Boletín 170/2022
13 de diciembre de 2022
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- Entrega mención honorífica al trabajo a favor de los derechos de mujeres indígenas en Chiapas.
Por su contribución a la eliminación de la violencia hacia las mujeres y las niñas, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM) entregó el Reconocimiento Banco de Buenas Prácticas “Hermanas Mirabal” 2022 a la Red Periodistas Sociales, Periodistas de a Pie.
La Consejera de este Organismo, Rosalinda Salinas Durán, explicó que fue elegida por el proyecto “Una mirada 360 grados hacia la cobertura de la violencia contra las mujeres. Mejores prácticas desde el periodismo”.
Explicó que las masculinidades deben sentirse sumadas para ser parte de los cambios y modificar de raíz la violencia hacia las mujeres. Indicó que la iniciativa de Periodistas de a Pie busca a un cambio de narrativa de esta problemática, desde la propia mirada de este grupo de población.
A nombre del Consejo Directivo de Periodistas de a Pie, María Teresa Juárez enfatizó que el periodismo no es neutral ante lo que ocurre en nuestro país, tiene que abrir el diálogo entre distintos actores, construir conocimiento colectivo y narrar desde el enfoque de la dignidad.
Ahora mismo, resaltó, muchas mujeres están luchando en lugares insospechados y geografías que no conocemos desde otras narrativas, por lo que la hegemonía del periodismo -que sólo cubre ciertas agendas-, se ha desquebrajado.
En su oportunidad, la Cuarta Visitadora de la CDHCM, María Luisa del Pilar García Hernández, entregó la Mención Honorífica a la organización Xilotl Asociación para el Desarrollo Social, por el proyecto “Mujeres y hombres indígenas a favor de la equidad de género, el empoderamiento y de una vida libre de violencia”, desarrollado en 10 comunidades de Ocosingo, Chiapas.
La Directora General de Xilotl, Norma Eumenia Balcazar Silva, recalcó que lo que buscan es lograr cambios ante esta problemática: “La violencia contra las mujeres, niñas y en las comunidades es lacerante, y no podemos voltear la mirada y ser indiferentes”.
El cansancio, la decepción y la impotencia debe convertirse en su lucha, en políticas, propuestas y acciones afirmativas para las comunidades, sobre todo donde tenemos mujeres y niñas que son violentadas. Nuestro reto, dijo, “es convertir nuestra rabia e impotencia en beneficios para ellas”.