Discurso 113/2019
11 de diciembre de 2019
Buenos días a todas, todos y todes. Nosotros teníamos, y la Comisión desde que se fundó, ha tenido y ha desarrollado una línea editorial con muchísimo material y lo que intenta es que se lea alrededor de los derechos humanos para promoverlos, para que la gente los conozca y ha habido muchísimas apuestas.
Tenemos hoy una que todavía es vigente, que es la Revista Métodhos, que es una revista indexada y que está dirigida a una audiencia en específico y son los que generan conocimiento, o están estudiando, o investigan alrededor muy en la parte teórica de lo que son los derechos, ahí permanece y está ahí.
Y durante muchísimos años, desde el 2003, se publicaba una revista que se llamaba DFensor. El DFensor tuvo muchísimos muy buenos momentos, sin duda. Era un referente. En esos momentos no había revistas que hablaran de los derechos humanos. La intención inicial era llegar a un mayor público, temas diferenciados, abordajes, diferentes tipos de derechos; y, bueno, el acervo. Uno iba a oficinas de gobierno o no se paraba en una Organización de la Sociedad Civil si no había al menos un número del DFensor.
Sin embargo, las dinámicas cambian y tuvimos una evaluación. Desde que yo llegué empezamos a ver, evaluemos a ver qué está pasando y mucho platicábamos con las compañeras y los compañeros del Centro de Investigación en Derechos Humanos, básicamente era en ese entonces la decisión entre mujeres.
Y el problema es que naturalmente cuesta muchísimo trabajo, porque muchas de las personas que han visto y vieron crecer el DFensor están ahí trabajando y naturalmente son proyectos que consideras que son proyectos a los que le has apostado, y estás trabajando alrededor de ellos, y es muy difícil dejarlos.
Sin embargo, empezamos a ver encuestas, a ver preguntas, y empezamos a ver que de entrada el formato y lo que estaba pasando ahí estaba llegando a muy poca gente.
Aquí no tenemos, tú lo sabes muy bien Marco Antonio López, hay un estilo y hay un estilo que dice que quien es creador, quien hace literatura, quien hace ficción o escribe, no le importa si lo leen o no, simplemente. Pero a nosotros, la verdad, es que sí nos importa que nos lean porque hay una finalidad muy clara.
La finalidad no es que haya una serie de gentes que se dediquen a echar la pluma y luego ser creativos, sino más bien cómo echamos la pluma y somos creativos pero para que nos lean, porque es un elemento educativo, es un elemento formativo. Para eso estamos aquí en la Comisión y finalmente teníamos que empezar a idear otras maneras.
Y así empezamos a trabajar desde hace más de un año, porque empezamos primero las evaluaciones y después a echar la imaginación de por dónde y qué hacíamos; y, bueno, aquí Jaime Rello lo dijo claro: toda esta Ciudad Defensora está muy vista alrededor de poder llegar a territorio; que sea una revista que puedas traer en el Metro y que quepa perfecto, que sea una revista que puedas leer muy fácilmente, que tenga un tipo de narrativa que sea comprensible para la mayoría de la gente, incluyendo niñas, niños, adolescentes, adultos; y que acerquemos exactamente, la finalidad es eso, acercar el conocimiento y por lo tanto la defensa y la garantía de los derechos humanos a mayor población.
Entonces de entrada sí quiero que le demos, ante que nada, un aplauso al equipo que a partir de enero será la Dirección de Investigación de esta Comisión, porque lo que estamos presentando aquí es producto de un año de trabajo mucho muy fuerte.
Ustedes lo van a ver, hay entrevistas, hay artículos, hay crucigramas, hay un montón de cosas para acercarse, hay información práctica también; y, bueno, aquí están y vamos a sacar los tres primeros números. Uno tiene que ver con la Constitución, otro es derechos de las mujeres y el otro es derechos de niñas, niños y adolescentes; y ya están horneándose para empezar ahora sí muy al ritmo del año, para enero estaremos ya publicando el siguiente que es personas con discapacidad, y ahora sí vamos ir ya a nuestro ritmo de cada bimestre.
Eso va a ser el pan nuestro de cada día en nuestros oficinas, como bien lo dijo Jaime, en las Delegaciones de la Comisión en las Alcaldías; y, bueno, Pacífica y Pacífico están ahí y esperamos que exactamente dentro de algunos años al igual que las otras producciones esto logre verdaderamente ser algo que sea cercano a la gente y que la gente lo vaya pidiendo y vaya demandando que quiere más y ya veremos establecer e intentar establecer un diálogo con los usuarios de la revista.
Entonces para mí, y para la Comisión, en verdad es un muy buen cierre de año el poder presentar esta revista, y ahora así hacerla pública, difundirla y cuidarla.
Déjenme ahora retomar dos cosas de las que estaban hablando aquí Jaime y Marco. Decirle yo a Marco, lo estaba oyendo, naturalmente, y fíjate que yo sí soy lectora también y tenía un papá como tú que era así como…, y una mamá que me estimularon mucho.
Entonces te leía y decía: “Cuántas ganas tengo de tener más tiempo para leer más”, porque leo muchas cosas de trabajo, pero me falta tiempo. Y tú decías: “Es que no hay derecho a la lectura”. Sí, sí hay derecho a la lectura. Forma parte de dos intersecciones que es el derecho a la educación. Tú no puedes ver el derecho a la educación, sino lo ves desde la lógica igual de leer. Y también están los derechos culturales que tienen mucho que ver con eso.
Tú lo sabes, como lector voraz que eres, en términos de que te ayudan a ver otras realidades, acercarte a otros, o a vivir o a interpretar de manera diferente.
Ojalá, como tú lo dices, tuviéramos mayor, más bien, garantía de esos derechos, porque ahí están; y que cuando platicamos de esos derechos platiquemos de leer, de cómo acercarse, como otra manera de acercarse al mundo y viajar. Siempre he dicho, de viajar.
En algún momento cuando yo trabajé mucho tiempo con cosas de agenda de niños, y cuando yo de repente en algunas reuniones, en no muy pocas, hablaba sobre el derecho a la educación, y por ejemplo sobre no al trabajo infantil y cómo los niños tenían derechos más bien, entre otras cosas, había voces en muchos lugares del país, y no pocas, que se alzaban y decían: “Y para qué, para qué quieren que vayan a la escuela, para qué quieren que estudien, si al finalmente van a ser lo mismo que los papás, y lo importante es lo pragmático y la escuela además no sirve de nada”.
Y lo que yo siempre planteaba era que acercarse a la educción y acercarse a poder leer es acercarte a otros mundos, y que eso es fundamental. No nada más para aprender y sacar dieces, sino para aprender y sacar más bien lo mejor de ti, lo mejor de las personas.
Entonces lo que tú haces, y permíteme felicitarte, es mucho muy importante; porque además que lo digan los adultos, o los papás, o los maestros, tiene un sentido bien lejano a que lo digan ustedes, con ustedes, con sus pares, a que además puedas establecer círculos de diálogo con los pares, hablando de eso y teniendo como centro exactamente el leer. Permíteme felicitarte. Y naturalmente te vamos a ver y naturalmente te vamos a difundir, y ojalá sumes muchísimos más a esta corriente.
Muchas gracias.