Discurso 12/2018
5 de marzo de 2018
Hola, buenas tardes. Saludo y agradezco a todas las mujeres, a los hombres también, a las Organizaciones de la Sociedad Civil e instituciones académicas que nos acompañan hoy en esta Doceava entrega del Reconocimiento Hermila Galindo. Jaime Rochín, de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), gracias por acompañarnos.
Este Reconocimiento se lleva a cabo en el marco del Día Internacional de las Mujeres, con el objetivo de visibilizar la trayectoria personal y desde las Organizaciones de la Sociedad Civil en favor de la promoción de los derechos humanos de las mujeres y las niñas en México.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal reitera la importancia de reconocer el camino que han tenido que recorrer las mujeres para defender sus derechos, y para que otras mujeres cuenten con las herramientas necesarias para exigirlos, dentro de un sistema patriarcal en el que vivimos; un mundo cimentado y sesgado por una visión que pone al centro la figura del hombre y que por ende invisibiliza a quienes conformamos más de la mitad de la población mundial.
Han tenido que pasar más de 200 años desde la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, para que a las mujeres se nos reconociera como humanas y como sujetos de derechos. Lo que sucedió en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, han sido años de lucha en donde diversas mujeres feministas y defensoras de derechos humanos de las mujeres y las niñas han sido protagonistas y parte fundamental en la construcción paulatina de la cultura de la igualdad.
En este proceso vemos que las mujeres seguimos siendo vistas en situaciones que reflejan la desigualdad, por lo que garantizar la igualdad sustantiva todavía sigue siendo un reto de los estados. En la actualidad vemos que los casos de violencia contra mujeres y niñas siguen siendo un obstáculo para el ejercicio de nuestros derechos humanos.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica en Relaciones de los Hogares 2016, de las 46 millones de mujeres de 15 años y más que residen en el país, se estima que 30.7 millones de ellas, o sea el 66%, ha padecido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o discriminación en los espacios escolar, laboral, comunitario, familiar o en su relación de pareja.
Y la Ciudad de México se encuentra en las 10 entidades que tienen mayores niveles de violencia, con un 79.8%. Ocho de cada 10 mujeres.
Por su parte, la reciente Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México 2017 reveló que la discriminación hacia las mujeres aumentó 1.6% con relación al año 2013, y muestra que nos siguen dependiendo de los espacios laborales por estar embarazada. Básicamente el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) recibe la mayor participación de quejas de discriminación por quejas laborales vinculadas al embarazo.
A nivel mundial la diferencia salarial entre mujeres y hombres permanece en el 23%. Según las estimaciones de ONU-Mujeres, pasarán otros 68 años antes de lograr la igualdad en materia laboral.
En los derechos civiles y políticos, las mujeres estamos subrepresentadas con la cifra en la Cámara de Diputados que no supera el 37%, lo que evidencia lo lejos que estamos de lograr la paridad de género y ejercer cabalmente nuestros derechos humanos, en este caso nuestros derechos políticos.
Ante este panorama, para esta Comisión resulta de gran relevancia reconocer el trabajo, el compromiso cotidiano y la labor que cada una de las mujeres y organizaciones aquí presentes realizan en favor de los derechos de las mujeres y niñas.
Este año celebramos los esfuerzos de las 17 candidaturas que postularon en esta edición número 12 del Reconocimiento Hermila Galindo, de las cuales 11 fueron para la Categoría de Persona y seis para la Categoría de Organización de la Sociedad Civil o Institución Académica, desde diferentes entidades de la República Mexicana, como son Yucatán, Chiapas, Estado de México, Morelos, Chihuahua y la propia Ciudad de México.
Les agradecemos y reconocemos el esfuerzo y compromiso para la construcción de una sociedad más igualitaria, por lo que las invitamos a que continúen con esta labor y se postulen en próximas ediciones para este premio.
En esta ocasión el jurado dictaminador, a quien agradecemos su compromiso, estuvo conformado por la Maestra Ileana Hidalgo Rioja, Consejera de esta Comisión, que aquí nos acompaña, muchas gracias Ileana; por la Doctora Patricia Galeana, que también fue Consejera de esta Comisión; y la Maestra Patricia Piñones Vázquez, integrante del Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Reconocimiento Hermila Galindo 2018 en la Categoría Persona, como ya lo vimos, se entregó a Norma Librada Ledezma. Norma, como nos lo compartió, representa el esfuerzo de muchas mujeres. En este país de desaparecidos, de muchas mujeres. Mujeres que han entrado y que luchan a partir de sus hijas, pero también de sus hijos, pero también de sus parejas, pero también de sus familiares.
Hoy no nada más tenemos un país con miles de desaparecidos, sino que también tenemos un país con miles de mujeres buscando justicia, con miles de mujeres víctimas de manera directa de lo que está sucediendo en términos de esta violencia generalizada.
Los 16 años de lucha de Norma qué daríamos porque fueran nada más de Norma. Representan la lucha, el trabajo y la búsqueda de justicia lamentablemente de miles, de miles que además tienen rostro de mujer, porque ellas son en su mayoría las que están al frente, las que no se dan por vencidas, las que buscan ejemplo. Norma decía que ella quiere dejar una huella. Yo veo que Norma, así como Jésica, como doña Consuelo, como Paty, como Hilda, no nos dejan huella: nos están abriendo camino. Y en esos caminos está lo agridulce que puede ser este Reconocimiento, que tendría que sí ser festivo porque tenemos que alimentarnos también de lo que implica el trabajo hacia el dolor. Forma parte igual de cómo nos reconstruimos, de cómo vamos avanzando, como nos compartía Mora Fernández, alrededor de estas reconstrucciones, que nos permiten básicamente lo que ella comparte aquí: este Reconocimiento es un reconocimiento en donde la Comisión se siente orgullosa de poder ser un espacio en donde rompamos el silencio; de poder ser un espacio en donde lo que encontramos o lo que pretendemos encontrar son espacios de compartir, espacios para abrazarnos, espacios en donde se puedan decir las cosas, donde haya la confianza para decírselas lo que tenemos que decirnos entre unas y otras, entre unos y otros. De eso se trata este Reconocimiento, en este sabor agridulce como nos los compartía Mora.
En la Categoría de Organización de la Sociedad Civil el Centro de Apoyo a las Mujeres Margarita Magón, AC. Éste y aquí no nada más es lo que nos compartió María del Rocío, sino también a lo que hace referencia. Son básicamente premios colectivos. Son premios o reconocimientos que se dan al trabajo colectivo del día a día. No estaban aquí arriba ni Josefina, ni Gisela, ni Mónica, ni Concepción, ni Abigail, ni la otra tocaya Rocío, ni Adriana, y tampoco quizá físicamente como lo decía Laura, pero todas ellas lo que hacen es trabajar todos los días por las cifras que se pueden entender sin rostro que dimos al principio, pero que todas tienen una historia y tienen algo que decir, y algo que señalar y algo que trabajar.
Sobre el APIS Sureste son de las cosas que además hacen este Reconocimiento valioso, que vamos desde Chihuahua hasta Yucatán. Desde la frontera hasta nuestra frontera sur. Básicamente lo que tratamos aquí de hacer desde esta chilanga Comisión es dar cabida. Bueno fuera que nada más fuera un problema de la Ciudad, es un problema de todo el país, y los esfuerzos como el que hace APIS Sureste sobre la violencia, sobre los derechos sexuales y sobre los derechos reproductivos son esfuerzos que tenemos que visibilizar y tenemos que reconocer.
Para la Comisión de Derechos Humanos de esta Ciudad siempre será un compromiso el que este sea un espacio en donde podamos converger, en donde podamos seguir haciendo camino, en donde podamos, entre este agridulce, sí celebrarnos. Celebrar que estamos aquí. Celebrar que podemos reconstruirnos y celebrar que podemos hacer que otras miles y millones, en este caso, de mujeres en este país podamos seguir reconstruyéndonos.
Gracias a las galardonadas, a las menciones y a todas las que participaron y a todas las que no están aquí en el marco de esta semana. Gracias porque lo que hacen de su trabajo cotidiano no nada más les sirve a ustedes, no nada más las sana a ustedes, sino nos sana a todas. Muchas gracias.