Discurso 11/2023
26 de mayo de 2023
Buenos días a todas, todos y todes. Es un gusto estar aquí en este bello e histórico recinto, el teatro Xicohténcatl, en Tlaxcala.
Saludo a quienes me acompañan aquí en el presídium, a quienes también están aquí. No voy a mencionarlos a todos. Naturalmente sí voy a saludar a la Gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, y a mi querida amida Jakqueline Ordoñez Brasdefer, Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala.
Bien sabemos que en las ciudades se da respuesta local a problemas globales. Esto no solamente entraña un reconocimiento de la instrumentalidad que tiene la actuación en las ciudades con esa perspectiva, sino que deja ver que en esa arena -entre las ciudades- se vive el Derecho a la Ciudad en sí mismo. Es decir, es un derecho habilitante de otros, pero también lo es por sí mismo.
En América Latina y el Caribe se prevé que la población que habite en núcleos urbanos será de 83%, 23% más en relación a otras regiones del mundo, y aquí en Tlaxcala se vive muy claro y eso es algo que atraviesa toda América Latina.
De acuerdo con ONU, la mayoría de las ciudades de América Latina y el Caribe son insostenibles. Para el 2050 consumirán 4 veces más recursos fósiles y minerales de lo que se considera sostenible.
Si consideramos que las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie terrestre, pero que en ellas se consume un 60% de los recursos y generan el 70 % de las emisiones de carbono, podemos entender la relevancia de incluir en el Derecho a la Ciudad el reconocimiento de la sostenibilidad de los territorios en función de la relación urbano-rural.
En la evolución jurídica y sociopolítica de los derechos humanos, se observa la trayectoria que va del reconocimiento de los derechos individuales a los derechos colectivos. El Derecho a la Ciudad es un derecho de naturaleza colectiva y quizás puede brindarnos esperanza pensar que la evolución jurídica se mueva más hacia esos lugares compartidos, partan del reconocimiento de la mutualidad para la supervivencia, para la sostenibilidad alimentaria, para el uso de recursos naturales, y también para fijar servicios y espacios del Estado provistos para aumentar progresivamente la calidad de vida de las personas en la territorialidad que habitamos, sea rural o urbana.
Aunque el desarrollo conceptual del Derecho a la Ciudad no ha parado desde la década de los 70´s, a partir de estudios sociológicos, urbanísticos, jurídicos, ambientales, del desarrollo, entre muchas otras disciplinas, el Derecho a la Ciudad como derecho sustantivo está poco desarrollado jurídicamente.
En la región latinoamericana tan solo se encuentra establecido en la Constitución brasileña que lo vincula principalmente al desarrollo urbano. También se encuentra de manera explícita en la Constitución Política de la Ciudad de México, de una forma más cercana a las pautas de la ONU.
Por lo anterior, es una oportunidad escuchar, reflexionar y conversar el día de hoy en torno a diversos elementos del Derecho a la Ciudad. Las propuestas temáticas planteadas para este Congreso parten del marco que encuadra el Derecho a la Ciudad desde el enfoque de derechos humanos, en tanto su garantía y la de los derechos asociados se inscribe en la relación público/privada tradicional de los derechos humanos, pero también en las formas más recientes de diseño de mecanismos para que otros actores privados respeten esos derechos.
En tanto el derecho colectivo, el Derecho a la Ciudad implica una ciudad equitativa en el acceso a los servicios y espacios de los lugares que habitamos, en el diseño de las políticas públicas que lo materializan, en dar a cada quién lo que le corresponde. Esto implica hacer diferencias razonables, proporcionales y necesarias en el usufructo de los bienes y servicios de la ciudad.
Por su parte, la ciudad garantista debe de proveer mecanismos accesibles, disponibles, de calidad y aceptables a las personas para que las y los usufructuarios -individual y colectivamente- gocen de ese derecho de manera efectiva y progresiva.
Finalmente, desde el reconocimiento de los derechos de la población presente y futura, así como de la forma en que sean utilizados los territorios -rurales y urbanos- determinan la sostenibilidad y habitabilidad, el tercer eje de abordaje trata este aspecto importante.
El sur global ha padecido la exclusión de la “ciudadanía global”, cuyas pautas han sido marcadas desde el norte global a partir de sus dinámicas de desarrollo, y se enfrenta al reto de trabajar en formas para subvertir las conceptualizaciones tradicionales de las ciudades y proponer nuevos enfoques incluyentes y sostenibles.
Es necesario, como lo estamos haciendo aquí, Gobernadora, el reflexionar el Derecho a la Ciudad desde nosotros, desde lo local, desde lo Latinoamericano, desde lo que somos. Ante problemas colectivos, debemos actuar de manera colectiva.
Deseo que esta jornada nos aporte elementos para orientar una ruta de esa naturaleza para la sostenibilidad de la vida con calidad.
Estimada Gobernadora, las y los personeros de Colombia, las y los defensores de Argentina, Uruguay, Costa Rica, los índices de Cataluña, los mediadores de Francia y las y los presidentes y representantes de los Organismos Públicos de Derechos Humanos de este país, le agradecemos mucho el que nos dé la oportunidad de estar aquí en este bello estado de Tlaxcala, y naturalmente a través del gran trabajo y la presencia de nuestra querida Jakqueline Ordoñez al frente de la Comisión de Derechos Humanos del estado de Tlaxcala.
Muchas gracias.