Discurso 113/2018
10 de diciembre de 2018
Hablar de la igualdad entre los sexos, no es ni más ni menos que hablar de Derechos Humanos. ¿Por qué afirmo esto? Porque a pesar de las tergiversaciones que se han hecho, con y sin alevosía, si analizamos las estrategias de las mujeres del siglo pasado por lograr sociedades justas, donde cada ser humano pudiera desarrollarse a plenitud, veremos que las mismas no fueron principalmente para lograr ser idénticas a los hombres, sino estrategias que, además de incluir la necesaria erradicación de todas las instituciones patriarcales, eran una lucha para que se reconociera que las mujeres somos igualmente humanas. Es decir, tan humanas como los hombres, en nuestras diferencias mutuas y, por tanto, con igual derecho a todos los derechos. Alda Facio.
Muy buenas tardes todas, todos y todes.
Saludo con cariño a Yuridia, a Selene, a Jennifer y a Patricia y, particularmente, a Itana, que luchó por su lugar en la mesa, y aquí la tenemos.
Gracias por acompañarnos, es un día bastante especial, muchos eventos; todo mundo voltea a ver a los Derechos Humanos y, bueno, desde una convicción personal, yo no veo cómo se puede decir que se es defensor de Derechos Humanos, si no se es feminista.
La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas.
Treinta y nueve años han transcurrido desde la adopción de la Convención sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW); 37 del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano, donde se propuso la aprobación del 25 de noviembre como fecha para conmemorar el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer; 24 años desde la adopción de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, mejor conocida como Convención Belém do Pará; 23 años desde la celebración de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, y de la elaboración de la Plataforma de Acción de Beijing; 11 años desde la publicación de la Ley General de Acceso de la Mujeres a una Vida Libre de Violencia, una década de la entrada en vigor de la Ley de Acceso… local.
No menciono aquí la Declaratoria Universal de los Derechos Humanos, ya tiene sus 70 años, porque si la revisamos, vemos que a las mujeres ahí nos quedó…, la Declaración nos quedaba a deber.
De entrada, en el capítulo en donde estamos ligadas a los niños está bien, pero no es todo, y creo que la progresividad y el transcurso de esto nos coloca de otra manera, y habla bien de los Derechos Humanos, porque habla en una de sus características principales, y es que siempre serán una fotografía del contexto; y en esa medida, en que se pueden transformar, pues son en principio lo que son.
No obstante, los avances y el largo camino recorrido por los movimientos feministas para visibilizar y exigir un alto de este problema de desigualdad de género, las mujeres y las niñas continúan enfrentando un contexto adverso, caracterizado por la violencia y la discriminación, que obstaculiza el ejercicio pleno de sus derechos.
Así, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, del 2016, en México, 66%, es decir, casi 7 de cada 10 mujeres, han sufrido al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida. En el caso de la Ciudad de México, la prevalencia contra las mujeres es de 79.8%; es decir, 8 de cada 10.
Son muchos los retos que tenemos por delante para hacer frente a la creciente y cruenta violencia que diariamente cobra la vida de 9 mujeres en nuestro país; por ello, es indispensable continuar trabajando para fortalecer las acciones de prevención, atención y acceso a la justicia para las mujeres y las niñas víctimas de violencia, atendiendo puntualmente a las Recomendaciones emitidas por el Comité CEDAW, que el pasado mes de julio reiteró la urgencia de adoptar medidas para prevenir las muertes violentas, los asesinatos y las desapariciones forzadas de mujeres; en particular, combatiendo las causas profundas de esos actos.
De hecho las Recomendaciones están planteando dos años, para emitir un Informe relacionado a este contexto; específicamente, el Estado Mexicano tendrá que dar cuentas de exactamente como van las alertas, de qué estamos haciendo y cómo está la institucionalidad en este caso.
Ante este escenario, y con el fin de contribuir a la visibilización de experiencias novedosas y propositivas, que contribuyen a la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer y las niñas, y que sirvan de ejemplo para la implementación de políticas públicas en la materia, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) creó en el 2011 el Banco de Buenas Prácticas contra la violencia hacia las mujeres y las niñas.
Esta herramienta de consulta y apoyo concentra ejemplos de programas, proyectos y campañas de prevención, atención y acceso a la justicia de las mujeres y las niñas víctimas de violencia, realizados en el territorio ¿nacional por Organizaciones, Colectivos e Instituciones académicas y personas comprometidas con la promoción y defensa de los derechos humanos de las mujeres y las niñas; en particular, su Derecho a una Vida Libre de Violencia.
Los proyectos que hoy reciben estos Reconocimientos, así como aquellos que han sido galardonados en años anteriores, buscan modificar los patrones socioculturales de mujeres y hombres para eliminar los estereotipos de género. Promueven la autonomía y el empoderamiento y agencia personal de las mujeres y las niñas para el desarrollo económico, social, cultural, educativo, ambiental y político, entre otros, además de contribuir a su acceso a la justicia a través de investigación y sanción del daño, desde la perspectiva de Género y de Derechos Humanos.
Y cuando hablamos de prevenir, no podemos prevenir si no empezamos a construir una Ciudadanía Feminista y una ciudadanía con enfoque de género, desde que nacemos. Y es así que me da muchísimo gusto que dos Organizaciones que trabajan con niñas, niños y adolescentes, este año por el jurado hayan sido seleccionadas para estar aquí, y estar en el Banco de Buenas Prácticas.
Ya lo decía Yuridia: ‘quienes conocemos la montaña, sabemos, no nada más lo agestre que es transitar por la montaña y lo difícil que es transitar por la montaña’. También sabemos lo difícil, en esas lógicas, de trabajar en la montaña con este tipo de agendas; una montaña hoy que está cruzada, ya no nada más por la migración, sino también está cruzada básicamente porque ahí están buena parte de los Municipios más pobres del país, sino también porque la alta violencia está generada en el ámbito comunitario, es ahí que la labor que hacen Mujeres Tlapa, y el trabajo que se hace alrededor de esto es…, hay que reconocerlo y hay que aplaudirlo.
En el caso de Melel Xojobal, me tiene que ganar la parte de que es una Organización que conozco, pues casi casi en sus 21 años; no se puede decir que se conoce San Cristóbal, SanCris, si no se conoce Melel.
Melel, con un trabajo sobre trabajo infantil, sobre niños y niñas en situación de calle; sobre lo que es ser indígenas en esta Ciudad, en medias y urbanas; sobre una agenda de primera infancia, cuando nadie la tenía y nadie la veía; y hoy reconocemos que es su escuela “F”, planteaba, y nos compartía Jennifer, algunas de las cosas de las que hablan, y de por qué se llama Código F, y no feminista.
Porque finalmente, cuando se trabaja, al igual que en Guerrero, con poblaciones indígenas, también estamos hablando de una doble estigmatización, con relación, no nada más al feminismo, sino finalmente es una lucha cultural de modificación desde la cosmovisión con la gente, y no por fuera de la gente, de qué se requiere y cómo se tienen que modificar igual percepciones y, sobre todo, también acciones.
Por eso, pues sí: “F” de felices, “F” de fuertes, “F” de feministas. Y espero que en algún momento podamos lograrlo, como tú dices, en un camino que es largo, pero que requiere de personas comprometidas, como hay en Melel, para poder recorrer.
Selene nos hablaba de la Declaratoria de Alerta sobre la Violencia de Género en la Ciudad de México. Nosotros, desde la Comisión, hemos venido acompañando en lo que nos toca esta Alerta
De entrada, nuestra primera Recomendación en este 2018, exactamente tiene que ver con feminicidios, y es el caso de Lesvy y, tanto como con el “Francisco de Vitoria”, como con las otras Organizaciones, de las que ella mencionó, y personas, pues hemos venido acompañando esta agenda.
Como ella lo dice: la violencia no se acaba con la Alerta. Los feminicidios tampoco. Pero lo que sí debemos apostar todos es cómo cambiamos institucionalidad, y cómo vamos evitando básicamente que se acaben los feminicidios en esta Ciudad y en este país. Y que se reconozcan los feminicidios en esta Ciudad y en este país. Y que la impunidad, que es un altavoz de por qué persisten también, no nada más lo cultural, también se termine.
Entonces, muchísimo gusto también de que “Fray Francisco de Vitoria”, sus integrantes, sus alianzas, estén recibiendo este Reconocimiento, que no es más que poder aportar un Banco de Buenas Prácticas, exactamente lo que se está haciendo.
Y bueno, finalmente Renace. Ya lo decía Patricia: tiene que ver con reinserción, tiene que ver con acceso a la justicia; pero sobre todo, tiene qué ver con una mirada que tiene que ser una mirada de género, en las personas privadas de la libertad.
Tenemos muchos problemas que son comunes a cualquier persona privada de la libertad. Pero si eres mujer, te estás enfrentando a una serie, ya lo dijo ella, de discriminaciones; que van, desde por qué llegaste ahí; de estas miradas que hacen que muchas mujeres que están ahí, no deberían estar ahí.
Lo otro, no nada más en acceso a la justicia, sino también a estigmas alrededor de eso: por qué llegan, por qué son tratadas como tales; y luego, cuando están privadas de la libertad también.
A diferencia de los hombres, el estigma es mayor; tan es así, que las familias abandonan. Tenemos la gran discusión de las niñas y los niños en primera infancia en los centros, es decir, al lado de sus madres o no; es una discusión que estamos dando, también alrededor de cómo se debe determinar, un poco en contra de las teorías de la manzana podrida, que básicamente lo que son es contrarias a los Derechos Humanos.
Y, cómo lo decía ella, igual a los procesos de reinserción; que los procesos de reinserción, sabemos se dan desde que están adentro, y en esa lógica el trabajo que hace Renace, en este caso Renace San Luis Potosí, es sumamente loable. Si hay niños y niñas, y mujeres invisibilizadas, son exactamente las mujeres, los niños y las niñas con sus mamás privados de la libertad.
Entonces, nos da muchísimo gusto que, por estos trabajos y lo que representan, estén aquí y les extendemos una calurosa felicitación.
Finalmente, no podemos dejar de recordar a las mujeres en honor de quienes se les ha dado nombre a este Reconocimiento: Patria, Minerva y Teresa Mirabal, también conocidas como “Las Mariposas”, fueron y siguen siendo ejemplo de lucha, que se extendió desde República Dominicana, su país natal, al resto de la región Latinoamericana y del mundo.
Después de ellas, el trabajo legado de muchas otras mujeres defensoras, como Berta Cáceres, en Honduras; y la propia Digna Ochoa, en México; que también se han convertido en inspiración para continuar avanzando como logro de los ideales planteados décadas atrás, y que hoy se mantienen como una demanda de las mujeres y las niñas para el logro de la igualdad sustantiva y la justicia social.
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, de los 16 Días de Activismo Contra la Violencia de Género, y en la Séptima Entrega del Reconocimiento “Hermanas Mirabal”, hacemos un atento llamado a la sociedad y a las autoridades de todos los niveles, a seguir trabajando para poner fin a todas las formas de discriminación y violencia: Vida, vida, vida digna a favor de las mujeres y las niñas.
Muchas gracias.