Discurso 74/2018
27 de agosto de 2018
Muy buenos días a todas y todos. Bienvenidos a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Raquel (Rolnik) muchísimas gracias por ser cómplice con nosotros de una agenda que es muy importante, que no tiene que ver nada más con la reconstrucción, vamos a estar viendo desalojos, y tiene que ver también con algo que tú planteaste y en el cual también nosotros vamos bordeando, y es cómo poner al centro de esas discusiones el Derecho a la vivienda, no nada más para analizar, si no en términos de cómo intervenimos y cómo evaluamos todos estos fenómenos a la luz de los derechos humanos.
Muchísimas gracias Raquel… aquí va estar todo el día, primero aquí en las oficinas y luego vamos a tener unas exploraciones de campo, que naturalmente nos sirven mucho más a nosotros, más de lo que podemos pensar.
Once meses, 333 días han transcurrido después del sismo del 19 de septiembre. Todo parece… y de repente mucho más para las personas que están siendo afectadas de manera directa, parece un viacrucis, se cuentan días, pero parece que fueron años. Esto tiene que ver con que todavía no llegamos a vislumbrar y a tener muy clara las rutas de respuesta. Estamos completamente de acuerdo, no es con modelos o programas únicos, cómo vamos a resolver la reconstrucción en la Ciudad, mucho menos la reconstrucción en el país. Ni siquiera todavía están claros los métodos, las maneras de cómo vamos avanzando en esta lógica. Coincido totalmente con Raquel sobre la lógica de la reconstrucción integral. La reconstrucción no se trata nada más de ladrillos y de fierros caídos, se trata de proyectos de vida y de comunidades que se caen, y que por lo tanto necesitamos y requieren en toda una visión que comprenda la integralidad.
Ahorita tenemos en trámite en la Comisión 120 quejas activas, ha ido variando porque lo que ha pasado desde el inicio, primero con la emergencia y después con el proceso, es que hemos dado y hemos intentado, dar resolución y apoyar a las personas en la resolución de problemas muy concretos, entonces las quejas van variando en número. Eso no quiere decir, y es importante el dato, y más o menos todavía ahora, estamos recibiendo tres quejas diariamente, o que no se convierten en quejas, muchas se quedan en servicios. En la Comisión estamos hablando de un fenómeno que, si vemos que ya han pasado 11 meses, con eso se puede mencionar que está vivo. Está vivo en la medida también, y que no hay día en que en los medios de comunicación encontremos por lo menos alguna nota que tiene que ver con reconstrucción, que tiene que ver con la fallida reconstrucción, que tiene que ver con lo que están pasando las personas damnificadas.
Creo, y aquí me sumo, porque tiene mucha lógica en lo que está pasando en la Ciudad, en esto de quién ve la oportunidad en un desastre como el que vivimos. Generalmente quienes ven la oportunidad son los que ven la oportunidad de negocio y estamos perdiendo esto, es también la oportunidad para construirnos y reconstruirnos, pensando como Ciudad. Creo que ahí está uno de los grandes retos de trabajo que tenemos en conjunto.
La otra parte tiene que ver con lo que mencionaba Raquel sobre la tenencia. Estamos teniendo problemas ahí y lo vive cada uno, y los muchos de los damnificados en el día a día: no tener la certeza jurídica, no tener los papeles, no saber dónde están, está imposibilitando los procesos de reconstrucción y como tú dices (Raquel), y me gustó mucho, este planteamiento que tiene que ver con el enfoque de cómo no permitimos que esta no certeza jurídica sea un fenómeno de discriminación. Creo que en esa lógica tenemos que ir trabajando desde los derechos humanos para que esto no se convierta en eso.
Sin embargo, igual, nos pone en la ruta y esto va más en la oportunidad que tienen estos procesos de reconstrucción en que pensemos la Ciudad, pensemos en el Derecho a la vivienda más allá de lo que nos está pasando ahorita, o de los afectados de manera directa, sino en una lógica completa de Ciudad. Porque problema de tenencia no es un problema que surge y se pone en la lógica de la discusión con un fenómeno como el que vivimos, pero ahí está, y es un problema mayúsculo que tiene que ver igual con proyectos, con familia y mucho más en una ciudad como muchas otras, que cada vez más va envejeciendo más. ¿Qué quiere decir? Que el hecho de que una población de alta demanda como pueden ser nuestros adultos mayores, quienes en su momento por el estado de bienestar tuvieron la oportunidad de tener vivienda, en la llegada a la adultez estén por este fenómeno de la tenencia en riesgo de perder su hogar, estar fuera y de ser desplazados hasta por sus propios círculos cercanos. Es una lógica que nos pone este tipo de cosas que estoy pensando en términos de la oportunidad.
Adecuación cultural. De repente no pensamos mucho en la adecuación cultural en términos urbanos, creo que tenemos que hacerlo. La importancia y ejemplos en México sobran y son claros. Después de las grandes lluvias entre 1987 y 1989 en la región de Soconusco en Chiapas, se hizo un proceso en buena parte de esos municipios, a principios de Siglo XX, en Huixtla, Tapachula, Mapastepec, involucrados todos ese círculo en un proceso de reubicaciones, básicamente las comunidades y lo que pasó ahí… se habían instalado en la bajada de los cerros, en los afluentes de los ríos secos, pero cuando vinieron estas… que se llamaron dos años seguidos, lluvias atípicas, hubo un desastre que, digamos, paró las comunicaciones entre el Istmo y la frontera Guatemala durante más de un mes, de esas dimensiones estamos hablando. Entonces se hizo un proceso, que intentó ser un proceso de reubicación, pero que finalmente después de tres años, tuve la oportunidad de hacer una investigación de qué había pasado. Se llamaban como “Ciudades Solidaridad”, porque así estaba marcado en términos de la política social. Lo que veíamos exactamente fue la ausencia de esta parte de adecuación cultural. Y pasa, y lo pensamos muy poco en la Ciudad cuando finalmente hemos sido víctimas de esta poca adecuación cultural en nuestro propio crecimiento.
Yo crecí en una colonia en donde la mayoría de las casas eran vecindades y donde se hacia comunidad y redes sociales a través de la familia extensa, -y cuando digo familia extensa estoy hablando hasta del comadraje-, eso se rompió, se rompió en cómo crecimos y entonces en dónde nos fueron a meter, fue a espacios donde no compartíamos el patio, donde no compartías la colonia… a pesar de un cuarto redondo había un sentido de comunidad diferente, culturalmente. Eso, en nuestro crecimiento, grandes desarrollos del INFONAVIT y esos grandes desarrollos alrededor de las colonias, fueron rompiendo con eso. Ya no podía vivir la abuelita con nosotros en un cuartito, donde además no había por dónde moverse, ya no podías crear los mismos sentidos de pertenencia porque la escuela quedaba lejos, porque los tiempos de movilidad en las familias fueron incrementándose. Creo que tenemos que pensar también en la lógica, no todo el mapeo, pero sí de nuestra reconstrucción tomando el foco de adecuación cultural más allá, de cómo les digo, también como oportunidad en términos de los sismos.
Concluiría con algo que me parece fundamental y, de hecho, es algo que hemos venido tejiendo desde la Comisión: a nosotros nos sirve mucho este tipo de diálogos, no sirve mucho que Raquel esté aquí, porque como ustedes saben, estamos terminando un Informe Especial sobre la reconstrucción; estamos terminando también dos líneas en términos de Recomendaciones… en la Comisión.
Finalizaría con esta parte que es fundamental y es un eje transversal como derecho y, también instrumental, ya lo decía Raquel, es la participación. No podemos pensar en una reconstrucción si la gente no está participando, si no hay procesos en donde las voces de quién está afectado esté en las soluciones, no pensemos soluciones únicas y, sobre todo, además, no con ocurrencias. Hay y tenemos desarrollados mapas de riesgo. Tendremos que seguir desarrollando para ver y no decir: va a ponerse aquí, otra vez a fuerza y estemos otra vez corriendo un riesgo que no debemos de correr.
Bueno fuera que hubiera una receta. Les aseguro que si hubiera una receta, ya la hubiéramos comprado, ya hubiéramos visto por dónde. Lo tenemos que construir, lo tenemos que construir entre todos. La Comisión ha venido siguiendo muchas veces… quizá para las necesidades de los damnificados, demasiado lentamente, pero les aseguro que desde la lógica en la que estamos, les vamos a dar las herramientas antes de que se cumpla un año para que puedan ustedes seguir y trabajar con nosotros en esta lucha de su restitución de derechos y el camino hacia la reconstrucción en esta Ciudad. Muchísimas gracias.