Discurso 7/2019
18 de febrero de 2019
No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar, Angela Davis.
Muy buenos días todos, todas y todes.
Agradezco la invitación del Congreso, de la Diputada y de los Diputados aquí presentes, para venir a compartir con ustedes esta reflexión en este espacio de diálogo que, como ya mencionaban los que me antecedieron en la palabra, es de suma importancia.
El día de hoy, el uso de las tecnologías ha transformado las relaciones interpersonales, introduciendo nuevas herramientas para el contacto y comunicación de las personas, que traen consigo riesgos jamás imaginados.
El entorno digital genera espacios donde se expone la vida personal e íntima, lo cual supone otras formas de relaciones afectivas, que pueden traer consigo violencia contra las mujeres y otros grupos de atención prioritaria, como son los Niños, las Niñas y los Adolescentes; la población LGBTTTIQA+, entre otros, además de las Personas con Discapacidad.
Es así que la violencia de género tiene nuevas formas de manifestarse: los delitos tradicionales, como las amenazas y el acoso sexual, y otras conductas motivo de responsabilidad civil en la Ciudad de México, que afectan los derechos de la vida privada, el honor y la propia imagen de las personas, se pueden cometer a través de whatsapp o las redes sociales, lo que visibiliza la utilización de nuevos medios para cometer otras conductas delictivas, lo cual conlleva también un reto de poder recabar numerosos medios probatorios.
Las conductas criminales que se generan a través del uso de las tecnologías tienen un amplio espectro, pues no solo afectan el fuero íntimo de las personas víctimas, sino pueden llegar a dañar de manera grave su vida familiar, social, laboral y económica.
Aquí, un saludo especial a las víctimas, sus familias y sus comunidades.
La rapidez con la que circula la información en los medios digitales agrava severamente el impacto de los ataques a las personas víctimas y profundiza el discurso de odio y estigmatización en las redes sociales.
A todo lo anterior, se hace necesario agregar un elemento adicional, y es el relativo al anonimato que facilita la red y la complejidad de la identificación y su autor, no solo intelectual, sino material. Esto implica un reto para la capacitación sobre el uso adecuado de la Internet; capacitación a las personas servidoras públicas, para atender debidamente las denuncias y abuso en uso de la red, y de violencias ocurridas a través de los medios electrónicos, sin afectar la libertad de expresión.
Para comprender el impacto que tienen las violencias contra las mujeres en los medios digitales, es necesario tener presente que estas violencias no son lejanas a las violencias tradicionales; muchas de las causas de sanción y rechazo que generan el acoso o el maltrato, están relacionadas con estereotipos de género que deben ser sancionados.
En este sentido, debe considerarse por el Legislativo si el ciberacoso es o no un delito autónomo, o también legislar sobre la responsabilidad que tienen los intermediarios; es decir, los prestadores de servicios digitales, a quienes propongo escuchar antes de emitir el ordenamiento final.
El anonimato envalentona; lo preocupante es que no existe una regulación concreta para poner freno al fenómeno de la utilización de medios digitales para generar violencia sexual.
Recordemos siempre que nuestros datos personales son disponibles y están incorporados a redes tecnológicas. Hasta hoy, lo que se aloja en las redes se queda en las redes; y no existe un Derecho real Al Olvido.
El uso de tecnologías es una herramienta facilitadora de información, pero que con ella las afectaciones y violaciones de los Derechos Humanos se repitan, se intensifican y adquieren nuevas dimensiones y nuevas caras.
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) establece la obligación de los Estados de tomar las medidas apropiadas para modificar los patrones socioculturales de conductas de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias de cualquier otra índole, que estén basados en la idea de inferioridad- superioridad de cualquiera de los sexos, o en funciones estereotipadas de hombre y mujeres.
La generación de normas por la autoridad Legislativa debe cumplir con la finalidad anterior: erradicar los comportamientos que afectan a otros, principalmente a mujeres y niñas.
En el caso particular de la violencia sexual, a través del uso de tecnologías, la víctima se encuentra en un estado de indefensión ante un mundo virtual público, donde existe una participación mundial, y difícilmente las personas afectadas pueden ejercer su Derecho Al Olvido.
Las iniciativas que proponen adicionar una fracción al Artículo 7º de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el Distrito Federal, y reformar diversos artículos del Código Penal para el Distrito Federal, buscan comprender la gravedad de la conducta, de acuerdo al daño que produce su comisión. En el caso en concreto de la Violencia Sexual en Redes por la afectación a la dignidad de las personas ofendidas, buscando la sanción de la conducta.
Aplaudimos toda la parte del esfuerzo de las y los Legisladores que, a través de estas diferentes iniciativas, están dando cuerpo, a lo que estoy segura será una propuesta muy fortalecida y con consensos.
Permítanme solamente realizar unas señalizaciones puntuales, para que se puedan emitir en la discusión, y mejorar. La propuesta para agregar a los Artículos 179, 188 bis, 209 bis, del Código Penal local la frase “por cualquier medio” busca la regulación de la violencia sexual, a través de medios digitales. Aquí es de importancia de analizar si la violencia sexual cometida a través de medios digitales será un delito autónomo, tal como estaba planteando en la discusión que planteó la Procuradora, o cae dentro del ámbito de la Responsabilidad Civil.
Retomando lo que la Procuradora compartió con ustedes, nosotros también compartimos que solamente quedando en la parte Civil, para ese costo a partir de la experiencia. Pero hay que discutirlo sobre el entorno, y eso falta, porque es profundizar en las iniciativas.
En lo que ataña a la propuesta de modificación del Artículo 188 bis, no debe perderse de vista que la facultad para legislar en materia de tipos penales y sanciones aplicables al delito de trata, que específicamente estamos hablando de ese, está reservado al Congreso de la Unión; por lo que hay que analizar qué parte y cómo redactamos y cómo vamos a ese punto, que se relaciona con la trata, para no entrar a discusiones de competencias locales y federales.
Para el caso del Artículo 209, se propone adicionar, en su parte final, un párrafo que agrava hasta en una mitad las penas, cuando se utilice para su comisión la vía telefónica, el correo electrónico o cualquier medio de comunicación electrónico, análogo o digital.
Aquí hay que cuidar, en esta adición, si no estamos también pisando lo que establece el Artículo 14 de la Constitución Federal ¿Por qué? Porque no se puede y se prohíbe expresamente que, por analogía, se deriven en cuestión específica; entonces, también cuidar esa parte sería importante.
Finalmente, concluyo otra vez felicitando al Congreso, por poner en este punto una agenda, que es una agenda que requiere de regulación, que requiere de establecer delitos específicos; pero también que requiere de una gran fuerza en términos de la prevención.
Por eso me gustaría que las alianzas, con los que estamos aquí presentes, fueran más allá de lo que es revisión de la Ley, sino de cómo capacitamos a los jueces, como capacitamos a los Ministerios ¿Para qué? Para que no sea otra vez una Ley que nadie interpreta, ni nadie puede aplicar, sino que siga adelante.
Estamos, creo yo, dispuestas y dispuestos a hacerle, a entrarle a esta alianza, a fortalecer lo que ustedes están haciendo y que vayamos más allá de la parte de la modificación de la Ley.
Y permítanme finalizar, ante los retos que creo que son los retos de hoy, los retos que no podemos negar, y que tenemos que entrarle en esa misión de prospectiva y de un futuro no muy lejano.
La semana pasada, hace casi ocho días, se murió Opportunity. Y uno dice: ‘¿qué es eso?’. Pues Opportunity era un robot que mandaron para sacar fotos y registrar cuestiones en Marte y que tenía inicialmente una vida útil de 90 días. Pasaron 15 años.
Científicos de todo el mudo trataron de modificar las estructuras de lo que estaba en fotos que muchos de ustedes han visto: fotos de la Tierra desde Marte, desde la órbita. No pudieron ya hacer más; la tecnología no les dio.
Pero el martes pasado, que fue cuando la desconectaron, quienes la desconectaron, que eran seres humanos como nosotros, lanzaron una frase que decía: “Está oscureciendo. Ya no puedo ver”. Y esas fueron las últimas palabras deOpportunity. Y eso que les estoy compartiendo, forma parte de todo esto.
Opportunity es una oportunidad, por ejemplo, de ver las relaciones de los seres humanos con los robots; con los no muy lejanos androides, y con esto que nos tocó vivir en este Siglo XXI: un mundo que es tan real, como nuestro mundo, de mi generación de televisión; de relaciones cara por cara.
Hoy por hoy tenemos ese otro mundo, y es un gran reto, y es una gran oportunidad, y qué bueno que lo estamos haciendo aquí: ver que hacemos para hoy y para el futuro, ante esta realidad que no se va a ir.
Muchísimas gracias.