Discurso 25/2018
4 de abril de 2018
Me siento como en casa…, y la verdad es literal, porque en la explanada…, cuando ustedes, bienvenidos sean, vayan a la Comisión de Derechos Humanos en los Viveros, ahí saliendo del Metro, la explanada tiene el nombre de Gilberto Bosques. Y de hecho, desde hace cuatro años tenemos un busto donado por la casa de él en medio de nuestra explanada. Es decir, Gilberto les da la bienvenida a todos y a todas las víctimas y a la gente que va a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Tal parece que es como natural el que estemos aquí, como tú lo dices Blanche (Petrich), tengamos por nuestra propia naturaleza que estar básicamente aliados en el trabajo por los derechos humanos en esta Ciudad.
Quisiera agradecer a Eduardo (Vázquez Martín), Secretario de Cultura, por haber elegido como sede de la Firma de Convenio de Colaboración que hoy nos convoca, precisamente esta casa por lo que yo les compartía.
Desde su creación, la Comisión se ha mantenido en la búsqueda constante de estrategias innovadoras, que además de promover los derechos humanos a través de distintas acciones ofrezcan alternativas que faciliten la incorporación progresiva en la vida de las personas.
En este sentido, la cultura entendida como elemento de sensibilización ha sido recuperada en diversas ocasiones por este Organismo, para alcanzar objetivos específicos orientados a la formación y toma de conciencia de la importancia del ejercicio de los derechos, mediante un enfoque participativo de las personas, para que las personas desarrollen su capacidad de construir alternativas colectivas para hacer de los derechos humanos una forma de vida.
No nada más en esa lógica y en esa vertiente de cultura, también en lo que hemos acompañado y muy recientemente con la actual administración de la Secretaría de Cultura, con relación a recuperar exactamente las formas de expresión culturales en el territorio, en los barrios, en los FAROS, en los muros, en las calles de esta Ciudad.
Por lo anterior, la importancia de la firma de este Convenio radica precisamente en la posibilidad que nos ofrece como instituciones para trabajar de manera coordinada en el desarrollo de procesos y proyectos en los que desde el ámbito cultural se apueste por la consolidación de los derechos humanos, y se continúen tocando fibras personales que posibiliten el cambio en la forma de pensar, sentir, actuar y convivir.
Para quienes nos dedicamos a la defensa, promoción y difusión de los derechos humanos, no es un secreto que a pesar de la Reforma Constitucional en esa materia del 2011 y la promulgación de nuestra Constitución en esta Ciudad, el incremento de la violencia, los desplazamientos internos, las desapariciones forzadas y la impunidad son fenómenos sistemáticos que han generado desconfianza social en las instituciones públicas.
Sin embargo, a pesar de este complejo escenario, la Comisión no claudica; por el contrario, consciente de su compromiso y de las expectativas de la ciudadanía, es que encontramos en la cultura y sus múltiples formas de expresión una herramienta privilegiada para responder a la creciente demanda de crear espacios de sensibilización en derechos humanos y al mismo tiempo atender el compromiso institucional de contribuir a una cultura de paz.
Aquí me detengo porque es sumamente importante. Hoy, y lo decíamos, la tercera parte de nuestra población son jóvenes. Las maneras de expresión de los jóvenes se dan en estos terrenos y es responsabilidad de la autoridad…, no nada más es algo que da sentido en términos de pretensiones individuales, sino en lo colectivo, es nuestra responsabilidad promover este tipo de espacios.
Toda la literatura, toda la experiencia, nos habla de que construimos paz exactamente a través de que construimos cultura; y en esta parte de construir cultura es recuperar cultura, y eso es lo que finalmente tiene sentido en términos de lo que tenemos que hacer para los adolescentes y los jóvenes de esta Ciudad, en donde cada vez más tienen menos espacios de escucha y de construcción ciudadana colectiva y de paz.
Diversificar la forma en que nos acercamos a las personas es un reto que sin duda lograremos para atender de manera más específica si lo hacemos aliados con esta Secretaría. Lo hacemos aliados no nada más con esta Secretaría como infraestructura, sino con esta Secretaría con los recursos humanos que tiene, con los recursos humanos que convoca y creo que eso nos fortalece de manera decidida en nuestra labor de promoción y difusión de derechos humanos.
La Ciudad de México históricamente se ha distinguido por ser sede de los eventos y movimientos culturales más importantes del país. Por ello, hacer de los derechos humanos la materia esencial de las y los artistas implica irradiar todos y cada uno de los espacios que entretejidos construye nuestra Ciudad.
Para concluir quisiera señalar que si bien continuaremos fortaleciendo nuestras actividades de promoción, consideramos que la cultura entendida como derechos humanos y como manifestación creativa representa una oportunidad para potencializar los procesos de divulgación y con ello contribuir a la transformación de las prácticas públicas y ciudadanas que atentan contra los derechos humanos, la dignidad, la autonomía de las personas y de los grupos.
En lo particular me siento muy contenta de firmar este Convenio, de hacer formal esta alianza natural. Agradezco muy especialmente a la Directora de Vinculación con la Sociedad Civil y Políticas Públicas, Brisa Solís, quien no nada más va a ser la encargada desde la Comisión de avanzar sobre lo concreto de este Convenio, sino que también es una alta aliada y entusiasta de por qué estamos aquí.
Muchísimas gracias.