Discurso 46/2019
5 de junio de 2019
Buenas tardes.
Hace 10 años, exactamente por estas horas, exactamente alrededor de las 3 de la tarde, la colonia “Y” se llenaba de movilización por un fuego, por un incendio suscitado en la “Guardería A-B-C”, ubicada ahí.
Ciento setenta y seis niños y niñas en la primera infancia, menores de cinco años; la mayoría de ellos, tomando la siesta, después de sus alimentos, se encontraban en ese lugar.
A partir de entonces, tenemos, no nada más a 49 víctimas, niñas y niños; tenemos, a no nada más una veintena de niñas y niños que quedaron heridos, con secuelas de discapacidad en diferentes niveles, y que ahora son niños que sufren el impacto de eso.
Lo primero que quiero reconocer aquí, es que aquí están presentes algunos de los papás y algunas de las mamás que durante 10 años no han cejado, no han tenido tregua para alcanzar la justicia, para tragarse, para no poder cerrar un duelo, hasta que haya justicia. El camino ha sido largo.
Exactamente, como Cámara de origen, en 2011, se logra lo primero que tiene qué ver con incidencia en política pública, y es la emisión de la Ley General de Prestación de Servicios para Atención, Cuidado y Desarrollo Infantil, conocida como Ley 5 de Junio.
Los papás y las mamás que ustedes ven aquí, estuvieron en este Senado, trabajando con las Comisiones, trabajando para que esta Ley saliera, básicamente porque también la ruta de la justicia es la ruta de la no-repetición. Y ellos lo que querían es que, lo que les pasó, no se repitiera.
¿A qué estamos después de este ritmo? Pues estamos a una Ley General que tiene todavía pendientes en leyes que se tienen qué emitir en cada uno de los estados, 29 lo tienen; todavía tenemos tres entidades que no lo tienen: Chiapas, Oaxaca y la Ciudad de México.
En la Ciudad de México tenemos una Ley de Primera Infancia; tenemos una Ley que regula los servicios, pero está pendiente cómo armonizamos con esta Ley 5 de Junio. Y mientras hacemos esto, el registro que tenemos es de alrededor de un centenar de niños y niñas que, en Centros de Desarrollo Infantil, de Gobierno y privados, en estos 10 años, han perdido la vida.
La han perdido aquí en la Ciudad, la han perdido en Querétaro, en el Estado de México. En casi una tercera parte del país hay registros por negligencia, sucesos que todavía se repiten y nos llaman la atención para que sigamos redoblando esfuerzos, para que no se repita.
Requerimos regulación, requerimos servicios de atención infantil que cumplan, no nada más en el sentido de la Protección Civil, claro que sí; pero necesitamos abarcar más: nuestras leyes abarcan los servicios públicos. Tenemos que regular los servicios privados, ¿por qué? Porque los Derechos de Niñas, Niños en Primera Infancia, son Derechos, desde que nacen. Y finalmente, tenemos que tener esas regulaciones, y nos falta aún mucho.
Solamente la semana pasada se registró, otra vez en Sonora, que 10 niños salieran intoxicados de un Jardín de Niños, porque junto había un taller, y no se tenía la regulación precisa para hacerlo.
Creo que este es básicamente un día para acompañar, para decir que tenemos pendientes en la justicia. La ruta de los padres y las madres son largas, todavía hoy. Estamos en la Suprema Corte, estamos viendo cómo lo hacemos internacional, estamos… Todavía no hay justicia.
Quiero retomar que, exactamente un año después, casi de los hechos, hubo dos juicios ciudadanos: uno en Hermosillo, y otro aquí en el Zócalo. Parte de mi historia, y por eso para mí esto es, como Presidenta de la Comisión, es porque he tenido la dicha de aprender, la dicha de caminar con estos padres y estas madres.
En ese entonces, fui parte del Jurado Ciudadano, aquí en la Ciudad de México, junto con otras personas. Y lo que ahí dijimos, lo volvemos a reiterar aquí: tiene que haber justicia, en los más altos niveles, ante la omisión que representó la tragedia del ABC; hasta entonces, no pararemos, y hasta entonces, acompañaremos exactamente a estos padres y a estas madres y a estas familias, porque ABC no se olvida.
Reconozco muchísimo que el Senado esté haciendo este acto, que tengamos esto, que permite que no invisibilicemos, que no nos olvidemos, que trabajemos en la lucha, y que trabajemos siempre acompañando siempre a estas madres y a estos padres.
Muchísimas gracias.