Discurso 08/2021
11 de febrero de 2021
Muy Buenos días a todas, todos y todes. Saludo a quienes están viendo la transmisión de la presentación de la edición número 5 de la revista Ciudad Defensora sobre “Derechos laborales de las trabajadoras del hogar”.
Saludo con mucho afecto, mucho cariño a Marcelina Bautista, quien colaboró en este número y quien nos está acompañando en esta presentación. Así como a Haydee (Munguía González) y a nuestra queridísima Consejera Tania Espinosa, por estar presentes en la presentación de este número.
La lucha que desde hace más de dos décadas iniciaron en México las mujeres trabajadoras del hogar por el reconocimiento de sus derechos laborales ha dado frutos los últimos años, particularmente por la puesta en marcha de diversas acciones legislativas, judiciales y gubernamentales a favor de la regulación del trabajo del hogar remunerado en el país.
Aun cuando el reconocimiento al trabajo doméstico es explícito en la Constitución Federal desde 1960 y la Ley Federal del Trabajo cuenta con un capítulo especial para regular esta actividad, no le eran concedidos los mismos derechos que a otras actividades laborales.
El régimen de seguridad social voluntario por parte del IMSS no era reconocido en igualdad de condiciones. La Constitución local también hace un reconocimiento explícito a este sector; sin embargo, aún falta mucho por un reconocimiento efectivo en el día a día, tal y como nos lo compartió Marcelina.
Por ello, el grupo organizado de mujeres trabajadoras domésticas emprendió diversas estrategias para la exigibilidad de sus derechos laborales. Desde la conformación de un sindicato, hasta la incidencia legislativa y judicial con vinculación internacional.
Como ya lo mencionaba Marcelina, como resultado de todo lo anterior, en 2018 la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció como discriminatorio lo que el IMSS contemplaba y también anticonstitucional lo que estaba contemplado en la Ley del Trabajo.
Actualmente en este rubro de la seguridad social se encuentra desarrollándose el Programa de Incorporación a Personas Trabajadoras del Hogar; y como bien lo dice Marcelina, nosotros desde la Comisión hemos venido acompañando todos estos procesos, incluyendo exactamente el del año pasado con Marcelina, con su organización, con WIEGO, a través de nuestra Consejera Tania, nos sumamos exactamente a poder promocionar en mayor medida este Programa de Incorporación de Personas Trabajadoras del Hogar.
Otro hecho de importancia, y ya también lo dijo Marcelina, fue la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo en diciembre de 2019.
No obstante el reconocimiento legal imperfecto y todas las acciones emprendidas y antes mencionadas, en los hechos prevalece aún ahora la informalidad en el cumplimiento de las obligaciones laborales por parte de las personas que emplean a trabajadoras y trabajadores domésticos, entre las que sobresalen en cantidad y activismo las primeras.
Los esfuerzos por la satisfacción de los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar cruzan la realidad de discriminación estructural, la exclusión y la violencia, mismas que la emergencia sanitaria de COVID-19 ha evidenciado.
Con una larga historia de exclusión y precariedad laboral, las empleadas del hogar están sufriendo de lleno los efectos económicos de la pandemia, que ha dejado a muchas sin trabajo. La CEPAL estima que en América Latina 70% de las trabajadoras quedaron sin empleo por el coronavirus.
En México, para julio de 2020 ya sólo 1.6 millones de personas laboraban en este sector; o sea, 30% menos que el año anterior. Una cifra que no se reportaba tan baja en los últimos 15 años. Pero además esto pasó ya hace 6 meses. El cálculo ahora es que al menos la tercera parte de las trabajadoras del hogar están fuera de sus empleos.
En este contexto, es urgente que las personas empleadoras den cumplimiento a sus obligaciones, así como que todas las mujeres trabajadoras del hogar conozcan, difundan y, sobre todo, exijan y hagan valer sus derechos ya reconocidos, como son el derecho al trabajo digno, a un contrato de trabajo por escrito, a una jornada laboral justa, a jornada extraordinaria u horas extras, a un salario digno, a días de descanso obligatorio, a vacaciones con goce de sueldo, aguinaldo, seguro social, Afore y jubilación.
La publicación de este número de Ciudad Defensora es un aporte en esta línea de promoción y difusión de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar.
Sobre todo, esta publicación busca que las personas empleadoras asuman sus obligaciones en el ámbito laboral. Lo anterior contribuiría a reducir la brecha laboral de género, reducir las desventajas que las mujeres enfrentan en el empleo, la feminización de la pobreza y a reconocer la aportación a la economía nacional de este sector.
La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México celebra los avances en favor de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar e insiste en su llamado a las personas empleadoras, autoridades, sociedad civil y demás actores, a seguir trabajando por el completo reconocimiento, reivindicación y dignificación del trabajo del hogar remunerado, y así consolidar una Ciudad igualitaria, inclusiva y respetuosa de los derechos de todas las personas.
Reitero mi agradecimiento y reconocimiento a Marcelina Bautista, fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH); a Marcela Azuela Gómez, Presidenta de Hogar Justo Hogar; a Tania Espinosa Sánchez, Consejera de la Comisión y Coordinadora del Proyecto Ciudades Focales para la Ciudad de México de la Red Global de Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO); a Soledad Aragón, Secretaria del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México; y Haydee Munguía González, Directora de Análisis y Estudios en esta misma Secretaría, quienes también colaboraron en esta edición para la revista.
Y finalmente al equipo de la Dirección Ejecutiva de Investigación e Información en Derechos Humanos, por su labor para la edición de ese número.
Permítame concluir con un fragmento de Frida Kahlo, que da mucho sentido a lo que estamos el día de hoy abordando:
Yo le duro lo que usted me cuide,
yo le hablo como usted me trate
y le creo lo que usted me demuestre.
Muchísimas gracias.