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Discurso de la Presidenta de la CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, en la ceremonia de entrega del Reconocimiento “Hermila Galindo” 2019.

Discurso 56/2019
25 de junio de 2019

Generalmente se procura en la mujer el desarrollo de lo que se llama vida del corazón y del alma, mientras se descuida y omite el desarrollo de su razón. Resulta de esto que padece una hipertrofia de vida intelectual y espiritual y es más accesible a todas las creencias religiosas; su cabeza ofrece un terreno fecundo a todas las charlatanerías religiosas y de otro género y es material dispuesta para todas las reacciones.

El vulgo de los hombres quéjase de ello, porque personalmente lo sufre, pero nadie actúa, pues están petrificados en el prejuicio y les asusta un cambio radical en las leyes y una completa modificación en las costumbres: Hermila Galindo, Primer Congreso Feminista, enero de 1916. Hace 103 años y tal parece que les sigue asustando.

Buenas tardes a todas, todos y todes, bienvenidos a la Comisión. Estoy igual muy emocionada y qué bueno que estemos contentos aquí, porque finalmente entre todo, y parte fundamental de lo que nos toca ver, trabajar y transformar, es exactamente que disfrutemos los logros, que disfrutemos los momentos, en donde tenemos que reírnos, en donde tenemos que abrazarlos, en donde tenemos que celebrar.

Hoy, como hace ya desde el 2006, la Comisión otorga el Reconocimiento “Hermila Galindo” a las organizaciones que con su trabajo promueven, sostienen e innovan estrategias para el respeto de los derechos humanos de las mujeres. Otorgar el premio es una forma de reconocer y visibilizar el trabajo continuo que hacen las mujeres por y para y con las mujeres.

Quisiera darle la bienvenida a todas, como les digo, a todos reconocer su presencia aquí, en especial a Eréndira Cruzvillegas, Cuarta Visitadora de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que de hecho lleva la agenda de derechos de las mujeres, a Gaby de la Fundación Dina, AC, entre otras, también a las organizaciones que están, pero venir de Nuevo Laredo merece aplauso; y Angélica Aragón, que para quien no la conoce sí es actriz, pero una actriz con causa, y a mucha gente quizá que no sabe qué hace y de lo que ha hecho le puede sorprender que esté aquí, pero no, tiene muchísimos años trabajando en esta agenda y haciendo trabajo con Organizaciones de la Sociedad Civil.

Este año tenemos el gusto de reconocer el trabajo de dos organizaciones: Mujeres en Frecuencia, A.C., en la categoría de “organización, colectivo, institución académica” y con “mención honorífica” a Construyendo Esperanzas, A.C.

En el proceso de selección de los reconocimientos participaron, y se encuentran presentes el día de hoy, ya las oyeron: Genoveva Roldán Dávila (Consejera de la CDHDF) y Gloria Careaga Pérez (Coordinadora General de Fundación Arcoíris por el respeto a la diversidad sexual A.C); y también, ya se mencionó, participó Aidé García Hernández, de Católicas por el Derecho a Decidir, quien no pudo estar con nosotras.

El jurado seleccionó el trabajo de dos organizaciones que impacta en la reducción de la brecha de desigualdad y eliminación de la violencia contra las mujeres, pues ambas circunstancias son una realidad que debe atacarse de diversas formas.

Mujeres en Frecuencia A.C. lo hace, ya lo mencionó Lourdes, desde hace 20 años a través de los medios informativos para irrumpir en el cerco mediático perfilado por una cultura que invisibiliza, perpetúa y profundiza, en la mayoría de las ocasiones, a las mujeres, sus problemáticas, entre ellas, la desigualdad y violencia de género que lamentablemente vivimos.

Su trabajo es arduo pues no es fácil ser un contrapeso al discurso hegemónico y proponer un ángulo informativo que no estamos acostumbrados a escuchar en el mainstream.

Mujeres en Frecuencia, A.C. ha conducido los programas Visor Femenino, Asunto de Mujeres y Hombres, El poder de las mujeres, Democracia se escribe en femenino. Ha impulsado campañas contra el sexismo en medios, talleres para incluir la igualdad de género en los contenidos mediáticos, tanto con medios como con oficinas públicas de comunicación social, entre otros proyectos concretados desde su creación.

En un contexto en el que se tergiversa la educación laica con los embates contra lo que denominan “ideología de género”, en lo que se amenaza esa laicidad a través del otorgamiento de concesiones de radio y televisión para uso social con cobertura nacional y local a asociaciones abiertamente religiosas, y me estoy refiriendo en este caso a Visión de Dios, A.C., quien acaba en el mes de mayo de recibir dos concesiones de frecuencias en el estado de Yucatán, en contra no nada más de estos principios de selección, sino exactamente hacer de la radio pública, porque eso es la radio social, una radio, ya déjense de apertura de género, laica. Y en ese embate que pensábamos que teníamos solventado, hoy se nos hace mucho más relevante el que estemos ahorita aquí exactamente dando este premio a Mujeres en Frecuencia.

En su informe temático de mayo de 2018 “Acceso a la información, violencia contra las mujeres y la administración de justicia en las Américas”, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) insiste en la necesidad de analizar las estrategias que puedan implementarse para favorecer el acceso a la información de las mujeres y la sociedad en general sobre el fenómeno discriminatorio y de violencia hacia ellas.

En ese sentido, una forma de promover el acceso a la información es fomentar el trabajo que organizaciones como Mujeres en Frecuencia lleva a cabo para sensibilizar y dar a conocer la problemática.

Las audiencias tenemos derecho a contar con una gama de alternativas que nos permitan tomar decisiones informadas, allegarnos de información sobre la vida pública, la cultura, la educación, entre otras, sin sesgos que pudieran comprometer el ejercicio de derechos en una sociedad democrática. La perspectiva de género en esa información es un bien escaso, pero necesario para favorecer una perspectiva de derechos humanos y, por lo tanto, democrática.

Por lo anterior, la radio de uso social, cuya motivación es la educación, el fomento de la cultura, entre otros, son vínculo fundamental para la construcción de una cultura, educación y formación en derechos humanos.

Claro que sí, Lourdes, claro que sí esta Comisión acompaña y acompañará no nada más a Mujeres en Frecuencia, sino a los colectivos que lo requieran en esto que también consideramos y compartimos. Esta institución, como muchas otras que dan gobernanza y permiten la construcción democrática en este país, se ha hecho con base al trabajo de las Organizaciones de la Sociedad Civil presentes y ausentes; y por lo tanto más en una agenda que costó a principios de este Siglo el fomento a las organizaciones y al desarrollo de la sociedad civil es fundamental para seguir avanzando, no nada más en nuestro reconocimiento, en nuestro trabajo y en reconocerlo y en visibilizarlo, y cuenten, cuenten Lourdes, con la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad.

Por su parte, Construyendo Esperanzas, A.C., galardonada el día de hoy con la mención honorífica, es una organización con nueve años de trayectoria que inició como un proyecto de jóvenes. Se orienta a reducir la brecha de desigualdad, principalmente de mujeres rurales e indígenas, a través de otra estrategia: la implementación de proyectos productivos en materia de seguridad alimentaria, acceso al agua, así como proyectos para la reducción del embarazo adolescente y planeación de vida, y empoderamiento económico de mujeres en el Estado de Hidalgo.

Su trabajo está alineado a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas que plantean. Es necesario ver y visibilizar la feminización de la pobreza, porque si no vemos a la pobreza desde esa perspectiva no estamos viendo la pobreza y tampoco estamos viendo la desigualdad.

En este sentido, recomiendo que escuchen el discurso de Manuela Carmena, hoy ex alcaldesa de Madrid, en él hace referencia a algo que está inscrito en lo que hace y que nos compartió: la democracia no puede caminar sino cuida a sus cuidadoras, sino las reconoce. Las grandes cuidadoras, no nada más de los niños, no exclusivamente de los niños, las grandes cuidadoras de la democracia somos las mujeres.

Al hacer entrega de estos reconocimientos, la Comisión de Derechos Humanos celebra la importancia del trabajo conjunto entre los organismos públicos de derechos humanos y la sociedad civil para la defensa y promoción de estos con enfoque de género. No podemos hablar de derechos humanos, sino hablamos que los derechos humanos tienen una perspectiva feminista.

Muchas felicidades a todas las organizaciones por participar en esta convocatoria. Muchas felicidades a aquellas que el día de hoy reciben este reconocimiento. Ojalá y pudiéramos darlo más seguido, cada semana a muchas más. Y les deseamos que su esfuerzo y trabajo continúe, así como el vínculo de colaboración y el compromiso que tenemos en común. Muchísimas gracias por estar aquí acompañándonos.

 

 

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