Discurso 40/2019
30 de mayo de 2019
Buenos días, todas, todos y todes. Estaba yo haciendo una búsqueda para darles el dato preciso para recomendarles un libro que se llama Yo voy, tú vas, él va, de un escritor alemán que se llama Erpenbeck Jenny. Este libro cuenta la historia de una persona que se jubila, de un maestro, que en el tiempo libre que tiene a partir de la jubilación se va a vivir a los campos de refugiados en Alemania, con las personas; cuenta las historias cotidianas, anécdotas de lo que significa esto. Precisamente recupera lo fundamental de lo que implica la movilidad humana y mucho más la movilidad humana forzada.
Esto es del lado de la literatura, y lo que venimos a presentar aquí es el lado de la operatividad, de la instrumentación de esta mirada; pero las miradas deben seguir siendo las mismas, tienen que ser miradas empáticas. Por más técnico y bueno que seas, sino logramos desarrollar estas miradas empáticas, es muy difícil que cualquier instrumento por bueno que sea llegue a la vida de las personas. De entrada, el primer mensaje es eso.
Muchísimas gracias a quienes están aquí conmigo, muchas gracias a quienes están aquí por primera vez teniendo contacto con este Protocolo. Permítanme darle la bienvenida a muchas personas que están aquí –no todas- con las cuales se construyó este Protocolo, en reuniones a las 08:00 de la mañana y las 18:00 horas, y que también están aquí presentes. Sin ellas, eso es lo importante de visualizar este instrumento que les presentamos hoy. Es el esfuerzo de un trabajo colectivo. Es el esfuerzo del trabajo no sólo de una institución, sino de muchas instituciones y muchas personas. Muchas Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) que también están aquí –algunas-, que también fortalecieron esa mirada desde lo local. Básicamente pone en el equilibrio, en la balanza la Seguridad Nacional y la Seguridad Humana. Aquí lo que se hace es local y lo que representa el Protocolo es la ganancia de la mirada de la Seguridad Humana. Ese es un principio muy importante.
Lo otro tiene que ver con que se construyó, no a partir de las revisiones bibliográficas que son muy buenas muchas veces, los estudios académicos también lo son, pero este Protocolo tiene la característica de que se construyó a partir de la experiencia. La primera versión surge del Puente Humanitario del 2018, ahí en la apurada… un equipo liderado por Nancy Pérez -a quien me permito reconocer-, pasamos la Navidad y el Año Nuevo sistematizando todo lo que pasó en el mes de noviembre y en el de diciembre, en donde esta Comisión –y quiero hacerlo público- trabajó 24 horas por 24 horas en esos campamentos iniciales que muchos de ustedes vieron por televisión. Nos dimos a la tarea de sistematizar y afinó miradas de las primeras operaciones de recepción de las siguientes caravanas en los meses de enero y febrero aquí en la Ciudad. Esa es la primera referencia que quiero compartir y que quiero que se quede con ustedes.
Este Protocolo que además como todo tendrá que irse mejorando, deriva de una experiencia de reconocer por dónde íbamos y por dónde regresar, además es un producto colectivo. No puedo dejar de mencionar a los organismos internacionales de Naciones Unidas en México, principalmente aquí a UNICEF, con quienes construimos en el momento mismo de la acción, todo esto a lo que hacía referencia Rocío, que era en especial nuestra mirada hacia niñas, niños y adolescentes, incluyendo algo que es muy poco visto a nivel mundial, el enfoque a niños pequeños; teníamos un enfoque no nada más de menores de edad, sino de visión de las necesidades de los niños migrantes, de los niños escolares que eran los menos y de los adolescentes. Eso robustece lo que está planteado. Creo que es una buena práctica que tendremos que hacer llegar para que se pueda aplicar. ¿Qué es lo que pasa? Les voy a poner un ejemplo muy claro. Esto sí, a través de estas grandes masivas caravanas que llegaban a esta Ciudad. La proyección de que estas grandes masivas caravanas no van a llegar de esa forma, las personas migrantes no van a llegar en esos grandes flujos, por ejemplo, a la Ciudad de México.
Pero este Protocolo no es dirigido nada más a estos grandes flujos, es dirigido a cualquier persona o grupos pequeños, o más grandecito de migrantes que lleguen a esta Ciudad. Esta atención local no sólo está referida a eso, contempla la primera etapa de lo que es el acogimiento y es la primera acogida, son albergues temporales y lo que eso implica. Se pueden adaptar otras cosas, no está dirigido a esa fórmula muy masificada de los caminos para llegar a esta Ciudad.
Les pongo un ejemplo; para mí, cuando me dicen “aprende a manejar con velocidades porque después si te ponen un automático, entonces pues en automático”, al revés no. Si aprendes en automático y después quieres manejar por velocidades te va a costar un poco más de trabajo. Este Protocolo deriva por velocidad. La complejidad de 9 mil personas al mismo tiempo, implica desarrollar habilidades que después cuando ya los flujos son menores, te cuesta menos trabajo. Esa es la lógica de cómo se construye aquí, desde la experiencia y lo colectivo, desde el nosotros, desde donde estemos.
Aprovecho la oportunidad de agradecer a quienes están aquí acompañándonos, también agradecer a quien nos dio su trabajo y sus vidas, estoy hablando de las personas migrantes que pasaron por esta Ciudad, para poder tener la experiencia de vida, no nada más profesional, para desarrollar esta mirada empática, esta mirada de altos niveles de compromiso por los derechos humanos. Muchísimas gracias.