Discurso 73/2018
24 de agosto de 2018
Agradezco a Álvaro Augusto Pérez Juárez, Magistrado Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, ambos de la Ciudad de México, por la invitación a participar en este espacio de análisis.
Saludo con mucho gusto a quienes me acompañan de este lado: José Ramón Amieva, Jefe de Gobierno de la Ciudad; Edmundo Porfirio Garrido, Procurador de la Ciudad; Guillermo Orozco, Secretario de Gobierno de la Ciudad; Raymundo Collins, Secretario de Seguridad pública de la Ciudad; Juana Camila Bautista, Fiscal Central de Investigaciones para la Atención del Delito de Trata de Personas; Rosy Orozco, Presidenta de la Comisión Unidos Contra la Trata; y Adriana de la Fuente, integrante del Club Rotary International.
El día de ayer celebrábamos en el mundo el Día Internacional en Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. Paradójicamente, el tema que estamos tratando hoy parece increíble, el estar hablando en el Siglo XXI de que una de las formas de esclavitud todavía está vigente, y que esto que trataba de una abolición que pensábamos que, en el último de los casos habíamos terminado en el mundo hacia el Siglo XX, sigue presente en esta modalidad.
Por eso cobra sentido el marco en el que estamos aquí reunidas para escuchar, para volver a retomar los retos que implica el fenómeno de la trata. En nuestro país y en el mundo no ha sido sencillo dimensionar el problema de la trata de personas, es un fenómeno social y delictivo sumamente complejo de entender y de atender, ante la falta de consenso, de entrada, del concepto y debido a la diversidad del comportamiento prohibido que se desea regular.
A este respecto, como ha sido señalado por la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, la existencia de más de 26 tipos penales en materia de trata de personas rompe por completo los límites ya algo difusos que existen entre este fenómeno delictivo y los de en materia de explotación, por citar un ejemplo.
No toda la explotación…, no todo el trabajo sexual es trata, y no toda la trata es explotación sexual: hay trata con fines de explotación laboral, que necesitamos poner en la visibilidad pública y, bueno, creo que en la Ciudad lo estamos haciendo, y ahorita comparto.
El Informe de Trata 2018 marca que en 2017 en México hubo un total de 2 mil 11 víctimas, de las cuales 139 estaban dictaminadas como trabajo forzoso; estamos hablando de un país y ahora de una Ciudad que ha venido transformando su dinámica migratoria, en donde somos origen, tránsito y destino. Y ésta, esta característica nos vuelve un país y una Ciudad muy vulnerable, muy de situación de riesgo para la trata.
Hay esfuerzos en la previsión, detección y atención del delito, pero todavía hay mucho por hacer; sobre todo en la coordinación interinstitucional, de quienes deben atender este fenómeno, aunado a la confusión entre la trata y el tráfico de personas; la trata y el trabajo sexual y, actualmente, la trata y la explotación laboral, han afectado los resultados en la reivindicación del problema.
La Ley para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, de 2007, integraba los elementos establecidos en la definición de trata de personas internacional; es decir, elProtocolo de Palermo, conductas, medios y fines de la trata.
Una vez publicada la Ley General de previsión, sanción y erradicación de delitos en materia de trata de personas, en 2012, se adoptó una nueva visión contra la trata en el país, que incluía la (inaudible) de medios comisivos; es decir, la fase de sometimiento de las víctimas, entre otros.
Esta situación, entre otras muchas, ha dificultado diferenciar la trata de personas de situaciones que no lo son. Si bien se esperaba que fuera más fácil probar los delitos, en este cambio legislativo, los resultados no han sido los mejores respecto a la Ley anterior. Pese al incremento del número de las personas detenidas, en comparación del marco de la Ley de 2017, no todas han sido sentenciadas.
La Ciudad de México rompe con esta lógica, pero lo rompe por este esfuerzo interinstitucional, lo rompe por las propias leyes que tenemos en la Ciudad y, por lo tanto, lo compartía Rosy en este análisis, tener 87% de sentencias de culpabilidad es enorme a comparación de lo que tenemos en el país.
Por lo tanto, este tipo de análisis y este tipo de situaciones coloca a la Ciudad como parte de poder avanzar y dar ejemplos a otros estados de la República y seguir con la discusión de cómo mejoramos la Ley, de cómo mejoramos su aplicación, desde la detección y también desde el carácter jurisdiccional que hoy nos ocupa.
En este orden de ideas los retos son grandes: respecto a la Ley vigente, es lograr sentencias condenatorias, sin violentar el debido proceso, y sin criminalizar conductas sociales como la pobreza, entre otras.
En la Ciudad estamos avanzando, creo que en la Ciudad podemos ser un ejemplo, también hasta poder promover modificaciones legislativas de la propia Ley General que permitan su aplicación de la mejor manera en otras entidades de la República.
De acuerdo con el Diagnóstico Nacional Sobre la Situación de Trata de Personas en México (UNODOC) 2014, la principal modalidad de este fenómeno es la trata de personas con fines de explotación sexual o al menos es la que más se ha estudiado, perseguido y cubierto por los medios de comunicación; le siguen en importancia la trata de personas con fines de trabajos forzados, la venta de niñas y niños, y el trabajo forzado en actividades relacionadas con la delincuencia organizada. Según la misma fuente, el perfil de las víctimas identificadas y rescatadas hasta el momento en conjunto con distintos indicadores económicos y sociodemográficos, confirma que las mujeres, particularmente niñas, adolescentes y jóvenes son las más susceptibles de ser víctimas de este delito. El crimen organizado, la violencia y las rutas migratorias complejizan aún más la atención al problema.
En la Ciudad de México las víctimas de trata llegan principalmente de los estados de Puebla, Oaxaca, Querétaro, Michoacán, Veracruz, Estado de México, Hidalgo, Tabasco y de países como El Salvador, Honduras y Colombia. La búsqueda de empleo, los desastres naturales, la violencia en los lugares de origen, y ahora más por estas rutas migratorias, son parte de los problemas multicausales que provocan que la Ciudad de México sea un sitio de explotación. La prostitución forzada, el trabajo forzoso y las actividades ilícitas ligadas a éstas, son algunos de los principales sectores de explotación.
En esta Ciudad, tenemos como ya se ha referido, no nada más cómo vamos avanzando en la interpretación y en la parte jurisdiccional, como lo que hoy estamos viendo, sino también con estrategias de integralidad. En estos días recientes, no hace más de dos semanas el Jefe de Gobierno dio a conocer junto con algunas de las autoridades aquí presentes un programa que se llama Alertas, que tiene que ver con no nada más en cómo vemos el trabajo infantil, que todos nosotros somos testigos diariamente entre nuestras calles, sino que en muchos esta situación se convierte y debe ser valorada como explotación con fines de trata laboral en personas menores de edad: niñas, niños y adolescentes, y eso es una parte.
La otra es también, y ya se señalaba, es la visión que tiene que ver con una estrategia de reparación integral para las víctimas. No es exclusivamente la justicia, la verdad sí, y después esta visión integral que nos demanda la Ley General de Víctimas y que nosotros operamos desde antes que estuviera en términos de esta concepción.
Es urgente y a pesar de eso, que esto sirva de ejemplo para prevenir y fortalecer las acciones de prevención y mejorar la atención a las víctimas, su acceso a la justicia y crear consenso sobre lo que representa este problema en la sociedad.
Como habían dicho, y hemos estado avanzando, es una atención que requiere de un sistema integral que facilite reinserción, que facilite la seguridad, que facilite la recomposición de un proyecto de vida.
Respecto a los procedimientos, y por eso saludo con gusto estos espacios, es indispensable continuar con la capacitación del personal de procuración y administración de justicia y que se logre entender la complejidad del fenómeno y las múltiples violaciones a los derechos humanos que ocurren en este caso, a la vida, a la integridad, a la seguridad personal, a la salud y a la libertad.
Desde la Comisión de Derechos Humanos de esta Ciudad tenemos la firme convicción de que… bajo la premisa de que las víctimas son el centro en el que nuestras acciones deben conducirse. Promover una cultura de denuncia de la trata de personas, garantizar el acceso a la justicia y la reparación integral para las víctimas atendiendo los principios establecidos internacionalmente en materia de derechos humanos y de nuestra Constitución local, próxima a entrar en vigor -y aprovecho para decir que está ganando batallas todos los días en la Suprema Corte de Justicia-. Es importante recordar que la Constitución Política de la Ciudad de México parte del principio de que la dignidad y la autodeterminación personal son la base de todos los derechos. Y de esta forma generemos instituciones que permitan actuar a favor de las decisiones libres y voluntarias de las personas.
La trata es un delito; la trata no nada más es un delito, es una violación a los derechos humanos: grave violación a los derechos humanos. Requiere de todas y todos nosotros para que sigamos luchando por superarla, erradicarla y no más un Siglo XXI que hable de esclavitud o de trabajos forzosos. Muchísimas gracias.