Discurso 31/2019
3 de mayo de 2019
Buenos días a todos, a todas y a todes en esta Comisión. Se pensó en este día precisamente porque hoy es el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Pensábamos en su momento que era un buen escenario para poder volver a tener otra reunión, cuya finalidad es la misma que la primera reunión que tuvimos en marzo y que tiene que ver con cómo vamos construyendo una ley, una normatividad apropiada para el ejercicio periodístico y el derecho a la libertad de prensa, la libertad de expresión en esta Ciudad.
Sin embargo, como ya lo comentaba Gerardo Albarrán del Alba y ya lo comentaba Dayana Montes de Oca, y muchos de ustedes ya lo saben, estamos aquí hoy ya no exclusivamente en un contexto lamentablemente del Día Mundial de la Libertad de Prensa, sino en un contexto que nos vuelve…, no nada más a ustedes, la mayoría de ustedes periodistas y comunicadores, sino a los defensores de derechos humanos y a la sociedad en su conjunto, a consternar.
Estamos aquí ahora diciendo que, cuentas van, cuentas vienen, al menos lo que tenemos referido en este año dos periodistas han sido asesinados cada mes. Ese es el dato.
Estamos aquí para recordar a Telésforo y además para dimensionar que de repente para quien no se dedica al periodismo y no es comunicador, se piensa que las agresiones van dirigidas hacia el poder, hacia los grandes medios, y no es cierto. Aquí estamos hablando de una radio comunitaria, con lo que implica, y ustedes lo saben, la lucha para tener y conservar las radios comunitarias en este país. En el espectro de la lucha de los intereses económicos por el espectro.
A ver, ¿cuántos de nosotros sabemos dónde está San Agustín Loxicha, en Oaxaca? Es la zona mixteca por ahí. Seguramente alguna vez pasamos en el carro. Ahí es un pueblo pequeño, ni siquiera está al alcance. No estamos hablando de Culiacán.
Entonces la verdad es que le da sentido y mucho más sentido en otro orden a por qué estamos aquí ahorita.
Yo creo que tenemos que seguir apuntalando y ahora sí que es nuestra responsabilidad el apostar, el generar consensos, el tener lo mejor que podamos tener en este país y en esta Ciudad para que esto sea lo que esté en otros lugares de este país y que cubra a otros compañeros y compañeras en todos los lugares de este país.
Un poco retomar que con todo y todo, tenemos que reconocer que en esta Ciudad, en contexto, en verdad somos unos privilegiados. En contexto. No quiere decir que no sigamos, no quiere decir que no pongamos la vara más alta, no quiere decir que nos falte un montón. Pero en ese contexto de privilegios está el que podamos estar aquí discutiendo, el que podamos tener espacios de interlocución y el que podamos hacer; y aquí esto es un esfuerzo no nada más de la Comisión, más bien, ni siquiera nada más, es un esfuerzo de las organizaciones que están aquí, del Consejo Consultivo, o sea, de ustedes, de los de a pie, de los que trabajan, de los que están en esta agenda día con día y que estos espacios se tienen difícilmente, ya ni digan en el mundo, en este país.
Entonces es importante y para nosotros nos da muchísimo gusto poder ser que en este contexto, y en la lógica de los derechos humanos, porque esa es la lógica de análisis, esa es, digamos, en lo que no deben conceder y ceder, en esa lógica trabajemos en esta agenda y empujemos juntos esta agenda.
Entonces a mí me da mucho gusto que podamos tener esta segunda edición y que de esta me supongo habrá otras y que al rato lleguen el Diputado, también iba a venir gente de Gobierno, y si no llegan nosotros les vamos a hacer llegar las voces y lo que estamos planteando.
Y que básicamente que en el hueco que tengan, y sí se los digo, cada vez que pasa y que pasa como vemos muy seguido, nosotros en la Comisión emitimos algún comunicado, otra vez un boletín, otras veces simplemente un Twitter, y en verdad ya no hallamos palabras, ni demandas de investigación, ni de justicia y de todo lo demás que sean diferentes unas de otras. Tal parece que todo es…, es decir, se va en el olvido. Nos volvemos a acordar que había un séptimo cuando llegó el octavo, y creo que no basta.
Entonces el también que podamos desde la lógica de incidencia de su trabajo, de lo que hacemos juntos, colocar y empezar a preguntarles qué tenemos más que hacer. O sea, la demanda de los Mecanismos federales y locales está. Entonces qué tenemos que hacer en esa parte para poder avanzar.
Les comento que acabo de estar ahorita con unos reporteros y les decía y ya me comprometí con los compañeros, y aquí pasemos la voz, que en el mes de junio realizaremos, y aquí le voy a pedir a Tobyanne Ledesma Rivera que nos apoye igual para realizar una conferencia de dos horas, un taller de dos horas. Tempranito, porque los que trabajan empiezan a trabajar muy temprano. Entonces a las siete de la mañana para que puedan venir gente de la fuente, de a pie, de los que están trabajando.
Un tallercito de medidas de botón de emergencia, de cómo pueden articularse, de cómo ver signos de cosas que les preocupen y que las reporten y cómo pueden hacer, digamos, este ABC de cómo protegerse, de cómo avisar. Y en esto es como la Alerta Ámber.
Hace un año todavía la Alerta Ámber se activaba después de 72 horas, sobre todo en adolescentes. ¿Por qué? Porque llegaban al Ministerio Público y les decían: “No, pues es que seguro se fue con el novio”; “No, es que como sí se enojó con la mamá e hizo berrinche y seguro está con unos amigos”. Y dejaban pasar, lo que por lógica, por eso se inventó esta Alerta, lo esencial de las primeras 24 y 48 horas cuando alguien está desaparecido.
Y sí, generalmente cuando tratamos con adolescentes en la Ciudad por lo menos en estadística, y esto es casi en todo el mundo, más o menos siete de cada 10 tienen que ver con eso. Pueden ser nueve de cada 10 si quieren. O sea, buena parte tiene que ver con eso: “Se fue, no avisó, se le acabó la batería, sí se enojó con el papá y le dio el portazo, etcétera”. Pero eso no importa, tú abres la Alerta y después: “¡Ah, que se fue!; pues qué bueno que no fue”. Pero no dejas de abrirla por la otra parte.
Y yo creo, y es lo mismo cuando pasa con cuestiones que tienen que ver con periodistas. Nosotros decimos: “Se tiene que investigar con exactamente la visión de que lo primero es que son periodistas”. Ah, que después en el camino…, igual como son periodistas y no son marcianos; es decir, hay cuestiones personales que provoquen violencia, lo primero que hay que descartar es que son periodistas. O sea, todo lo que tiene que ver con que son periodistas y con que su trabajo les implica riesgo. Ya después vemos si fue personal o no.
Es lo mismo que en feminicidios. Se abre la investigación con el más alto estándar en feminicidio y después se modifica.
Acá también tenemos que empezar a tener herramientas en donde tengamos signos de riesgo y veamos que eso puede, no hay probabilidad, de que estén poniendo en riesgo su integridad física, por ejemplo, y que podamos tener y que podamos desarrollar, y que se articulen mecanismos ahora sí que de botón de alerta.
Y creo que podemos y vamos a abonar un poco más que la tristeza, la indignación y el azoro y la impotencia de que no sabemos hasta cuándo va a parar.
Entonces los invitaría, aparte de este evento, en el mes de junio a que vinieran, a que aportáramos algo igual en esa lógica. Mientras, que les vaya bien hoy y sigamos en esta ruta. Muchísimas gracias por la confianza.