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Discurso de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, en la ceremonia de Sesión Solemne del Congreso de la Ciudad de México por el 25 Aniversario de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Discurso 104/2018
27 de noviembre de 2018

La dignidad no se olvida,

como no se olvida el respiro,

el amor,

el país,

las canciones,

los poemas,

los cerros,

el mar.

 

La dignidad no se olvida,

se levanta,

y no importa cómo,

con piedras cruzando el cielo,

con trapos pintados de rojo,

con poesía estremecida.

 

La dignidad es mía,

es tuya, nuestra,

hasta el fin de los tiempos,

y nadie ha nacido aquí,

con el derecho a quitarla.

Absalón Opazo, poeta chileno

 

Muy buenos días a todas y todos.

Es un honor estar el día de hoy ante el Primer Congreso de la Ciudad de México, agradecemos que nos distingan con esta sesión solemne para conmemorar los 25 años de trabajo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, por la defensa y promoción de los derechos humanos en la Ciudad de México.

Gracias al Diputado Temístocles Villanueva por la solicitud a esta Soberanía y a ustedes por aceptar que destinemos estos momentos a la dedicación de los cientos de personas que trabajan en la Comisión, de los miles que han trabajado y de los miles y millones que han tocado la vida de esta Comisión en estos 25 años.

Durante este cuarto de Siglo muchas personas han dedicado su trabajo y vocación de servicio en nuestra institución. Aprovecho para reconocer su invaluable labor y vocación de servicio para la protección y promoción de los derechos de todas las personas que viven y transitan en esta gran Ciudad.

En 1993 fue un año trascendental para los derechos humanos del entonces Distrito Federal. El 22 de junio se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, ya hacía referencia de todo este proceso la Diputada Margarita Saldaña. Días después en el marco de la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, se aprobó la Declaración y el Programa de Acción de Viena, que señalaba como prioridad de la Comunidad Internacional la promoción y protección de derechos humanos.

El 30 de septiembre, con fundamento en el Artículo 102, apartado B, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se creó el organismo de defensa de los derechos humanos del Distrito Federal, que debía contar con alta calidad moral, para buscar fórmulas conciliatorias de resolución de conflictos entre la autoridad y la población; otorgándole la autonomía respecto del poder público como característica esencial.

En ese mismo año, como parte del resultado de la Reforma Política del Distrito Federal, publicada por Decreto en el Diario Oficial del 25 de octubre de 1993, se elevaba a la Asamblea de Representantes como órgano de gobierno, con facultades legislativas que dejaban de ser meramente reglamentarias, convirtiéndose en una instancia creadora de ley para el Distrito Federal; tres años después se expedía el Estatuto de Gobierno, en donde esto se convertiría en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, del Poder Legislativo.

Paralelamente a este salto democrático de la Ciudad, internacionalmente en materia de derechos humanos la ONU promulgaba los Principios de París, en los que se señala la importancia de que las instituciones de derechos humanos cuenten con el mandato más amplio posible para la promoción y defensa de los derechos humanos; lo que sólo se logra al tener autonomía presupuestaria y que el nombramiento de su titular se realizase a través de un proceso participativo.

Esta Soberanía local ha evolucionado durante estos 25 años a la par de nuestra historia, al transformarse de la Asamblea de Representantes, a la I Legislatura de la Asamblea Legislativa y hoy al primer Congreso de la Ciudad.

Durante estos cinco lustros, hay puntos históricos en donde la Comisión y el Poder Legislativo de esta Ciudad han realizado un trabajo conjunto en el que, con absoluto respeto a sus competencias, han sumado saberes y capacidades para la construcción del marco normativo de los derechos humanos de nuestra Ciudad.

Por mencionar algunos de los avances logrados en materia administrativa en estos años, estaríamos mencionando la Ley de Participación para la Constitución de los Consejos Ciudadanos del propio 1993; la legislación de la Interrupción Legal del Embarazo; y también el de las niñas y mujeres a desarrollarse plenamente en todos los espacios; el establecimiento en 2008 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito Federal; recientemente la Ley de Protección Integral para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Ciudad de México. Todas ellas ícono no nada más de esta Ciudad, sino del país.

Por otra parte, referente no solo nacional sino internacional, es el trabajo conjunto que se realizó para la elaboración del Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal.

El Programa es un modelo para el diseño e implementación de medidas legislativas, administrativas, presupuestales y programáticas a favor de los derechos humanos. La IV Legislatura  de  la  Asamblea Legislativa mostró vocación y disposición para trabajar a favor de los derechos humanos con total apertura con los demás poderes de la Ciudad y con la sociedad civil, logrando diseñar el primer Programa de Derechos Humanos en Latinoamérica y la conformación de su Mecanismo de Seguimiento y Evaluación, formalizado por la actual Ley del Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Hoy vivimos tiempos de cambios, resultado de la histórica construcción de la Reforma Política de la Ciudad de México, que deviene de las propuestas legislativas de las que fuimos testigos en 2001, 2010 y 2013, la cual finalmente fructificó para que el pasado 17 de septiembre entrara en vigor la Constitución de la Ciudad de México, considerada la más progresista del país que establece como principio rector supremo la dignidad humana y sustento de los derechos humanos, fundamento de su protección y señala que toda actividad pública estará guiada por su respeto y garantía, es decir una Constitución de Derechos Humanos.

Estamos ante un nuevo paradigma para la Ciudad, y con ello ante el reto de la armonización de las leyes de la Ciudad, bajo los más altos estándares en materia de derechos humanos, contenidos en la propia Constitución y los tratados e instrumentos internacionales; dicho marco normativo deberá ser construido, replicando con buenas prácticas de parlamento abierto que realizó la Asamblea Constituyente, llevando a cabo las consultas y audiencias públicas que dieron legitimidad a la Carta Constitucional.

Sin duda la Ciudad de México cuenta con leyes que protegen los derechos de la mayoría de los grupos de población que la Constitución considera como prioritarios: niñas, niños, adolescentes, población LGBTTTIQA+, población indígena, pero también incorpora otros nuevos como puede ser la afrodecendiente.

Son tiempos de contar con nuevas leyes y armonizar las existentes a la Constitución para consolidar a la Ciudad como el entorno social y público idóneo para ejercer, defender, promover y disfrutar libertades y derechos; es decir, hacer realidad nuestro derecho a la Ciudad, para gozar de una Ciudad garantista, incluyente, educadora, solidaria, habitable y productiva.

Es tiempo además, como lo señalaba la Diputada Janeth Guerrero, de cambiar perspectivas erróneas alrededor de la defensa de los derechos humanos.

La Comisión de Derechos Humanos es partícipe del reto. La Constituyente nos dio, entre otros, el mandato de presentar iniciativas de ley en nuestra materia, por lo cual estaremos proactivamente coadyuvando en la construcción del entramado legal e institucional para el cumplimiento de las prerrogativas contenidas en nuestra Constitución. Ya lo decía el Diputado Aboitiz, colaborativamente y con alianzas.

En primer término, son tres leyes  primordiales para conformar el marco constitucional de Derechos Humanos de la Ciudad, como también ya hacía referencia y señalaba el Diputado Miguel Ángel Salazar.

La primera, Ley Constitucional de Derechos Humanos y sus garantías, ya que si bien la Constitución reconoce y nombra los derechos humanos de quienes vivimos y transitamos en la Ciudad, debemos contar con la ley sustantiva de la Carta de Derechos, que materialice sus avances y establezca las bases para la progresividad, exigibilidad y justiciabilidad de los derechos humanos.

La segunda, la Ley del Sistema Integral de Derechos Humanos y finalmente la tercera, la Ley de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.

La Ley de la Comisión implica la adecuación del funcionamiento interno acorde a sus nuevas atribuciones y deberá ser el instrumento legal que nos fortalezca y consolide como defensores del pueblo.

La Defensoría del pueblo, —porque así nos asumimos—, debe ampliar su ámbito de acción y su efectividad para estar presente en cada una de las demarcaciones territoriales y aproximar sus servicios; es decir, estar verdaderamente cerca de las personas que sufran en esta Ciudad la violación a sus derechos humanos, sin tanta espera, sin distancias para acompañarles en la exigibilidad de sus derechos, de sus derechos a la reparación del daño, de su cercanía para la mediación y los procesos a todo terreno y territorio para la garantía y la promoción de los derechos humanos. Por ello, debemos estar cerca para propiciar la mediación y la justicia restaurativa y asistir y acompañar a las víctimas.

Esto es necesario, porque aun cuando han pasado 25 años de trabajo por los derechos humanos, la violencia y la impunidad siguen siendo una constante, por ello nuestro compromiso será mantener los más altos estándares, para que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México fortalezca su papel institucional de protección a los derechos humanos realizando un trabajo integral, centrado en las víctimas, vanguardista, profesional e independiente, que asegure la confianza y cercanía de quienes requieran de ella, en un contexto de conciliación y compromiso y como un factor de equilibrio, como ya lo señalaba el Diputado Gaviño.

Con esta seguridad y con la confianza de nuestras instituciones, que albergan la experiencia y las capacidades necesarias para dar los frutos esperados, estoy el día de hoy presentando a esta soberanía una Iniciativa para la Ley Constitucional de Derechos Humanos de la Ciudad de México y sus Garantías, proyecto elaborado, analizado, discutido y consensuando con Organizaciones de la Sociedad Civil.

El proyecto que presentamos busca incidir a favor de la realización y consolidación de un Estado garante de los derechos y libertades de todas las personas que viven y transitan en la Ciudad, a través de la instrumentalización de los principios, enfoques y perspectivas que deben regir el marco jurídico del respeto, promoción, protección y garantía de los derechos humanos, acorde con los más altos estándares internacionales.

Desde luego, cuenten con nuestro trabajo y expertis para acompañar el proceso legislativo, el análisis, discusión, aportes y modificaciones para lograr la promulgación de la ley más avanzada, en los términos establecidos por nuestra Constitución

Entrego entonces nuestra propuesta, sabedora del alto compromiso que ustedes, Diputadas y Diputados del Congreso de la Ciudad de México, tienen por los derechos humanos, con la seguridad de que los textos que conforman la Carta de Derechos trascenderán a la plena efectividad para todas, todos y todes, y con ello honrar el compromiso constitucional con la dignidad y la igualdad para lograr el disfrute de la Ciudad y la búsqueda de la felicidad compartida.

Muchísimas gracias por esta Sesión.

Inklusion
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