Discurso 47/2018
19 de junio de 2018
Yo creo que el camino que ha seguido la relación entre la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y el Claustro es largo. En algunos momentos, en varios momentos, hemos tenido cosas que hacer de manera conjunta, trabajos que realizar, igual, de manera conjunta. Y ahora, tenemos ya varios egresados y egresadas de aquí de la licenciatura trabajando en la Comisión; entonces, refleja que tenemos un vínculo de ida y vuelta que creo que se va alimentando.
Hoy, además con una materia que, como tú lo mencionas, es muy importante y muy pertinente. Lamentablemente en este país, y en la necesidad de profesionalizar, en este caso, con relación al Protocolo de Estambul. Y creo que habla de renovar exactamente las relaciones entre la Comisión y el Claustro, con algo que es de suma utilidad; yo creo que más pragmático no puede ser. Esto tiene básicamente un sentido de pertinencia importante, lamentablemente para nosotros.
Yo quiero agradecer a Juan Carlos Gutiérrez, de IDHEAS; y a Edith Escareño, del Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad, que estén aquí con nosotros para compartir sus saberes y hacernos reflexionar en este día.
El Derecho Internacional contempla la prohibición absoluta e irrevocable de la tortura y otros malos tratos, por ello, a final de 1999, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) presentó el Manual para la investigación y documentación eficaz de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, mejor conocido como Protocolo de Estambul, el cual se adoptó al año siguiente.
Catorce años después, e 23 de septiembre, el Relator Especial de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, Juan Méndez, consideró en su Informe Provisional la importancia y necesidad de mejorar la calidad de las investigaciones, mediante la documentación efectiva de los indicios de tortura, para lo cual las ciencias forenses desempeñan un papel fundamental, al permitir que los Estados cumplan con sus obligaciones de investigar y sancionar casos de tortura.
En ese sentido, las pruebas obtenidas durante las investigaciones pueden constituir la base de los procedimientos civiles, administrativos y penales donde se busca hacer justicia y evaluar las reclamaciones de las víctimas para obtener la reparación del daño.
Otro aspecto importante del Informe Provisional… de Juan Méndez, es que también se detallaron los obstáculos prácticos que dificultan la investigación y documentación eficaces de ese tipo de violaciones a derechos humanos, entre los que se encuentran que la mayoría de los detenidos no pueden recurrir a exámenes forenses privados por falta de recursos; existencia de escasos expertos privados competentes en la comunidad en la que los detenidos se encuentran; que los niveles de especialización en los servicios forenses son muy básicos o en ocasiones son inexistentes, lo cual significa que los exámenes, de realizarse, están a cargo de personal poco capacitado para ello.
En algunos países, la educación y especialización de los profesionales forenses incluye capacitación en el examen de supuestas víctimas de la tortura, pero si las violaciones son generalizadas, esos expertos no pueden atender adecuadamente las necesidades. Al respecto, el Estado mexicano no está exento de estas dificultades: en México, el número de quejas de tortura ha sobrepasado por mucho el número de abogados, médicos y psicólogos cualificados para atender adecuadamente estos casos. Muestra de ello, es que en octubre del año pasado, el periódico La Jornada publicó que la PGR tenía rezagadas 6 mil 269 solicitudes para aplicar el Protocolo de Estambul a detenidos e internos en centros penitenciarios.
En diciembre de 2001, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal realizó por primera vez en México la investigación y documentación de un caso de tortura bajo los lineamientos del Protocolo de Estambul. Desde ese momento a la fecha, las solicitudes para la documentación médica y psicológica, con base en este Protocolo no han cesado y, por el contrario, han aumentado, a pesar de los avances legales y los controles que las autoridades han ido implementando poco a poco.
En los últimos cuatro años, el personal de la Comisión ha evaluado a más de 600 personas que alegan haber sido víctimas de tortura; a causa de esto, nos hemos visto en la necesidad de incrementar al personal médico y psicológico, a fin de responder a la demanda de evaluaciones forenses de personas, quienes alegan fueron torturados, ellos o algún familiar o amigo.
En nuestra experiencia, lo que hemos encontrado, es que la demora o una mala aplicación del Protocolo puede generar consecuencias legales adversas para las personas torturadas, así como secuelas físicas y psicológicas permanentes.
En este sentido, en México se necesitan, en principio, de más expertos forenses, incluidos patólogos, médicos, psiquiatras, psicólogos, antropólogos, arqueólogos, entre otros. Pero, inmediatamente después, se requieren expertos con la suficiente capacitación para llevar a cabo evaluaciones con arreglo al Protocolo de Estambul, siendo la enseñanza un factor fundamental para ello.
Es indispensable para la eficacia de la investigación de los presuntos casos de tortura, una estrecha colaboración entre los profesionales de la salud y el Derecho, a fin que la documentación pueda reconocerse como prueba válida ante los tribunales. Por tanto, es igualmente importante capacitar a los jueces, fiscales, defensores y otros profesionales encargados de hacer cumplir la ley, ya que en pocos casos se castiga la tortura.
Por ello, la prevención e investigación de la tortura, de conformidad con el Protocolo de Estambul, en y en este sentido, celebramos que en la Universidad del Claustro de Sor Juana se haya creado este Diplomado, lo cual sin duda permitirá que las Universidades comiencen a valorar la posibilidad de que este tema pueda formar parte de sus planes de estudios jurídicos o del programa de desarrollo profesional contínuo.
Así, ante la necesidad de expertos forenses capacitados para la investigación e investigación eficaz de la tortura, con apego al Protocolo de Estambul, hoy me da mucho gusto que estemos aquí, presentando el Diplomado Protocolo de Estambul, dictaminación médica y psicológica y su introducción en el procedimiento penal, que estamos realizando en colaboración con esta Universidad, para promover la profesionalización forense de nuestro país, alrededor de la tortura. Muchísimas gracias, Carmen.
Muchísimas Gracias.