Discurso 85/2018
27 de septiembre de 2018
Buen día a todas y todos. Bienvenidos -querida Clarita no te había visto- a esta Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, su Comisión.
Muchísimas gracias Alejandro Piña y Almudena Ocejo, básicamente representan aquí, cómo vamos evaluando lo que se está actualmente haciendo y cómo pasamos, como debe de ser… en un país que se dice democrático, las estafetas, discutiéndolas, haciendo prevalecer el debate, la discusión de lo que hay, de lo que debe cambiar y los vacíos que existen. Me alegra mucho, en ese contexto, estar aquí.
Un contexto en donde las políticas públicas se construyen también desde lo que la gente dice, plantea y ha también ejecutado. Esta mañana va a ser muy productiva para eso en la Ciudad.
Decía Daniel que dedicaba unas palabras y hasta el mismo evento a las mujeres. Aquí está enfrente una luchadora social, estamos en su sala “Digna Ochoa”. Pero hay algo que es bien importante y ya estaba diciendo algunas cifras Alejandro y es que esta Ciudad se construye a partir de mujeres. De hecho, muchos de los que están aquí, los colectivos, las organizaciones y las personas-algunos de los que están rondando mi edad lo saben porque lo vivieron del puño, de la fuerza y de la construcción de esta Ciudad en los años 70s y 80s-, sabemos que la Ciudad se construyó a partir del barrio. Del barrio, no de mejorarlo, de hacerlo barrio. Muchos de ustedes, los abuelos y los padres de ustedes hicieron y construyeron esta Ciudad a partir de regularizar su casa, de meter los servicios: el agua, la luz… a eso que fue construyéndose como barrio en esta Ciudad. Eso que los hace historia también los define, y tendría que definir esta Ciudad en esa lógica.
No podemos discutir el Derecho a la Ciudad como una cuestión teórica, tenemos que discutir el Derecho a la Ciudad, así como lo estamos haciendo aquí ahorita: todos juntos. Empezando por quienes viven en el barrio, por quienes lo reinventan cada día y por los que tendrían que ser artífices exactamente de por dónde conservarlo y mejorarlo.
En esas luchas, sin duda las mujeres somos mayoría. En algunos eventos, lo he comentado, el 70% de las quejas en esta Comisión las traen mujeres. Pero el dato aquí es que más de la mitad de esas quejas no son de ellas, son quejas que traen defendiendo a su barrio, defendiendo a su familia, defendiendo a su entorno. Es decir, son luchadoras, son intermediarias del mejoramiento, son intermediarias de la constitución de lo que es la base, la base de lo que somos. Y es la familia entendida como el barrio. La familia entendida como lo comunitario. La familia entendida en el compadrazgo. La Ciudad que se hizo a través de vecindades, a través del patio que compartimos todos. Eso es el espacio público. Recuperar el patio que compartimos todos.
Por eso sean muy bienvenidos todos, sé que será una muy buena mañana. Gracias para quienes nos van a acompañar, para discutir y para sesionar esto en la mesa. Sientan que esto, que exactamente esta agenda, es una agenda de derechos humanos primordial para esta Ciudad y para quienes habitamos y transitamos en ella. Gracias.