Discurso 48/2019
10 de junio de 2019
Muy buenos días todas, todos y todes. Bienvenidos a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Saludo con mucho placer a las y los integrantes de la Mesa Social contra la Explotación de Niñas, Niños y Adolescentes en el marco del 12 de junio, Día Mundial contra el Trabajo Infantil.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil se instauró en el 2002 a iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y desde el 12 de junio de 2012 se viene celebrando, es Día para reconocer los aún retos mayúsculos que hay en esta agenda. En México no se celebró durante los primeros cinco primeros años. Fue exactamente en el 2017 cuando se hizo público y en México se hicieron actividades sobre ese Día. No fue el Gobierno, fue exactamente esta Mesa Social que en ese entonces era un movimiento, así se denominaba, integrado por académicas, académicos, por Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), dedicadas al trabajo de defensa de niñas, niños y adolescentes, pero también otra como Chilango al Arte… que se decidió hacer dos días de jornadas de trabajo alrededor del 12 de junio; que por cierto, tenía como tema del año la eliminación del trabajo infantil en la agricultura. Eso fue en el 2017, ese movimiento no ha dejado desde entonces -12 años-de trabajar y de sentarse para el 12 de junio poner en la mesa lo que es la agenda sobre la explotación laboral de niñas, niños y adolescentes en nuestro país.
Paradójicamente este año también está dedicado a la agricultura con el tema “Los niños no deberían de trabajar en el campo, sino en sus sueños”. Han pasado estos 12 años y la agenda como ya lo estaba planteando Norma, sigue ahí con el mismo nivel de explotación, quizás con cambios en el contexto. Hace 12 años la mirada estaba en los 8 de cada 10 niñas, niños y adolescentes agrícolas o acompañantes de sus familias jornaleras agrícolas que trabajaban básicamente en la zona que hacía referencia, San Quintín, Sinaloa y Sonora, en estas grandes industrias agroexportadoras. Eso ha cambiado y no ha cambiado. No ha cambiado, ya lo ha comentado Norma, porque las condiciones de los que todavía trabajan ahí son muy precarias. La respuesta del sector empresarial, no a la presión alrededor de la agenda de protección a los niños, sino a la presión de la agenda comercial o de comprar artículos que tuvieran mano de otra infantil y la regulación… la supervisión en su caso que hicieron las empresas compradoras –que no el Gobierno-, que hacía referencia a la poca capacidad de inspección en el trabajo que tenemos en los campos agrícolas, lograron que se disminuyera una serie de fórmulas, no de manera integral, que lo que provocaron fue que las familias dejaran de llevar a los niños en edad escolar, y que se dedicaran a llevar a los más pequeños o los que ya pudieran ingresar a las labores y los dejaran en el lugar de origen.
Eso ha provocado básicamente que tengamos a niños que no están asistiendo a la escuela trabajando en la limpia de jamaica en Guerrero, trabajando en los campos de la piña en Oaxaca, y tiene mucho sentido porque a lo largo de estos 12 años a esta Mesa se incorporaron las organizaciones que trabajan con afromexicanos y afrodescendientes por las condiciones de explotación que viven estos niños y estas niñas igual en sus zonas de origen.
Eso cambió porque eso no había hace 12 años. También cambiaron las rutas. Hace 12 años imposible poner a Guanajuato como parte central de recepción de jornaleros. ¿Qué es lo que provocó esta vertiente, estas modificaciones y esta precarización? Que tengamos muchísimas pequeñas empresas, más pequeñas que las que están en Sinaloa naturalmente, que lo que hacen es dividir y explotar más paradójicamente. Lo vemos en Michoacán, y lo vemos en Guanajuato que no estaba en el mapa y lo vemos en casi todos los estados en donde parte de esta fórmula, lo que hizo fue reventar.
Eso cambió, pero no cambió las condiciones. Tenemos que asumir como país y cómo sociedad que tenemos un grupo no nada más de niñas, niños y adolescentes, sino también de adultos que viven una explotación laboral agrícola que sólo puede explicarse en el Siglo XIX. Nosotros podemos ir a los campos y podemos ver estas tiendas que son como tiendas de raya en donde se les va descontando el cuarto, se les va descontando la luz, se les van descontando los alimentos y entonces, básicamente acaban como en esas haciendas que tanto vemos en la lejanía, como las haciendas porfirianas.
Entonces creo que hay mucho todavía de agenda en la parte que tiene que ver con la explotación laboral de niñas, niños y adolescentes en nuestro país, tenemos varios focos de atención. Esto no viene nada más de lo que está pasando en esta primera etapa del gobierno actual. Tenemos dos años en donde ha habido una parálisis, no decir retroceso, en las políticas que se habían venido avanzando con relación a adolescentes trabajadores en edad permitida y en relación al trabajo y explotación de niñas y niños.
Habíamos logrado que la ratificación del Convenio 138 de la edad mínima, durante muchos años se logró a través de la Mesa y de los esfuerzos también de muchas organizaciones y de mucho trabajo que avanzó sobre este marco normativo. Se pudo modificar la Ley Federal de Trabajo para incorporar estas edades mínimas que lo único que hacían era ser concordantes de la educación básica con la edad permitida para trabajar. Es decir, no podíamos tener una edad mínima de 14 años, cuando en la secundaria la edad normativa acababa en los 15. Y entonces estábamos hablando de que teníamos una educación obligatoria universal, contradecía el hecho exactamente por un año. Se logra esto, se logra modificar, se logra que de entrada hubiera en el Plan Nacional de Desarrollo del año pasado una línea entera que tenía que ver con esta política, con el desarrollo de una política relacionada con el trabajo infantil, la explotación laboral y la protección de adolescentes en la edad permitida que avanzó a la mitad.
Avanzó a la mitad porque logró las Instancias de Coordinación Interinstitucional, que son las CITIs, que no se han reunido en general… a nivel federal no se han reunido casi y están ahí detenidas; que lograban por lo menos que los actores tanto a nivel federal y de los estados se sentaran a platicar sobre el hecho. Eso es visibilizar, además está así estas CITIs que también tenían a las contrapartes, tenían a los empleadores, tenían a las áreas de seguridad social, básicamente lo que implicaban era una mirada interinstitucional sobre esta problemática que impactaba a todo el país.
Eso se detuvo también… el que durante muchos años tuvimos apoyo del programa IPEC de la OIT que es un programa especial que durante sus primeros años se trabajó en México contra la explotación sexual y después se tuvo la vertiente de la explotación en la parte agrícola, y que ahora está perdida, no sabemos dónde. México perdió también eso. Porque ya como les digo no es de seis meses para acá. Venimos de un proceso que se va acumulando de hace dos años para acá. De donde todas las políticas que había se fueron cayendo poco a poco. Lo que no cae poco a poco es la explotación, con todo lo que esa palabra implica, de millones de niñas, niños y adolescentes en nuestro país. Primero decir, además que en el 2015, y esto es importante para quien no quiere colocarlo en el centro de la agenda. La Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es, exactamente, adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de seres humanos, y asegurar la provisión y en la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados; para 2025 poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
Estamos en el 2019, tenemos seis años. Estos Objetivos, aunque no vinculantes tiene dos tipos de mensajes: primero la obligación del Estado mexicano a desarrollar acciones tendientes al cumplimiento de este objetivo, pero también en términos generales, lo que nos están poniendo en el escenario y en la visibilidad, es que no hay desarrollo. No puede haber desarrollo si no hay el cumplimiento de esta agenda. ¿Qué quiere decir? Que tendríamos que poner en el centro esta agenda, porque si no, estamos dejando atrás al país. Eso es básicamente el mensaje que tiene, el por qué están en estos Objetivos de Desarrollo.
La Comisión acompaña la preocupación que tiene la Mesa Social. Preocupa el que tengamos… ya déjense si no avancemos, que tengamos retrocesos en esta agenda. Primera cuestión importante.
Durante ya más de 10 años hemos tenido de manera constante información a través del módulo de trabajo infantil de las encuestas ahora ya nacionales de ocupación y empleo, antes eran de empleo nada más, pero este módulo ha permitido tener datos duros desde el 2000, porque déjenme que les cuente que cuando estábamos haciendo la Infancia Cuenta en México, en su primera edición en el 2004, que teníamos la información del 2000, nos encontramos que ahí estaba la información, pero estaba guardada en el INEGI y a raíz de eso sacaron el primer informe del módulo que traía información desde 1995, porque era información que ya se sacaba, pero no se procesaba.
Entonces lo que pasó después es que nosotros tenemos, y habíamos tenido hasta el 2017, cada dos años información que tenía que ver sobre algunos indicadores, que además se iban afinando. Norma les compartía algo súper importante: en el módulo infantil 2017 pudimos por fin decir que no nada más la mayoría de las niñas en este país trabajaban en quehaceres domésticos, sino que el gran porcentaje de ellas, porque en esto está feminizado, trabajan más allá de lo que ya puede implicar la ayuda en la casa. No es lo mismo lavar los trastes y haz tu cama, a; cuida los niños, no vayas a la escuela, haz la comida y atiende a tus hermanos. Simplemente las horas y los niveles de responsabilidad, lo que colocan a estos quehaceres domésticos no de ayuda y de formación en familia, sino de explotación a niñas, de muchas niñas en nuestro país.
Y eso estamos en un riesgo de perderlo porque está anunciado que no va a haber recursos para poder volver a sacar y aplicar el Módulo de trabajo infantil de las encuestas de empleo, la que seguiría que sería básicamente de este año. Entonces ese es un primer llamado de atención.
El segundo llamado de atención tiene que ver con recuperar y reconsiderar que tiene que estar considerado en el programa de desarrollo de este país. Aquí quiero hacer un paréntesis, en nuestra Ciudad sí lo tenemos considerado. Está considerado en unos de los ejes de Ciudad Sustentable en nuestra Ciudad, que contribuye a erradicar el trabajo infantil, de esclavitud forzada en la Ciudad, acciones tendientes a esas y por lo tanto en la Ciudad estamos trabajando en una línea correcta, pero la Ciudad no es un oasis. Nosotros tendremos que apoyar y tendríamos que estar trabajando, y todo el país tendría que estar trabajando en esta línea, que es una línea, como ya lo dijimos, y lo plantean los objetivos de desarrollo, una línea que impacta sobre el caminar de nuestro país.
La otra parte tiene que ver con el volver a activar estos centros, estas coordinaciones intersectoriales, interinstitucionales. ¿Por qué? Porque estas permiten, como les digo, visibilizar la agenda, pero también permite ir avanzando en cómo vamos trabajándola.
El trabajo infantil y la explotación laboral infantil requieren de mucha formación en términos culturales. Somos una sociedad que es permisible al trabajo infantil. En este Ciudad no pensamos que quien separa nuestra basura en el Bordo de Xochiaca generalmente son niñas, niños y adolescentes. En esta Ciudad invisibilizamos que cuando salimos de una fiesta en la noche y cruzamos Insurgentes y se nos acercan a vendernos flores, quien nos está vendiendo flores es un niño de siete años. Y todo eso lo dejamos invisible, lo justificamos porque como pensamos que no son nuestros. Lo vemos desde los privilegios y lo vemos desde la justificación en términos de pobreza. Como yo siempre he dicho: las lógicas del castigo en las familias es que si los niños no estudian los manden a vender chicles. Entonces, ¿por qué para los niños es castigo y para los otros está bien porque son pobres?
Naturalmente, y ese es el otro punto, sabemos que la multifactorialidad, la complejidad de este fenómeno requiere acciones con los adultos, requiere que los adultos tengan trabajos dignos, requiere que los adultos tengan trabajos bien pagados, requiere una visión hacia el mundo laboral de los adultos, pero eso también, y sabemos que en el trayecto requiere de una visión muy especializada en niños. No basta con lo otro, porque exactamente el carácter cultural y multifactorial no implica forzosamente que haya una disminución del trabajo infantil si es que hay una mejora condiciones de vida de las familias y los adultos. Tiene que ir con una mirada especial. Como todo en los niños, tenemos que focalizar en los niños, no nada más en las familias y en los adultos.
Creo que lo que nos compartió Norma, y permítanme recuperarlo, sobre la penuria educativa, se extiende a una penuria social. Penuria quiere decir la falta o la privación de alguna cosa necesaria. Esto, la agenda de trabajo infantil, aboca a eso: a una penuria social de la cual todos y todas tendríamos que estar indignados.
Quiero agradecer a la Mesa Social que haya escogido a la Comisión para su Pronunciamiento, para compartir con nosotros otra vez más la necesidad de poner esta agenda en el centro de nuestro país. Decirles que la Comisión trabajará en esta como en muchas otras causas que tienen que ver con los derechos de niñas, niños y adolescentes de manera contundente, de manera consistente y de amanera continuada, y les agradezco mucho que nos hayan elegido para poder lanzar este Pronunciamiento y que cuenten con la Comisión para acompañar este tipo de agendas. Muchas gracias.