Discurso 37/2018
17 de mayo de 2018
Muchísimas gracias por la invitación a compartir y a iniciar este día de conmemoración y de seguimiento de lucha contra la discriminación y la violación de los derechos humanos de la población LGBT+. Muchísimas gracias a los que me acompañan aquí y a los presentes.
Han pasado 18 años de la fecha que hoy nos convoca, ya lo decía quién me antecedió en la palabra, en que desde el enfoque de salud se reconoció que la homosexualidad no es una enfermedad mental. Sin embargo, y hay que decirlo, la propia Organización Mundial de la Salud aún no retira la transexualidad de dicha lista, por lo tanto todavía tenemos que reconocer que falta mucho por hacer para el respeto y garantía de los derechos de las personas LGBT+, las cuales siguen siendo discriminadas y violentadas por su orientación sexual y entidad de género, expresión de género y características sexuales, entre otros.
Si bien hemos avanzado en el marco de protección de sus derechos, sobre todo en esta Ciudad que ha marcado la pauta en temas como la tipificación de la discriminación como delito, la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, el reconocimiento de su derecho de adopción y la expedición de actas de nacimiento por vía administrativa para el reconocimiento de la identidad de género, avances que además están garantizados en nuestra Constitución próxima a entrar en vigor, al dar una protección más amplia que la protección a todas las familias, todo el tipo de familias, y establecer a las personas LGBT+ como un grupo de atención prioritaria.
Hace ya tres años esta Ciudad hacia la declaratoria como una Ciudad amigable para la población LGBT+. Somos, y así esperamos seguir siendo, pioneras y sostener lo que hemos venido haciendo. Ni un paso atrás con los logros hacia la garantía de derechos de la población LGBT+.
Hemos logrado que las personas que viven la diversidad sexual puedan sentirse libres, aunque sabemos que el marco normativo no basta, exposiciones como éstas, actos como éstos, demuestran que tenemos que seguir trabajando no nada más en las normas, sino que éstas se cumplan, pero no nada más que éstas se cumplan, sino que sobre todo como sociedad logremos cambiar la posición hacia los otros. Logremos respetarlos, logremos incluirlos, logremos que nos reconozcan a todas y a todos.
Y es que la homofobia, la lesbofobia, la transfobia y la bifobia siguen estando presentes todos los días en todas las formas en que las define la ley: rechazo, odio, aversión, temor, repudio, discriminación, ridiculización y prejuicio. Y en esta Ciudad, que representa refugio para la muchas personas LGBT+ del país, que migran a ella por conseguir el reconocimiento de sus derechos; y lo más grave es que además corren el riesgo de ser víctimas de la más grave forma de discriminación: los crímenes de odio.
La expresión más grave de la discriminación son los crímenes de odio. De acuerdo con Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, AC, en el país se registraron 381 homicidios contra personas por su orientación sexual o su identidad o expresión de género del 2013 al 2017. De ellos, 13 ocurrieron en la Ciudad de México, cifras que conocemos gracias al trabajo de esta organización, como de muchas otras que hoy nos acompañan y otras que no están aquí, que impulsan y fortalecen la lucha y al avance en sus derechos.
Por lo que toca a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, del 2005 al 2018 hemos recibido 773 quejas, donde en la narración de los hechos vemos y registramos agravios a personas que refieren pertenecer a la población LGBT+. Estas 773 quejas se identifican alrededor de 1,500 presuntas violaciones a sus derechos humanos.
Es importante destacar que esta acumulado al día de hoy solamente se tienen no registrados…, se han acabado y se han cerrado…, se han emitido medidas en coordinación con las instituciones y las autoridades, para tener concluidas al día de hoy 718 quejas. Es decir, solamente 60 continúan abiertas.
El reto que tenemos como instituciones, como sociedad, es no retroceder en los avances logrados. Es necesario que sigamos y que las autoridades, los organismos, la sociedad y en donde nos corresponda, se prevenga, se investigue y se sancionen los actos de violencia en contra de las personas LGBT+, y se lleven a cabo acciones que promuevan una actitud de respeto e inclusión de la diversidad sexual en la sociedad.
La discriminación, además en cualquiera de sus expresiones, si es cometida por personas servidoras públicas constituye una violación de derechos humanos. Por eso, desde la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal estamos siempre atentos para defender los derechos de las personas LGBT+ cuando tenemos conocimiento de que alguna autoridad incurrió en la restricción o en la negación de sus derechos.
El cambio cultural es el que requiere e implica un mayor esfuerzo para hacer efectivos los derechos, sin dar oportunidad a la regresividad, por lo que la Comisión participa en las acciones como la que hoy nos reúne para avanzar hacia este proyecto.
La Comisión ha acompañado la lucha de los derechos de las personas LGBTTTIQA+ y las que se acumulen en este siglo 21 y más, para lo cual es necesario continuar hasta que todas las personas que nos enseñan a conocer la diversidad puedan sentir, pensar y vivir libremente sin que se les violente o discrimine por ello.
Cuenten con ello, con el compromiso de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, en un contexto, en una Ciudad que hace nuestro trabajo más fácil. Los invitamos…, que sean portavoces…, va a estar la exposición un mes más…, que vengan, que sensibilicemos y que nos sumemos a esta gran lucha cultural que es el reconocimiento de LOS OTROS, con mayúsculas. Muchísimas gracias.