Discurso 29/2019
2 de mayo de 2019
Buenos días. El día de hoy nos reunimos para acompañar a la familia de Lesvy Berlín Rivera Osorio, en el Acto Solemne y formal de Disculpa Pública que ofrece el Gobierno de la Ciudad de México, por conducto de la Procuraduría General de Justicia.
Saludo respetuosamente a todas las personas que están aquí presentes, a quienes me acompañan en el presídium y, en particular, a las víctimas indirectas de los hechos que nos reúnen hoy aquí: Araceli Osorio Martínez, mamá de Lesvy; Lesvy Rivera Calderón, papá de Lesvy; y a la abuela y al abuelo maternos de Lesvy.
Hoy, hace exactamente un año, en las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos de esta Ciudad, fue presentada la primera Recomendación de ese año y de mi gestión: la Recomendación 1/2018, por la “falta de debida diligencia reforzada en la investigación del posible feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio, y negligencia en la atención a sus familiares”.
En su momento, la Comisión señaló que la aplicación negligente de las normas, por parte de las autoridades que debían investigar con diligencia, obligaron a Araceli Osorio y Lesvy Rivera, madre y padre de Lesvy, a andar un tortuoso sendero para exigir justicia por el asesinato de su hija.
La investigación realizada por la Cuarta Visitaduría General determinó que habían tenido que ser ellos los padres de la víctima y no las autoridades obligadas a investigar, quienes presentaran las pruebas para esclarecer los hechos ocurridos el 3 de mayo de 2017. Fueron las víctimas indirectas quienes suplieron el deficiente actuar de la autoridad durante más de un año.
En el camino, padecieron la criminalización de su hija, así como los señalamientos ofensivos y públicos que tuvieron más peso inicial que su propio asesinato para guiar una débil investigación.
Sumado a ello, la familia de Lesvy tuvo que luchar para que tal acto fuera investigado y calificado como feminicidio, labor que debió haber estado a cargo de la Procuraduría, en atención al protocolo especial y las obligaciones en la materia.
Todavía ahora tienen que hacer acopio de todas sus fuerzas para persistir en su legítima batalla: verdad y justicia para su hija, y para ellos; pero también incidencia, para que otras familias no pasen por lo que ellos han tenido que vivir y otras mujeres no sean víctimas de feminicidios.
Por todo el sufrimiento y la laceración de derechos, el día de hoy se lleva a cabo, de cara a ustedes, Araceli, Lesvy, abuelo y abuela, este Acto Público de Reconocimiento de los hechos y de la responsabilidad por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en su contra.
Tal reconocimiento, acompañado de la consecuente disculpa pública, es una medida de satisfacción orientada a restituir la dignidad trasgredida por la violación a los derechos. Sin embargo, no es la única, pues a las medidas de satisfacción se les suman las medidas de restitución e indemnización para conformar, en conjunto, la Reparación Integral del daño por violaciones a derechos humanos.
La visión de la Reparación Integral del daño incorpora, necesariamente, la Disculpa Pública a las víctimas. No podría ser de otra manera, pues es lo justo, lo merecido y lo esperado de una autoridad.
Al respecto, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, a través de su órgano jurisdiccional, la Corte Interamericana de Derechos humanos (CoIDH) ha establecido jurisprudencia modelo que ha sido útil para otros Sistemas Regionales de Protección, así como para el propio Sistema Universal de Derechos Humanos. Tales criterios han sido el estándar a seguir tanto para establecer las medidas de satisfacción en este caso, como para llevarlas a cabo el día de hoy.
Lamentablemente, el perjuicio principal causado a la familia de Lesvy no puede subsanarse, por lo que la Disculpa Pública y de alto nivel, como la que tendrá lugar el día de hoy, sólo tendrá sentido si cumple con su finalidad transformadora y correctiva.
Al igual que las otras medidas de reparación recomendadas en el presente caso y junto a ellas, la finalidad de este Acto debe de ser la justicia. Justicia para Lesvy, y garantía de justicia para los casos similares.
Por esa razón, el Reconocimiento que se haga el día de hoy está orientado a restablecer la dignidad y la reputación de las víctimas y de las personas estrechamente vinculadas a ellas.
Al ser público, el Acto de Reconocimiento de responsabilidad y Disculpas permite a la sociedad en general presenciar la calidad y compromiso de sus autoridades, frente al desequilibrio que se generó al incumplir las obligaciones asignadas por la confianza de la ciudadanía, y que llevaron a violentar los derechos de las personas; y que nos permite, además, seguir caminando hacia la verdad.
En ese sentido, es congruente que los actos de reparación conduzcan a las instituciones a asumir de manera crítica su responsabilidad y modificar las condiciones estructurales que generaron tales violaciones. Un acto de esta naturaleza debe, por tanto, conducir a una amplia difusión de la petición de perdón, de forma que se conozca la verdad y se amplíe y exponga el alcance del compromiso de las autoridades.
Ese compromiso institucional es de la mayor relevancia en la actualidad, ya que de los 23 puntos recomendatorios que ha emitido la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México de 2005 a 2018, y que involucran Disculpas Públicas, las autoridades solo han llevado a cabo 10 acciones de Disculpa, consistentes, en su mayoría, en dirigir simples comunicaciones a las víctimas. Sin embargo, las Disculpas deben ser proporcionales a la magnitud del evento victimizante y al sufrimiento de las víctimas, por lo que esas 10 acciones no han sido satisfactorias.
Al día de hoy, aún están pendientes 23 Disculpas por parte de autoridades públicas por violaciones acreditadas de derechos humanos y se espera que esos actos pendientes de Reparación del daño, esas medidas de satisfacción, no sean tomadas a menos; es la oportunidad para que las instituciones miren a las personas como lo que son: seres humanos cuya dignidad no puede y no debe ser trasgredida.
El día de hoy, el Gobierno de la Ciudad de México asume esta responsabilidad ante las víctimas, lo que significa un primer paso para el ejercicio congruente de su mandato de compromiso con las personas.
El Acto de Reconocimiento de los hechos y de la responsabilidad consecuente, así como la Disculpa Pública que nos convoca será el primero que las autoridades de la Ciudad de México llevan a cabo como medida de satisfacción, conforme a los estándares internacionales de reparación integral del daño de las violaciones a los derechos humanos, nunca antes llevado a cabo un acto de esta naturaleza por parte de autoridades de la Ciudad de México, con la presencia de la titular de la Procuraduría General de Justicia.
Asimismo, se realiza en un lugar simbólico para las víctimas. En atención a ello, nos reunimos en este Auditorio “José Luis Sánchez Bribiesca” de la UNAM, sitio emblemático para el caso del feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio.
Ante lo expuesto, este acto tiene la intención de brindar satisfacción y reparar el daño a la familia de Lesvy Berlín Rivera Osorio; a Araceli Osorio, a Lesvy Rivera, a sus abuelos. Pero también a la sociedad en su conjunto, que espera que el reconocimiento de la responsabilidad por parte del Estado, sea una muestra del compromiso para establecer medidas o realizar cambios, para que hechos como las negligencias en la investigación del feminicidio de Lesvy y la violencia institucional hacia su familia no vuelvan a repetirse.
De ahí la necesidad de apresurar todo aquello que permita actualizar y reforzar el Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial del Delito de Feminicidio y Atención a la Violencia Sexual de esta Procuraduría, señalado también en esta Recomendación.
Hace casi dos años, mañana, la comunidad universitaria, y la sociedad en su conjunto, se cimbraba con la noticia de lo sucedido a Lesvy, no muy lejos de este Auditorio.
Hoy, lamentablemente, estamos nuevamente ante una comunidad universitaria y una sociedad conmovida e indignada por hechos relacionados con la violencia hacia las mujeres.
En particular, la violencia de género, en su forma más extrema, cobra la vida de muchas mujeres, y lamentamos que la Disculpa sea en este contexto.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México mantendrá el acompañamiento a Araceli Osorio, a toda su familia, con la finalidad de que se alcance justicia para Lesvy. A su vez, agradece su activa participación, en especial a Aracely, para la concreción de este importante momento.
Aracely, tu fuerza y tenacidad te han llevado hasta aquí y ahora, como corresponde a las autoridades a reconocer los hechos, trazar la ruta de transformación y prevenir hechos semejantes.
Nos encontramos en un Acto Solemne, formal y público que contribuye a la justicia en el caso de tu hija. Es un acto simbólico importante y señal de reconocimiento de la responsabilidad del Estado y esperamos que abone a tu trabajo en la construcción de un futuro con esperanza para muchas niñas, adolescentes y jóvenes mujeres de nuestra Ciudad.
Muchísimas gracias, y muy buenos días.