Discurso 10/2023
18 de mayo de 2023
Muy buenos días a todas, todos y todes. Inicialmente, naturalmente, agradezco la invitación, en especial a Fernando (Carrera Castro, Representante de UNICEF en México), por estar aquí, siendo testigos de un año más del trabajo de Unicef en México, del equipo completo de UNICEF, para el cual, de entrada, de una vez, pido un aplauso.
Les saludo a todos, todas y todes. No mencionaré en particular a mucha gente con las cuales hemos trabajado y en las cuales se reconoce el compromiso por las infancias y las adolescencias de este país.
La pandemia por Covid-19 comprometió décadas de progreso en cuestiones fundamentales para las niñas, los niños y los adolescentes, como la pobreza, la salud física y mental, el acceso a la educación, la nutrición y la protección a la infancia.
En ese sentido, la emergencia sanitaria colocó en el centro la importancia no solo de garantizar y seguir en el avance progresivo del cumplimiento y la garantía de derechos humanos, sino también hizo evidente la necesidad de implementar medidas necesarias para evitar el retroceso en el terreno que ya se tiene ganado. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos hubo retrocesos.
Los últimos años han hecho evidente que no podremos sortear las emergencias sin la cooperación. Nos necesitamos y nos necesitamos en una forma específica: guiados por el contenido de los derechos humanos; y en este caso, el de los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes, en donde los estándares son claramente fijados en el mundo por UNICEF y naturalmente aquí en México.
El UNICEF ha sido permanente aliado de los gobiernos locales y de las instituciones de los gobiernos locales como la que yo representó, que es la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Ha jugado un papel importante en la atención de los problemas exactamente en lo local, no nada más en lo general, en diversos contextos.
En esta Ciudad ─ya lo mencionaba Nuria hace rato─ se ha incorporado en procesos educativos, como puede ser que exactamente ayer celebrábamos la importancia de una beca para empezar, como la que vimos ayer, y en la cual UNICEF, como en otras áreas, ha tenido y ha incorporado su asistencia técnica y su acompañamiento para ubicar estos estándares.
No podemos entender que la Ciudad de México tiene uno de los principales y los más importantes esquemas de acogimiento familiar alternativo a la incorporación de niñas, niños y adolescentes a institucionalizaciones, sino es este programa que tenemos en la Ciudad y que fue acompañado por UNICEF.
Por otro lado, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México ha trabajado en años recientes con UNICEF alrededor de la importancia de los sistemas de protección, básicamente necesarios en el análisis de cómo avanzamos exactamente en muchas de las problemáticas que ya vimos en los videos o muchos de los retos como los que nos planteó desde la academia Silvia, desde El Colmex, o Tania Ramírez, desde la REDIM, alrededor de qué se necesita y por qué tenemos que seguir invirtiendo en infancia.
Aquí me detendré también en uno de los elementos que forma parte de la agenda nacional, pero también internacional, y tiene que ver con la migración. Hoy tenemos un proceso migratorio que es completamente distinto al de hace 10 años. Las niñas, los niños y los adolescentes que estaban en el proceso migratorio hace 10 años eran básicamente adolescentes varones, que transitaban solos por este país.
Hoy, la transformación de la migración mexicana, en donde el proceso de tránsito está convirtiéndose en los hechos en un proceso de destino, con una alta carga de migración familiar; y por lo tanto, la incorporación de niños acompañados por su familia, en especial niños en primera infancia, nos colocan en un reto mayúsculo que estamos seguros que tendremos que dilucidar, que tendremos que solucionar de manera colectiva, tanto los gobiernos locales, quienes a la larga a pesar de que no diseñamos la política migratoria, atendemos lo que se deriva de la política migratoria, como también básicamente estas ciudades, estos municipios y estas transformaciones locales de un proceso migratorio que llegó transformado y seguirá en esa lógica de transformación. Y requiere exactamente de esto que al inicio decía: cooperación, alianzas y articulación. Y sin duda esas tres cosas las hace bien y las hace muy bien UNICEF.
Y depende exactamente de todos: instituciones desde donde vengamos, la mía que es el sistema no jurisdiccional de derechos humanos, la de muchos de ustedes que es la operación de líneas de gobernanza, de procuración de justicia y de seguridad; de atribuciones que tienen que ver con el bienestar social como es la educación y la salud, en donde aprendamos básicamente una de las lecciones que no debemos perder de estos tres años de pandemia y es que tenemos que hacerlo juntas y juntos.
Celebro la presencia de UNICEF en México un año más. Desde 1954 ha contribuido a fortalecer las estrategias que los diversos organismos no jurisdiccionales de protección a derechos humanos utilizamos para hacer frente a los diversos retos de promoción, protección y garantía de los derechos humanos de las niñas, los niños y adolescentes, porque de eso se trata.
No se trata de simplemente conciencia, no se trata simplemente de empatía. Se trata de entender que nosotros, este mundo adulto formado desde donde sea, tenemos una obligación reforzada exactamente de garantía y protección de derechos de lo que todavía en este país es la tercera parte de su población.
Muchísimas felicidades a UNICEF.