Discurso 09/2021
18 de febrero de 2021
Muy buenos días a todas, todos y todes. Quiero saludar a todas las personas que ven la transmisión de la presentación de esta edición de la revista Ciudad Defensora sobre “Personas Mayores: Hacia el pleno goce y ejercicio de sus derechos humanos”.
También saludo a la Doctora Sandra Huenchuan Navarro y además agradezco los aportes para la presentación de esta edición. Así como a Beatriz García Cruz y Manuel Jorge Carreón Perea, quienes también nos acompañan y colaboraron en la conformación de la edición de la revista.
Las personas mayores enfrentan diversos obstáculos para ejercer plenamente su derecho a una vejez digna.
La discriminación debido a su edad, la precariedad de la seguridad social integral, ausencia o mala calidad de la atención médica, las violencias de los diferentes tipos y modalidades dentro y fuera del hogar, y la falta de oportunidades de trabajo son algunas de las causas que les impiden gozar plenamente de sus derechos y por consecuencia de su vida digna.
Trabajar para la protección y defensa de este grupo de atención prioritaria es un reto. Por un lado, implica atender las necesidades que conlleva el crecimiento demográfico.
De acuerdo con los datos del Censo 2020 del INEGI, en el país residen 15 millones 142 mil 976 personas de 60 años o más; y en la Ciudad de México habitamos 1 millón 491 mil 619 personas mayores de 60 años, lo que representa el 16% de la población de esta Ciudad.
Según las proyecciones de CONAPO, para 2050 habrá más de 32 millones de personas mayores en el país, y la capital será la entidad con mayor población de más de 60 años.
Por otro lado, está el reto del cuidado y las implicaciones de éste hacia las personas mayores, tomando en cuenta que de la población total en la Ciudad, el 49%, tiene una o varias discapacidades, limitaciones para realizar actividades cotidianas o condiciones de salud mental.
Las personas mayores enfrentan dinámicas violentas a las cuales es difícil escapar, por ejemplo cuando las personas mayores cohabitan con varios miembros de la familia.
En estos contextos habitacionales, muchas personas mayores tienen dificultad para poner un alto a dinámicas que les afectan y es más difícil aún denunciar el maltrato o el abuso físico, psicológico y patrimonial, pues con frecuencia la violencia es ejercida por la propia familia o por integrantes de la institución en algunas personas mayores.
Recientemente, hace pocos días, en la Ciudad tuvimos y enfrentamos exactamente un caso que se volvió mediático, pero que no es un único caso, sino que es un ejemplo de lo que están viviendo al interior de sus familias algunas de las personas mayores. Un gran incremento, como lo decía también Sandra, en el contexto de la pandemia de la violencia al interior de los hogares.
En el contexto actual de confinamiento debido a la pandemia por COVID-19, en la Ciudad de México se ha incrementado esta violencia hacia las personas mayores.
De acuerdo con la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, la violencia contra las personas mayores en época de pandemia incrementó un 30%, registrándose en 2020, 863 casos de violencia en contra de este grupo prioritario: 32% por violencia psicoemocional; 31% por violencia patrimonial y económica; 31% por omisión de cuidados y maltrato; y 9% por violencia física.
Asimismo, esta Comisión en el año 2020 registró un incremento de quejas en la Cuarta Visitaduría que se dedica a los grupos de atención prioritaria. El 8% de estas quejas fueron por maltrato a personas mayores. Para enero de este año, el número se ha duplicado y tenemos ya el 16% de quejas por esta misma razón.
Otra cara del confinamiento que impacta directamente a las personas mayores es el aislamiento que ha contribuido a estados de ánimo adversos a su salud.
Aunque no son el grupo etario que más casos ha registrado, sí se les considera uno de los de mayor vulnerabilidad al virus, razón por la cual muchas familias han dejado de frecuentar a personas mayores afectando su estado emocional, de salud mental y su nivel de vida adecuado.
Por el contexto anteriormente descrito, es fundamental la implementación inmediata de medidas de prevención de la violencia focalizada a este grupo de población, así como procurar el acceso de servicios de salud y las necesidades básicas; promover campañas de salud pública con guías especializadas para atenderlas de manera integral, procurando especialmente su salud emocional; proporcionar información básica y en algunos casos capacitación para familiares y personas cercanas que hacen trabajo de cuidados de las personas mayores que son atendidas en casa.
En este sentido, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México reconoce la entrada en vigor, el pasado 15 de enero, de la Ley de Reconocimiento de los Derechos de las Personas Mayores y del Sistema Integral para su Atención de la Ciudad de México, con el cual se da cumplimiento a la creación de un sistema para la atención de las personas mayores, tal como lo dispone el Artículo 11-F, de la Constitución Política de la Ciudad de México.
Dado que la garantía de los derechos consagrados en la nueva Ley guarda una relación estrecha con la implementación del Sistema de Cuidados, esta Comisión hace un llamado al Senado de la República para concretar el procedimiento legislativo que resulte en la reforma de los Artículos 4to. y 73 de la Constitución federal y, con ello, materializar la creación del Sistema Nacional que, a su vez, permita que cada entidad federativa cuente con un sistema local para la garantía del derecho al cuidado.
Reiteramos desde este Organismo Público el llamado a las autoridades correspondientes para que se refuercen con urgencia las medidas de impacto inmediato, para que las personas mayores ejerzan sus derechos en el contexto actual.
Se hace también un llamado para guiar las acciones y políticas públicas locales con base en el estándar normativo para protegerlas de cualquier abuso.
Finalmente, se reitera como fundamental el implementar efectivamente el sistema integral para su atención que prevenga el abandono, aislamiento, negligencia, maltrato, violencia y cualquier situación que implique tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes y atente contra su seguridad e integridad.
Por eso es importante también el avanzar en esta Ciudad en la Ley del Sistema de Cuidados.
Quiero reiterar mi agradecimiento y reconocimiento a Sandra Huenchuan Navarro, Punto focal sobre envejecimiento en la Sede Subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas; a Beatriz García Cruz, Directora Ejecutiva del Instituto para el Envejecimiento Digno de la Ciudad de México; y a Manuel Jorge Carreón Perea, Consejero de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, quienes igualmente colaboraron en esta edición de Ciudad Defensora.
Y finalmente al equipo de la Dirección Ejecutiva de Investigación e Información en Derechos Humanos, por su labor para la edición de este número.
Muchísimas gracias.