Discurso 53/2018
27 de junio de 2018
Buenas tardes. De entrada, me da muchísimo gusto estar aquí sentada, rodeada de amigos y cómplices en diferentes momentos de mi vida, en una lucha. Yo creo que lo que me une a estos tres hombres aquí sentados junto a mí y naturalmente a esta mujer, es la convicción de que tenemos que transformar, y el poder de la indignación desde diferentes espacios. Entonces, me da muchísimo gusto estar con ellos aquí. Me da muchísimo gusto que hayas tú escogido la Comisión; ésta, tú Comisión; ésta, tu casa; esto que te hace tan familiar, porque lo es, para presentar el libro. Más bien, nos sentimos nosotros halagados de que estés aquí y de que podamos platicar alrededor de esto contigo.
Yo voy a ser muy breve. Estamos hablando de un libro, no se ve tan robusto, pero está sumamente robusto. Son 19 artículos en tres capítulos, grandes; creo que el que mejor me gustó, cómo se denominó, fue el de en medio, que fue “Vértigos”, y eso es lo que da: ‘vértigos’ sobre las argumentaciones en los derechos sociales.
Y, básicamente, yo soy sumamente utilitaria, pragmática en estas cosas. En la parte introductoria dice ‘Hoy sabemos que el problema con la garantía de los derechos sociales es que no fue acompañado de un desarrollo teórico, a propósito de las formas de protección adecuada, como el que acompañó a los derechos civiles y a las libertades’. Y, de hecho, tanto José Luis como Ricardo, han hecho referencia al propio Luis, al principio, sobre este proceso, digamos entre primeras, segundas, terceras reflexiones, etcétera, etcétera.
A mí lo que me llamó, después de leer esa parte, que me parecía así como… y empezar a revisar…, no lo he concluido, todo el libro…, to much… Lo que me provocó fue un Deja Vu. Y yo me puse a pensar exactamente en la lógica de cómo fue armando, si la lógica que los impulsó a crear eso, y vayan ustedes a pensar verdaderamente que me fui pa’ trás. Y, básicamente, la lectura que me deriva y la manera en que me provoca, se acerca mucho a las reflexiones de Sánchez Vázquez. Para muchos de ustedes, jóvenes, Sánchez Vázquez es el clásico, el referente sobre la lectura del marxismo, en nuestro idioma, en este país, en Latinoamérica y en muchas partes del mundo.
Y ustedes van a decir ‘Hijole, verdaderamente pensarse hoy en la lógica del marxismo puede resultar como verdaderamente retroceder ante lo que se enfrenta’. Pero tiene mucha lógica la manera en que los autores, la manera en que compilaron, tanto los que están participando, juegan a esta parte filosófica, que no es solamente una parte de filosofía en el aire, sino básicamente es praxis.
Decía Sánchez Vázquez: ‘Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos. De lo que se trata es de transformarlo’. Y yo creo que este libro habla y se acerca más, en esos términos, a ese tipo de filosofía, a la filosofía que se enmarca y que se marca de orígenes a esta interpretación, que lo que nos llama es a la praxis, es en cómo lo teórico, las reflexiones juegan con lo que lleve a hacerse en la práctica, pero también al revés: cómo la práctica va alimentando el proceso reflexivo, el proceso filosófico, el proceso de re-pensamiento.
La praxis innovadora, vuelvo a citar a Sánchez Vázquez, crea también el modo de crear. Y creo que es a lo que nos convoca este libro, este libro, básicamente a una praxis revolucionaria que aspira a una ética, a vivir bien con y para los otros, con instituciones justas. Esto supone el cambio de las circunstancias sociales y el ser humano mismo y acompaño los retos que Ricardo planteaba a un escenario que sí, a un escenario donde la desigualdad va a ser un elemento difícil de contrarrestar; en donde la discriminación, medida en esas lógicas, van a tener un avance mucho más de lo que pensamos. Hoy, quizá, es un momento, a diferencia de lo que pensaba Sánchez Vázquez en los años setentas aún, que hablaba de utopías, hay que pensar todos estos retos, a partir de lo distópico. Porque lo que estamos viviendo ya es un mundo en donde las distopías exactamente están ahí y en donde tenemos que avanzar en esa lógica.
En lo que toca, digamos en este mismo planteamiento y este marco, este libro para nosotros en la Comisión es de gran utilidad. Vamos a armar discusiones. Y vamos a armar discusiones que parten básicamente de cómo estamos pensando, no nada más desde la Tercera Visitaduría, de quien fundador su Primer Visitador, en el 2006, está a mi lado izquierdo, geográficamente…
Básicamente, no nada más desde la Tercera Visitaduría, que tiene una lógica y un orden que va por ahí, sino también, si recorremos lo que nos plantea el texto, también desde a Cuarta Visitaduría. ¿Por qué? Porque en estas dos lógicas hay un entretejido que es muy difícil de separar, si estamos hablando de la discusión de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA).
Hoy nos toca, y por eso en la praxis y en la práctica esto nos es muy de utilidad, empezar a repensarnos, empezar a repensarnos en la lógica de cómo articulamos y conceptualizamos y alimentamos lo que hoy se llama el Derecho a la Ciudad. Y yo lo he venido repitiendo, el Derecho a la Ciudad no se puede pensar si no es desde los DESCA. El eje articulador del Derecho a la Ciudad es eso, pero además es un campo que enfrenta retos, los mismos retos que están planteados en el libro, y mucho más en las ciudades.
Hoy, en este mundo que nos toca, en este mundo por venir, se está planteando que la población que no vive en ciudades cada vez va a ser una minoría, y se habla que de lo que se haga en las ciudades se está hablando de lo que se hace en las naciones. Esa son las apuestas del mundo por venir. Entonces, la otra parte que implica esta concepción de derecho, esta nueva articulación y esta nueva discusión, sobre el Derecho a la Ciudad, tomando como eje los DESCA, nos coloca también a enfrentarnos a dos cosas fundamentales: uno, es la colectividad, porque aquí, a diferencia de los otros, y de los otros procesos, estamos hablando de la garantía, la exigibilidad y la justiciabilidad, no de una persona, sino de colectivos. Y lo otro, tiene que ver con el territorio, estamos hablando también de que esto se dirime nada más y no exclusivamente en la arena de lo jurisdiccional, sino en la arena de los barrios, de las calles, de la mediación y de los procesos ahí.
Esto además creo tiene que verse como una oportunidad mayúscula. Nosotros, quienes nos dedicamos a los derechos humanos, todavía tenemos que trabajar sobre la percepción de qué defendemos y qué no defendemos, a quiénes defendemos y por qué los defendemos. Los DESCA nos abren una gran oportunidad para el cambio en términos de concepciones culturales alrededor de los derechos humanos, alrededor de la apropiación de esta agenda por parte de la ciudadanía y, por sí misma, de construcción de ciudadanía. Y finalmente, en el avance de lo que nosotros, todos sabemos, y es no, no basta; no basta lo que hacemos, si la gente, si la gente de a pie, si todas y todos saben que son sujetos de derechos, saben que tienen que exigir al Estado, y saben, en esa medida, el tener elementos para combatirlo, para hacerlo revolucionario y para transformarlo.
Yo estaría hasta ahí, creo que nos servirá mucho, gracias Luis, y gracias por aceptar estar aquí, por compartirnos esto, a los autores y autoras, también, porque, como les digo; es un texto que llega de manera oportuna a esta Comisión, que lo que trata es de hacer praxis. Gracias.