Discurso 29/2022
25 de octubre de 2022
En el vasto silencio
de la aurora
despertó mi alma
iluminada
por la luz temprana.
Se asomó al infinito
por una ancha ventana
y brilla clara
en mis pupilas
la mañana.
Alaíde Foppa, Viento de primavera.
Buenos días a todas, todos y todes. Siéntanse muy bienvenidas en esta Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. El día de hoy me acompañan Araceli Osorio Martínez, Edith Torres Contreras, María Guadalupe Castro Zaragoza, Sodelba Alavez Ruiz, María Eugenia Chávez Fonseca, así como las compañeras de Yo Cuido México y SIPAM. Todas personas que, a título personal, trabajan día a día por las mujeres, niñas y adolescentes que viven y transitan esta la Ciudad, y a título colectivo forman parte de un movimiento de reivindicación de derechos que lleva siglos de resistencia.
Expreso mi profundo agradecimiento a Genoveva Roldán Dávila, a Christian José Rojas Rojas y a Manuel Jorge Carreón Perea, personas Consejeras de esta CDHCM por haber formado parte del jurado, y gracias a todas las personas que nos sintonizan vía remota.
El Reconocimiento Hermila Galindo viene de una tradición que se ha tenido que actualizar ante los retos que impone el ritmo de la consecución de la igualdad sustantiva de género y lo que significa la garantía de derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes actualmente.
En esta edición, el panorama se pinta opaco, entre retos y escenarios únicos que la interseccionalidad devela como urgentes de atención, por ejemplo: la crisis de cuidados puesta en el foco de discusión pública desde la pandemia por COVID-19 y los retos de una representación paritaria de mujeres en los órganos de gobierno, y los grandes pendientes en la violencia.
Las personas defensoras de derechos humanos que nos posicionamos ante la angustia, el duelo, los cambios, el dolor y el amor lo hacemos de forma política. Y en nuestro hacer, nos encontramos hilando una historia que contamos en comunidad y que atraviesa cada una de las esferas de nuestras vidas.
El cuidado que recibimos de nuestras abuelas, tías y madres desde muy pequeñas nos hace fuertes y nos sostiene aún al sol de hoy, es por ello que la relevancia del cuidado como un derecho y como una responsabilidad de todas las personas se resignifica y se desliga de estereotipos de género y visibiliza jornadas laborales dobles para las mujeres. Esta agenda la defiende fuertemente la colectiva Yo Cuido México.
En nuestro andar nos damos cuenta que el sanar forma parte de un objetivo no solo feminista, sino de derechos humanos. En el frente de la salud sexual y reproductiva, las mujeres y adolescentes deben saberse autónomas y vivir su sexualidad en cualquier etapa de su vida, sin culpas impuestas o estigmatizantes. Tal como lo han promovido nuestras menciones honoríficas: SIPAM a lo largo de su trayectoria y Edith Torres Contreras a través de su práctica de la medicina tradicional que voltea a ver y a escuchar a nuestros cuerpos.
Cuando las injusticias nos atraviesan en forma de violencia de género, las mujeres que cuidamos y sanamos buscamos maneras de, además, acompañarnos. Encontrando alianzas que tejemos en resistencia con hilos de colores y agujas diferentes en búsqueda de la justicia y la verdad. Tal como lo narra Araceli Osorio Martínez, activista y defensora que ha logrado incidir y cambiar piezas clave en los ámbitos educativo a nivel universitario y de procuración de justicia a nivel local.
Las mujeres nos sabemos cómplices en idear y proyectar un mundo diferente e incluyente, ya que venimos de generaciones que han sido capaces de construir sociedades enteras.
Ustedes representan luces guía en este panorama tan opaco con su trabajo como defensoras de derechos humanos en la agenda de cuidados, práctica de la medicina tradicional, atención de la salud integral y acompañamiento a víctimas de violencia.
No me queda nada más que agradecerles y felicitarles por este merecido reconocimiento a su trabajo, que es invaluable. Sepan que en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México tienen una aliada en el camino que aún nos falta por andar para lograr la igualdad de género en un mañana próximo.
Muchísimas gracias.