Discurso 16/2019
26 de marzo de 2019
Buenos días todos, todas y todes. Me da muchísimo gusto estar aquí con José Alfonso Suárez del Real y Aguilera. Yo creo que, él lo compartía con ustedes, en las primeras reuniones que tuvimos con la nueva administración, de hecho, con el primer Secretario con el que nos sentamos exactamente fue con Alfonso. Y esto tiene que ver con algo de lo que ya compartió, y es esta visión de la cultura en términos de derechos humanos.
Yo creo que lo nos plantea, no nada más desde el marco del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, alrededor de esta amplia concepción de la cultura, no nada más es parte de hacer trabajos en conjunto en esta lógica, en esta amplitud de concepción, sino también, en las lógicas de cómo vamos exactamente a hacer una cultura de la cultura de los derechos humanos.
¿Qué quiere decir esto? Generalmente no partimos en la entrega de lo que necesitamos construir como sociedad, nuestra concepción, que los derechos culturales sean exactamente, derechos. Les atribuimos toda esta visión dominante, en términos de “la cultura es la que nos impone”, no como “la cultura es lo que construimos y lo que nos construye” y en ese sentido, es la gran fuerza que tiene el hecho de que estemos aquí, firmando y formalizando un trabajo en conjunto, que de hecho ya venimos realizando, y que compartimos en concepción, pero que es importante en el desarrollo y el fortalecimiento de las instituciones.
Aquí estamos hablando, sí, de los derechos culturales como tales y hacerlos fuerza, pero también estamos hablando de cómo la cultura es instrumental. En esta visión instrumental, tanto la Secretaría de Cultura como la Comisión de Derechos Humanos, trabajamos para hacer cultura: hacer cultura de los derechos humanos, hacer cultura para la paz, hacer cultura, y es decir… construir estas lógicas, en donde el concepto y a dónde caminamos, es como de camino y de llegada, esa es la virtud que tiene.
En el momento en que podamos sumar esfuerzos para que esto se pueda, digamos, hacer patente e ir caminando, vamos a caminar muchísimo más como Ciudad y como país. Que esta Ciudad con este tipo de lógicas vuelve a ponerse al frente de muchos planteamientos que se hacen a nivel nacional, y que no logran aterrizar lo que nosotros estamos aterrizando el día de hoy.
Como les decía, exactamente, con la música, el cómo hacemos referencia, como nos contactamos, en este momento cuando oyes la música, y esa te refiere a algo, hay un sentido de mediación, de mediación entre unos y otros, eso es finalmente lo que hace la cultura, y por lo tanto adquiere el valor ético supremo.
El hecho de estar aquí para la Comisión es verdaderamente un gusto, un gusto para poder caminar e institucionalizar mucho más este tipo de vínculos que, como les digo, abonan a la cultura desde el derecho y desde un derecho que aplica hacia la generación y hacia la garantía de otros, también a su sentido instrumental en donde creo que podemos sumar muchísimas fuerzas y muchísimas lógicas para cambiar exactamente la visión de la Ciudad, de los derechos, de la convivencia a través de la cultura.
Monsiváis decía: “Somos tantos en la Ciudad de México que el pensamiento más excéntrico es compartido por millones”; y eso es lo que queremos hacer aquí: crear pensamientos excéntricos alrededor del derecho a la cultura en este Ciudad, hacerlos visible y hacerlos pasionables por millones de personas en esta Ciudad, y es por eso que a la Comisión le da muchísimo gusto estar aquí firmando contigo Alfonso este Convenio. Muchísimas gracias.