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Discurso de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, en el Conversatorio Constitución Política de la Ciudad de México, Derecho a la Ciudad y DESCA

Discurso 69/2018
13 de agosto de 2018

Primero agradecer a Soledad, a Christian, a Óscar y a Carolina el poder haber hecho posible el estar aquí, empezando por un Conversatorio, pero la verdad es que éste es el inicio de trabajo que la Comisión de Derechos Humanos quiere hacer en conjunto, tanto con la Relatoría como con los especialistas alrededor de lo que vamos a estar discutiendo, y ustedes conocen, que es el Derecho a la Ciudad y lo que nos interpela alrededor de eso.

Agradecer a Zamir el haber hecho posible igualmente este encuentro. Es materia del día corriente, de todos los días del trabajo de la Tercera Visitaduría y creo que también esta parte del Conversatorio y las relaciones, fortalecen sus labores de investigación cotidiana.

Superar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia. Es la protección de un derecho humano fundamental: el derecho a la dignidad y a la vida decente. Nelson Mandela.

En exactamente 35 días entrará en vigor nuestra Constitución local. Como ustedes lo saben, esta Constitución representa un ejercicio político y ciudadano sin precedentes en nuestra Ciudad que se inició en septiembre del 2016 y que implicó la apuesta en funcionamiento de una Asamblea Constituyente integrada por 100 Diputados y Diputadas, de las cuales 60 fueron elegidas y elegidos por los ciudadanos.

En esta Comisión estamos convencidos de que esta Constitución representa un hito fundamental en la historia de la Ciudad y a la vez contiene la bases para hacer de los derechos humanos, y particularmente de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) el principal eje de la vida de la Ciudad. Así esta Comisión ha enfocado su visión, su misión y sus objetivos estratégicos a participar activamente en este proceso constituyente que hoy sigue en curso.

Hace ya 70 años múltiples pueblos del mundo proclamaron en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos su fe en los derechos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona, y en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; y se declararon resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de libertad.

En 2005, en su paradigmático informe sobre un concepto más amplio de libertad, el entonces Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, puso de presente las importantes relaciones entre desarrollo, seguridad y derechos humanos, mismas que para nuestro país tienen enorme actualidad.

En este contexto, ya hace tres lustros, en las Naciones Unidas se habla de libertad para vivir sin miseria, de la libertad para vivir sin temor y de la libertad para vivir en dignidad. Hoy sigue teniendo sentido reivindicar para la humanidad este concepto más amplio de libertad, en el que una vida en condiciones de dignidad, libre de temor y miseria, sigue siendo la más cara aspiración que tenemos como especie.

Como ya me permití señalarlo, la Constitución Política de la Ciudad de México retoma una nutrida agenda de derechos humanos en la que los DESCA son centrales. Asimismo, nuestra Constitución es laica y con un alto contenido social y tiene como eje central a las personas, reconociendo la diversidad cultural y planteando explícitamente el compromiso de enfrentar y revertir las desigualdades estructurales que prevalecen hasta hoy.

Nuestra Constitución establece los principios generales de igualdad y no discriminación, progresividad, exigibilidad y justiciabilidad de los derechos humanos. Asimismo, integra una Carta con 50 derechos con las que da un nuevo impulso a la centralidad, que en el 2011 le dio la Constitución general de la República en los derechos humanos en nuestro país.

Como sabemos, durante décadas un discurso falaz muy difundido en las escuelas de derecho y en la judicatura pretendió darle a los DESCA un estatus de derechos de segunda. Sin embargo, esa óptica está en camino se der superada y la Constitución de la Ciudad de México se inscribe en este proceso de superación.

En 1993 en la Declaración y el Programa de Acción de Viena se estableció que todos los derechos humanos son universales, indivisibles, interdependientes y están relacionados entre sí y que la comunidad internacional debe tratar a los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso, reconociendo la necesidad de realizar un esfuerzo concentrado para garantizar el reconocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales a nivel social, regional e internacional.

Los DESCA no son derechos aspiracionales. Los DESCA no son derechos meramente prestacionales. Los DESCA no son derechos imperfectos. Los DESCA son derechos humanos y en tanto tales son derechos plenamente exigibles, tanto al Estado como a otros actores sociales políticos y económicos. Y es que hablar de los DESCA impone pensar en la situación de pobreza en la que viven más de 50 millones de personas en México. Hablar de los DESCA es hablar de las familias que han tenido que construir sus viviendas en asentamientos irregulares. Es hablar también de los más de 20 millones de personas sin acceso a una atención médica, en los cerca de 70 millones de personas sin acceso a seguridad social en este país.

En este contexto, de la revisión que el Comité DESCA de las Naciones Unidas realizó al Estado mexicano, y cuyo informe fue publicado en abril de este año, podemos destacar los siguientes puntos recomendatorios: formular un presupuesto que garantice el disfrute de los DESCA, principalmente para los más desfavorecidos; adoptar medidas para combatir la discriminación múltiple; y elaborar un plan integral de lucha contra la pobreza.

Reconociendo la interdependencia de los derechos, el Comité también se pronunció sobre el tema, temas como corrupción e impunidad, violencia contra las mujeres, desplazamiento interno, desaparición forzada de personas, entre otros.

En el marco de las competencias de esta Comisión, día a día trabajamos en pro de la plena eficacia de los DESCA. Así en 2017 la Tercera Visitaduría General registró 1,489 quejas sobre la materia, de las cuales 1,447 fueron calificadas como presuntas violaciones a derechos humanos. Los principales derechos humanos relacionados con dichas quejas fueron la salud, el agua, un nivel de vida adecuado, la seguridad jurídica, la integridad personal y la petición y pronta respuesta, entre otros; con lo que se pone en evidencia en la práctica la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos.

Sin lugar a dudas la Constitución de nuestra Ciudad pone en la agenda de los derechos humanos nuevas discusiones. La renovación de la Agenda Urbana, por ejemplo, constituye una oportunidad para repensar el papel de la urbanización y de las ciudades, e implica intentar incidir de manera permanente en la formulación de políticas, planes y programas a nivel local, regional, nacional e internacional. La planeación, el ordenamiento y la gestión urbana deberán respetar, proteger, garantizar y promover el pleno goce y ejercicio de los derechos humanos, y especialmente de los DESCA.

El reforzamiento de los lazos de vinculación y cooperación estratégica entre las instituciones de derechos humanos, las instituciones académicas, sociales y privadas será sustantivo para llevar a cabo acciones conjuntas, orientadas al monitoreo de los DESCA en la Ciudad de México.

Esta Comisión tiene como uno de sus retos cardinales impulsar que el enfoque de derechos guíe cada una de las acciones que realicen las autoridades de la Ciudad de México, lo anterior con la finalidad de avanzar hacia contextos en lo urbano y en lo rural, donde se puedan ejercer plenamente los DESCA.

Uno de nuestros más importantes desafíos en la Comisión es impulsar el posicionamiento del Derecho a la Ciudad como eje transversal de la Constitución de la Ciudad de México y dotarlo de contenido, sobre todo eso: dotarlo de contenido. El Derecho a la Ciudad no se puede pensar si no es desde los DESCA. Éste el eje articulador de este derecho; sim embargo, estamos en un campo que enfrenta retos y mucho más si se considera de enorme complejidad de nuestra Ciudad.

El cambio de paradigma en el diseño administrativo de la Ciudad nos lleva a enfrentarnos a dos problemas fundamentales. El primero es pensar en la colectividad y el ejercicio de los derechos; es decir, deformar un sistema que permita la garantía, la exigibilidad y la justiciabilidad no de una persona, sino de colectivos. En segundo, es pensar en lo social, en la interacción de las comunidades, en el día a día, en construir espacios desde y para la convivencia en la cotidianidad en nuestra próxima territorialidad.

Una de las principales discusiones sobre la justiciabilidad de los DESCA en general, y del Derecho de la Ciudad en específico, la constituye el adecuado entendimiento del principio de progresividad. Estoy convencida de que la progresividad de estos derechos pasa por lo menos por dos niveles. El primero, un nivel de desarrollo normativo, en el que el establecimiento expreso de los derechos en las Constituciones en condición necesaria para otorgar a los DESCA un estatus jurídico propio y evitar la tentación de negarles su naturaleza de derechos subjetivos.

En el segundo nivel, el desarrollo de instituciones y procedimientos exprofeso para asegurar el pleno ejercicio de los DESCA se torna en una condición necesaria y urgente.

Así, como podemos advertir, en la Ciudad de México el nivel de reconocimiento normativo de los DESCA es ya una realidad Constitucional. Sin embargo, el gran desafío es decantar instituciones y procedimientos que aseguren su pleno ejercicio en ello.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus respectivas competencias, deberían asumirse como garantes de estos derechos, y en todo caso el Poder Judicial, los organismos internacionales de derechos humanos y los organismos protectores de derechos locales, como esta Comisión, debemos estar atentos a contribuir a esta enorme tarea, que incluye también el de la construcción de la colectividad en ámbitos urbanos.

Esta es la razón por la que nos encontramos aquí reunidos esta mañana, para conjuntar nuestros esfuerzos en esta impostergable tarea, que finalmente no podemos hacer solamente desde la Comisión y para la cual contamos con aliados, como los aquí presentes, a los cuales agradezco una vez más el que hayan aceptado esta convocatoria. Muchas gracias.

Inklusion
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