Discurso 14/2021
26 de abril de 2021
Muy buenos días a todas, todos y todes. Primero agradecer al Instituto Mexicano de Justicia, al Museo Memoria y Tolerancia y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco el hacer parte a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México de este conversatorio; en esta semana que es en donde vamos a tener, digamos, la oportunidad en la opinión pública de tener al centro a los niños y a las niñas. Lo cual tampoco es muy común aún todavía en las agendas públicas. Entonces, aprovechar ahora sí que esta semana dedicada por lo menos a verlos, para visibilizar qué está sucediendo.
Ya lo decía Gala, está reconocido que los niños, las niñas y los adolescentes, si bien no son altamente afectados directamente por el virus, eso lo hemos estado viendo ya a más de un año de inicio de la pandemia en nuestro país, lo son desde otras esferas igual de preocupantes. Muchísimo más porque exactamente pierden visibilidad y es importante tener conversatorios como éstos para colocarlos.
Yo les diría que de las esferas más importantes iniciaría por la salud mental, qué es lo que ha pasado en estos poco más de un año alrededor, básicamente, de las medidas de distanciamiento social que son las que han podido más o menos contener la pandemia en nuestro país y en el mundo.
Desde Infantes Encerradas, que fue una consulta que realizamos hace ya once meses, apenas los niños tenían un poco más de dos meses, tres meses, en promedio, de haber dejado de ir a la escuela, de estar encerrados con sus familias.
Ya veíamos ahí y lanzábamos la alerta de básicamente muchísimas cuestiones que tenían que ver desde las referencias a ansiedad, a estrés, a incertidumbre, pero sobre todo, por ejemplo, a los niveles de preocupación y de angustia alrededor de cosas como la propia enfermedad, o sea que sus familiares se enfermaran, que sus familiares se murieran, pero también de cuestiones económicas y de contexto de, digamos, los efectos que ya se veían, y que ahora está comprobado está causando esta pandemia: económicos, como la falta de empleo, la falta de recursos, el miedo a ser desalojado de sus casas por falta de pago de renta. Acordémonos que la Ciudad de México es la segunda ciudad en donde hay más habitaciones alquiladas, en alquiler, y entonces eso también es muchísima angustia relacionada con los niños también.
Entonces todo esto, digamos, se configura en lo que nosotros alertábamos sobre una posible crisis en esa lógica, y que después de un año lo que se ha demostrado es que se ha venido incrementado.
Encuestas como la de Seguimiento a los efectos del COVID en el bienestar de los hogares mexicanos, realizadas por la denominada ENCOVID, nos está diciendo, por ejemplo, que en la Ciudad de México el 32% de las personas presentaban síntomas severos de ansiedad y 25% síntomas de depresión.
Estamos viendo además un incremento en el suicidio en las personas adolescentes, y eso nos está hablando exactamente de que esto que estábamos poniendo como primer punto de efectos está ahí, está presente.
El otro elemento es el elemento que tiene que ver con educación. Para el cierre del ciclo escolar anterior, el 2019/2020, se estaba reportando que alrededor del 3% de las personas entre 3 y 29 años no concluyeron ese ciclo escolar. De este 3% que no concluyó, el 60%, o sea 6 de cada 10, argumentaba que el abandono a la escuela era por motivos relacionados al COVID.
Eso es el ciclo anterior pasado. Acordémonos que finalmente fueron alrededor de tres meses, no más, en muchos el promedio fue de dos meses, en donde los niños, las niñas y los adolescentes tuvieron que tomar clases, digamos, a estas modalidades a distancia. O sea, dejaron la escolarización formal para esta educación virtual, y apenas tres meses.
Ahorita, los cálculos que están realizando y las proyecciones que se tienen alrededor de lo que va a pasar y lo que está pasando en este ciclo que está concluyendo, el 20-21, es donde están ahorita cursando los niños, es muchísimo mayor.
Tenemos muchísimos datos que además esto está siendo piramidal; es decir, los niños y los adolescentes en la secundaria y las adolescentes en la educación media superior están siendo las más propensas al abandono y a la deserción escolar, y esto tiene que ver con muchísimas cosas: de entrada una brecha digital presente todavía alrededor de estos funcionamiento y estas dificultades para este tipo de aprendizaje.
Recordemos que por lo menos el 30% de los niños, las niñas y los adolescentes no tienen una computadora y no tienen acceso a Internet, y a pesar de que, bueno, hay esfuerzos por acercarse a través de los medios de comunicación y la televisión y la radio a esto, eso está teniendo efectos mucho muy importantes al respecto.
Yo quisiera concluir esta parte de educación planteándoles que básicamente no nada más estamos hablando de rezagos en términos del aprendizaje y el conocimiento, sino sobre todo también cuestiones que afectan mucho las relaciones sociales de millones de niñas, niños y adolescentes en nuestro país; y que éste, digamos, el impacto a la función social de la escuela, es también muy importante de contemplar con uno de los impactos de la pandemia de COVID.
Ya ni hablar del derecho al juego como un derecho altamente vulnerado por las medidas de distanciamiento; el que no haya relación entre pares; el que no tengas oportunidad de utilizar el espacio público como lo tenías; el que no puedas acceder a la escuela, tiene un alto impacto en tu derecho al juego.
A pesar de que al principio de la pandemia, sobre todo cuando las medidas de distanciamiento abarcaron a muchísimos de los adultos, digamos, se generaron ciertas dinámicas. También nos lo reflejó así la consulta Infancias Encerradas, en términos a…, el que los niños y las niñas agradecían mucho y valoraban mucho y se sentían muy feliz de jugar con sus papás, muchos juegos de mesa, sentarse a dibujar con ellos, etcétera, esto se fue perdiendo a partir de, por lo menos, el mes de julio. Algunos estados más, otros menos, cuando muchísimos papás tuvieron que regresar a sus actividades laborales, y a reactivar su economía, no la del país, su economía privada para poder sobrevivir. Y entonces los niños se quedaron solos, sin también esta fuente que era una fuente muy importante de felicidad y de abordar.
Y quisiera finalizar con otro de los, digamos, grandes impactos a corto plazo y que tiene que ver también con el derecho a la salud en general; es decir, tenemos un alto impacto en términos de la disminución de las visitas de seguimiento médico, sobre todo muy importante es el de niños y niñas de primera instancia menores de 5 años, en donde, como ustedes lo saben, el monitoreo del desarrollo y del crecimiento es muy importante y es un factor fundamental para poder hacer seguimiento no nada más de la salud per se, sino de la integridad en general del desarrollo en ese grupo de edad.
La otra parte tiene que ver con el esquema de vacunación. Tenemos una crisis ya en términos del descenso a la cobertura en vacunación, ante un escenario previo a COVID, que ya era, digamos, que marcaba pocos a nivel mundial, por ejemplo, en torno al sarampión; es decir, los casos de sarampión a nivel mundial se incrementaron del 2019 a principios del 2020 en un 29%. Eso ya nos estaba hablando de una crisis mundial en general de eso; pero a esto sumamos en exactamente al igual que el monitoreo ha habido un descenso en la cobertura del esquema de vacunación básico; y nosotros sabemos que buena parte del descenso de nuestras estadísticas de mortalidad infantil y morbilidad infantil las debemos exactamente a las vacunas y a los esquemas de vacunación.
Por lo tanto este rezago es un rezago que tiene que atender y tiene que verse los retrasos de inmunización como una alerta y un impacto ya de hecho en la salud de niñas y niños este que nuestro país; y no nada más en nuestro país, estos son aspectos que han impactado a nivel mundial, no son nada más privativos de México o de la Ciudad de México o de Jalisco, sino del país y del mundo en general y creo que son los puntos que a mí me gustaría que quedaran en la mesa y resaltar.
¿Qué es lo importante? Es tenerlos en cuenta. Es saber que éstos ya están teniendo impacto a corto plazo, pero sobre todo que esto va y es una carrera larga; es decir, el COVID está dejando esto a corto plazo, pero va a dejar muchísimas cosas a mediano y a largo plazo en esos ámbitos y en muchos otros.
Entonces lo que tenemos que hacer es pensar que tenemos ya ahorita que desarrollar estrategias que permitan hacer contención de estos asuntos que están pasando, tanto de manera activa como de incidencia en políticas públicas de alerta.
Necesitamos programas que involucren el poder regresar, el poder detectar la deserción escolar y uno a uno regresar a los niños a la escuela. Necesitamos programas que nos permitan el que la brecha en términos de aprendizaje no sea tan fuerte y entonces que podamos llegar a estos accesos.
Necesitamos poner como lección exactamente el cómo reactivamos toda la parte de salud y de seguimiento en salud, y sobre todo que nos acordemos que también los impactos en salud mental sobre impactos no nada más a corto plazo, sino también a mediano y a largo, y que por lo tanto es importante empezar ya con todo y seguir con los esfuerzos de contención y de otros aspectos importantes para poder abarcarlo.
Creo que nos tocó vivir esto, y lo que tenemos que hacer es adecuar y reforzar nuestras estrategias para hacer cumplir los derechos de niñas, niños y adolescentes en lo general, en la pandemia y pos pandemia.
Muchísimas gracias.