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Discurso de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, en la ceremonia de conmemoración por el XXV aniversario de la CDHDF

Discurso 87/2018
1 de octubre de 2018

Trabajo tuyo y mío es abrir ventanas, las opacas paredes, asomarnos a las cosas, y no quedar en paz, no ser felices mientras haya tristeza, mientras haya algo que no esté hecho, mientras llore sentado en una calle, entre las gentes, un perro abandonado… ( ) porque te das existo, y solidariamente respondemos de la suerte del mundo. Fragmento de El manto y la corona, Rubén Bonifaz Nuño.

Muy buenos días a todas y todos.

Las personas que trabajamos en esta Comisión, agradecemos su presencia el día de hoy, en el que estamos celebrando un cuarto de Siglo de una institución que ha construido en su andar respuestas para atender, dar garantía, defensa y promoción de los derechos humanos en esta Ciudad.

Hoy me toca hablar de 25 años del trabajo de muchos que están y otros tantos ausentes. Me da mucho gusto que estén aquí quienes hicieron posible, cada uno en su momento, cada uno con sus aportes, cada uno con su compromiso de que esta Comisión persista en su obligación de aportar para hacer de esta Ciudad una Ciudad de Derechos: Luis de la Barreda; Emilio Álvarez Icaza, Luis González Placencia, Perla Gómez. Gracias.

El trabajo de esta Comisión y su fuerza moral se explica en gran medida por la participación activa y vigilante del Consejo. Agradezco a las ex Consejeras y ex Consejeros, y a las Consejeras y los Consejeros que nos acompañan.

Gracias también al Presidente del Tribunal, a Javier y a Angelita, por acompañarnos aquí arriba.

El 22 de junio de 1993, se publicaba en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la Ley que creaba la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF). Tres días después, se aprueba, en el marco de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, la Declaración y el Programa de Acción de Viena, que consideraba que la promoción y protección de derechos humanos debería ser una prioridad de la Comunidad Internacional.

Hacia el cierre de ese año, el 20 de diciembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Resolución referente a las instituciones nacionales para la promoción y protección de los derechos humanos, en la que se reitera la importancia de las instituciones nacionales de derechos humanos y describe su naturaleza, a partir de los Principios de París, destacando que cuenten con el mandato más amplio posible para la promoción y defensa de los derechos humanos; que tengan autonomía presupuestaria, financiera y de gestión; y que el nombramiento de su titular sea a través de un proceso participativo.

La creación de los organismos públicos de derechos humanos en México se da en el proceso de apropiación y aprendizaje de la sociedad civil mexicana, de los movimientos sociales de los derechos humanos, que fue aparejado al uso de los mecanismos de protección nacional e internacionales.

Asimismo, se crearon en la incipiente transformación del rol judicial en la protección de derechos, cambiando la aproximación de exclusividad, legalidad, a órganos garantes de los derechos.

En el plano nacional, la Reforma Constitucional de septiembre de 1999, acercó a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a los Principios mencionados: personalidad jurídica y patrimonio propio, autonomía de gestión. Sin embargo, esta categoría no fue alcanzada por la totalidad de los organismos estatales, sino hasta la Reforma Constitucional de derechos humanos de 2011.

La historia de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal no puede, exclusivamente, narrarse desde este contexto: el camino de su autonomía es el camino de la autonomía de nuestra Ciudad.

A la par que una treintena de personas se acomodaban en un pequeño departamento de la colonia Del Valle, en octubre de 1993, se elevaba a la Asamblea de Representantes como órgano de Gobierno, con facultades legislativas.

De esta Reforma, deriva la primera Asamblea Legislativa y, tres años después, con la Reforma de 1993, se restituye el derecho de las y los ciudadanos de la Ciudad para elegir a sus gobernantes.

Esta Comisión ha acompañado el camino lento y sinuoso por la democratización de esta capital y por los derechos políticos de sus habitantes, que hoy celebramos con nuestra Constitución, nuestro primer Congreso y nuestras Alcaldías.

En este cuarto de Siglo, la Ciudad ha crecido en alrededor de 1 millón de personas, pero su Zona Metropolitana se ha incrementado en 4 millones. Y mientras en 1993, sus habitantes representaban 55% del conglomerado, hoy representan 45%. Los problemas se complejizan por esta configuración.

No es posible abordar el Derecho a la Movilidad sin esta variable, por ejemplo. O el del trabajo infantil callejero, sin considerar que ocho de cada diez viven con sus familias, en la zona conurbada. O que los abusos de autoridad y las, a veces, fallas de la Procuración de Justicia compromete también a quienes transitan por esta Ciudad.

En su primer año de operación, la Comisión atendió 2 mil 318 quejas. El promedio anual, desde hace 15 años, es de 7 mil quejas. Considerando, además, que actualmente se proporcionan 150 servicios, promedio al día, con un equipo cercano a las 700 personas, que ha ampliado las capacidades de la Comisión en materia de vigilancia, defensa, educación, difusión, vinculación, estudio e investigación de los derechos humanos.

A la fecha, se han emitido 351 Recomendaciones; de las cuales, se han aceptado 229, y de éstas, se han cumplido totalmente apenas 58%. Preocupa que esto representa que están sujetas a seguimiento y, por lo tanto, a la espera de reparación más de 2 mil 500 personas y más de 40 grupos o colectivos, víctimas de violaciones a derechos humanos.

El trabajo de la Comisión se enmarca también en el crecimiento y consolidación del Sistema Universal de los Derechos Humanos, con los llamados 10 Mecanismos de Protección Convencional y los Procedimientos Especiales, compuestos por Relatorías y Grupos de Trabajo de especialistas en derechos humanos.

Promoción desde la educación en derechos humanos. De La Casa del Árbol, que recibe grupos de niñas y niños ininterrumpidamente desde hace 22 años, y El Palomito, desde hace más de dos años. Promoción y defensa recorriendo la Ciudad, acompañando la protesta social, con los Ombudsmóvil.

Investigación, educación, promoción y defensa. Primero en la colonia Del Valle; después en Avenida Chapultepec, y desde hace 9 años, aquí en Avenida Universidad, visitadoras y visitadores, educadores y educadoras; promotores y promotoras, médicos, psicólogas, abogados, comunicólogas, administradores…

Cientos de personas han construido esta Comisión. Unos continúan, y otros han partido. Y aquí, permítanme compartirles uno de los logros más importantes de esta Comisión, que es la formación de muchas personas en el campo de los derechos humanos.

La Comisión ha sido escuela de un número significativo de personas que hoy dirigen y participan en Organizaciones; otras que trabajan en la academia y generan conocimiento, y de defensores y defensoras de derechos humanos.

Hoy también las encuentras en la conformación y liderazgo de instituciones como el COPRED, la CEAV, el CONAPRED, la CNDH, y hasta en algunos organismos estatales, como es la Ombudsperson de Nuevo León.

La Comisión de Derechos Humanos de esta Ciudad no puede ser comprendida sin su vínculo, complicidad y trabajo con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), ésas sin las cuales tampoco se puede entender esta capital.

En 1993, habían pasado 8 años del sismo 7:19; ya no veíamos a los damnificados. Los albergues eran campamento y abonábamos al olvido. Pero lo que estaba vivo era el Movimiento Urbano Popular (MUP), el Comité Ajusco, aquí presentes, por citar a algunas.

Hoy, a un año del 13:14, se le suma Damnificados Unidos de México, Nosotros, Ciudadanía 19, Damnificados del Multifamiliar Tlalpan, Unidad Habitacional Cananea y el Centro Vitoria, por decir algunos.

Durante estos años, hemos construido agenda con cientos de organizaciones, por los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes; personas con discapacidad, personas mayores, mujeres, población LGBTTTIAQ+; indígenas, personas privadas de su libertad y en situación de calle, periodistas, defensores, migrantes y también con víctimas de violencia, tortura y desaparición.

La actuación de esta Comisión contribuyó a concluir con el ejemplo de lo que significaba el ejercicio de la autonomía de los Organismos de Derechos Humanos en este país. En muchas ocasiones, en el ejercicio de sus atribuciones, la Comisión incomodó. La Comisión incomoda. Sin embargo, consideramos que somos un factor de gobernanza.

El impulso y la incidencia en la agenda de derechos sexuales y reproductivos; el matrimonio igualitario, y los derechos vinculados a la protesta social, son también un ejemplo de liderazgo nacional e internacional. Lo son también los Protocolos, Mecanismos y Leyes apegadas a los derechos humanos que se han impulsado en este caso y en este periodo en la compañía de muchos de los que están aquí presentes.

La protección de los derechos humanos es fundamento de esta Constitución y toda actividad pública estará guiada por el respeto y garantía de éstos, señala nuestra Constitución Política.

El camino para lograr este horizonte y la inclusión de una Carta de Derechos que reconoce algunos inéditos en el orden jurídico nacional, como los derechos a la Ciudad, al cuidado y a la vida digna no se puede entender sin la ruta trazada por esta Comisión desde su liderazgo en la realización del primer Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos.

Hace más de una década la Comisión involucró a cientos de personas de la administración, del Legislativo, de las organizaciones y de las universidades, abonando también esto a que pocos años después tengamos un marco constitucional vanguardista.

Sin duda, la Comisión se encuentra consolidada como uno de los Organismos Públicos Autónomos de referencia en la protección de los derechos humanos en el país. Con la promulgación de la Constitución Política de nuestra Ciudad se prevé una transformación social y política importante que busca la predominación de la justicia y la democracia, en donde las personas sean el centro de la vida pública y de la capital del país.

Es frente a este reto que la Comisión busca dar cumplimiento a las disposiciones contenidas en la Constitución, al tener a ésta como idea central que la Ciudad pertenece a sus habitantes.

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México tiene la tarea de asentar los mecanismos y las competencias que otorga la Constitución, principalmente su Carta de Derechos, para garantizar la realización de los derechos de las personas que viven y transitan en la Ciudad de México en sus ámbitos individual y colectivo.

Aunado a esto debe destacarse en materia de proximidad gubernamental el establecimiento de representaciones en cada una de las Alcaldías para desarrollar procesos de medicación y justicia restaurativa en territorio, tal y como lo mencionaba Jaime Rello hace rato.

Hace 25 años se cumplían 25 años del movimiento estudiantil del 68. En 1993 se creaba una Comisión de la Verdad independiente, que no pudo alcanzar su cometido, pero que surgía de la necesidad de romper el silencio. Debimos haberlo roto hace tiempo, afirmaba un líder el movimiento, como lo señala Teodoro Adorno: “Volveremos al pasado para rescatar las promesas del pasado que en el presente no se han cumplido”.

Participaba en ella, entre otros, Carlos Monsiváis, integrante del primer Consejo de esta Comisión. Este año estamos conmemorando los 50 años. Hoy todavía la verdad se mantiene oculta ante el peso de un país que en 1968, afirma una periodista, era una nación de secretos y mentiras, donde los rumores desvirtuaban a los hechos, la propaganda se enmascaraba como noticia y los funcionarios gubernamentales no le rendían cuentas a nadie.

Lo que sí logramos, y hemos logrado en estos 25 años después, es que quienes nacieron en esta Ciudad a la par de la Comisión, estos adolescentes y jóvenes de 25 y menos salgan a la calle, protesten por la violencia en su entorno, lo hagan en paz y sin ser reprimidos. Lo que sí hemos logrado es que mi hija de 23 y sus amigas puedan decidir sobre su interrupción de su embarazado en condiciones de salud. Lo que sí hemos logrado es que estos jóvenes puedan casarse en su diversidad y adoptar si lo desean, pero a la vez en estos 25 años hemos fallado para que la mayoría de ellos vea asegurado su derecho a la educación de calidad, al trabajo digno, a un entorno libre de violencia y a la cultura.

Sin duda la deuda es altísima para cientos de miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Ellos, sus familias y comunidades son el centro de trabajo para alcanzar el cumplimiento de derechos en esta Ciudad.

Han pasado 25 años y la impunidad sigue siendo una constante. Las relaciones entre la Policía y los jóvenes y las personas y los adultos están alejadas en muchas ocasiones de los derechos humanos. Por ello, nuestro compromiso es mantener el más alto estándar derivado de este cuarto de Siglo, es que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México fortalezca su papel institucional de protección de los derechos humanos a partir de la instrumentación de los mecanismos que derivan de la Constitución, realizando un trabajo integral centrado en las víctimas, vanguardista, profesional e independiente, que asegure la confianza y cercanía de quienes requieran de ella.

Lo haremos de la mano de un gran equipo formado por mujeres y hombres comprometidos cada uno de ellos y ellas, para ellos mi amplio reconocimiento y mi profundo agradecimiento.

En la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal somos defensoras y defensores del pueblo, así nos asumimos, ese es nuestro espíritu. Seguiremos trabajando con pasión para transformarnos en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México a la vanguardia del sistema no jurisdiccional de la garantía y la defensa de derechos.

Muchísimas gracias y muchas felicidades a toda la Comisión.

Inklusion
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