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal se complace en suscribir un Convenio de Colaboración institucional, el primero en su tipo a nivel nacional, de una Comisión de Derechos Humanos con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, en el que expresamos nuestro interés en promover conjuntamente acciones tendientes a reforzar el acceso, la protección, defensa, vigilancia, promoción, estudio y difusión de los derechos humanos en materia de calidad educativa.

Con este Convenio Marco también buscamos la divulgación del conocimiento en áreas de coincidencia e intereses institucionales, mediante acciones de colaboración, intercambio y apoyo mutuo. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal conjugarán esfuerzos, recursos y experiencias para realizar múltiples actividades de fomento y promoción sobre los derechos humanos y la educación. De igual modo, será posible diseñar y ejecutar estrategias y actividades vinculadas al desarrollo de capacidades institucionales en ambas instituciones.

Quienes confiamos en que la educación es un elemento transformador de la sociedad, por estar seguros de que es a través de la educación que niñas, niños y adolescentes pueden convertirse en sujetos de su propio desarrollo, nos sentimos muy agradecidos por sumar esfuerzos con el Instituto. Nuestros propósitos en este sentido.

El Instituto, como ustedes saben, genera información, genera datos que permiten, o desean estimular una reforma, estimular cambios, mejorar el sistema educativo. En ese sentido, hay un Consejo, que es un Consejo primordial en esta institución, que no está formado de técnicos ni de educares puros, netos; sino está formado por gente de la sociedad, porque básicamente lo que se requiere es, ellos generan los datos, ellos generan la evidencia, y la sociedad tenemos que generar los preceptos para que esto cambie con esos datos y con esa evidencia.

Es una suerte como para Recomendaciones, y lo vamos a ver al rato que estemos con las directrices. Son Recomendaciones, porque lo que generan, lo que deben de generar, no es una acción obligatoria ni vinculante, sino una acción de conciencia social, que nos ayude a todos a avanzar, ¿en qué? En un mejor sistema que permita que el Derecho a la Educación cumpla su función de derecho llave para otros derechos humanos.

Ese es el sentido de este Convenio, y es por eso que la Comisión de Derechos Humanos se siente muy, muy contenta de poder firmar este Convenio y de poder, sobre todo, tener este marco para poder realizar acciones sobre el Derecho a la Educación de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México.

Vamos a empezar a concretar lo que es este Convenio, inmediatamente después de este acto, a las 12 del día. Vamos a pasar a la presentación pública de las directrices para mejorar la permanencia en la educación superior en la Ciudad de México. Los invitaría a quedarse, como la maestra Schmelkes nos comentaba, la Ciudad de México tiene indicadores de manera global muy arriba de la media nacional. Por ejemplo, tenemos un promedio de escolaridad de 11.1, en contraste con el 9.4 a nivel nacional.

Sin embargo, tenemos problemas también, como lo señaló, en primera infancia, en educación inicial, en atención a educación preescolar. Pero también, muchos y muy importantes, en educación media superior.

Por decirles algo, en corto, la eficiencia terminal de 2016-2017, ciclo escolar, teníamos una eficiencia terminal de 52.6% en este nivel educativo en la Ciudad. Para este ciclo escolar que acaba de concluir, tendríamos un estimado de 53.3%; es decir, estamos en lugar de reduciendo, estamos incrementando; es decir, no estamos pudiendo hacer mucho por el abandono y mucho por mejorar la eficiencia terminal de los adolescentes que ingresan a este nivel, que, por cierto, en términos de ingreso, somos de las entidades con mayor cobertura. Sin embargo, en esta parte entran muchos, pero estamos dejando atrás a muchos y no concluyen.

Por darles un ejemplo: en este 53.3%, la media es de 66.6%; estamos abajo de la media nacional. Y estados como Jalisco nos superan por casi 30 puntos porcentuales, porque tienen una media de eficiencia terminal de 86.3%.

Por eso, y arrancamos bien este Convenio, actuando y trabajando, y los invitamos a que a las 12 nos acompañen a la presentación de estas directrices, que lo que buscan exactamente es mejorar la educación media superior, en este caso, la permanencia de las y los adolescentes en este que, además, constituye el último eslabón de la educación obligatoria en nuestro país.

Gracias.

Inklusion
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