Discurso 108/2018
3 de diciembre de 2018
Voy a irme a la instalación de Cabildo, que ahora ya tenemos en esta Ciudad; pero regreso, regreso a estar con ustedes en esta Feria. Es la octava edición de esta Feria, me da muchísimo gusto estar aquí con ustedes y aquí sentada con Shino, con Maribel, con Mari Carmen, con Miroslava y con Camilo.
Déjenme primero compartirles una frase de Martin Luther King, que creo que da mucho marco a las lógicas de exactamente la lucha por los Derechos de las Personas con Discapacidad: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”.
Y básicamente de eso se trata, igual, los derechos, la inclusión de las Personas con Discapacidad en todos los ámbitos sociales, de sociedad en lo colectivo, desde lo colectivo, entiéndase como desde lo familiar, pero también lo colectivo de lo que existe afuera de lo privado, en la calle, en el barrio, en las colonias y hemos aprendido muy poco, exactamente al vivirnos como hermanos y como humanos.
Porque el gran planteamiento de lucha cultural se da en términos de cómo nos reconocemos como humanos; y por lo tanto, reconocernos como humanos es reconocer nuestros Derechos todos y todas, no importa ni como nos vestimos, ni de qué color somos, ni qué tipo de habilidades o capacidades tenemos en lo individual.
De eso se trata el marco de Derechos Humanos, y por eso a mí me da mucho gusto que estén ustedes aquí con nosotros, y me da muchísimo gusto tener aquí albergando a la Feria, y me da mucho gusto que esta sea una agenda que la Comisión de Derechos Humanos acompaña a ustedes y a sus Organizaciones.
¿Para qué? Para poder seguir haciendo incidencia y seguir promoviendo y aquí lo vemos en esta Feria que, a través del arte y de muchísimas expresiones; no nada más, no veamos negado el derecho cultural y las capacidades para el desarrollo artístico y los talentos artísticos, sino también con eso hagamos incidencia en cómo rompemos los patrones culturales alrededor de las personas con discapacidades.
Porque si yo no canto, pues no canto, punto; no me da ¿no? Pero hay gente que podrá no caminar, pero canta; y hay gente que sin hablar, canta. Y de eso se trata también, y de eso son nuestras luchas.
Voy al Centro y vengo a regresar a verlos a todas y a todos aquí, y espero que estén mucho muy felices en esta que es su casa, la Comisión de Derechos Humanos.
Muchas felicidades, queridos.