Discurso 15/2023
28 de junio de 2023
Buenos días a todas, todos y todes quienes están aquí en la sede de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, pero también a quienes nos siguen por redes sociales.
Les doy la bienvenida a este Foro “Rostros y voces de la tortura en el México de hoy” a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), que de hecho son quienes han armado este Foro, quienes han convocado y quienes ─como lo planteaba Natalia─ quisieron hacerlo alrededor de estas fechas, en donde básicamente el lunes (26 de junio) estábamos conmemorando y visibilizar es una parte importante.
De entrada, la Comisión básicamente lo que hace es acompañar a las organizaciones en una agenda que ellas trabajan todos los días, y nos sentimos más bien muy honrados de que tomen y que consideren a la Comisión como un lugar seguro, pertinente y que los acoja ─como en otras muchas agendas derechos humanos─ aquí.
Entonces más bien de entrada es darles la bienvenida y decirles que desde la Comisión valoramos mucho que sea exactamente aquí donde desarrollemos este y otros muchos eventos.
Particularmente quiero dar la bienvenida a todas las personas sobrevivientes de actos de tortura que nos acompañan, para realizar un acto simbólico en su reconocimiento en este evento. Muy bienvenidas, bienvenidos. Sabemos que vienen de diferentes partes, pero también sabemos que ─como se dice─ son sobrevivientes. Sobrevivientes de un acto que es básicamente violatorio grave de derechos humanos y que ─como bien lo dice el título─ lamentablemente hoy persiste todavía. Hoy persiste en nuestro país.
Agradezco también la compañía aquí de Andrea Casamento, que viene viajando desde diferentes partes del mundo para estar con nosotros. Y es importante porque sigue habiendo una deuda de visibilidad y también sigue habiendo un pendiente en términos de qué no nada más estamos haciendo en México, sino qué se está haciendo también en el mundo, en la región, para ─como ella bien dice─ no nada más alcanzar y demandar justicia en un acto que ya se presente, sino sobre todo qué vamos a hacer y qué tendríamos que hacer para prevenirlo.
¿En qué estamos fallando, qué está pasando? En qué está fallando básicamente el Estado para que esto se perpetúe y tengamos que seguir aquí 40 años después de que firmamos la Convención contra la tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanos y degradantes.
Lo firmamos desde 1986 y tal parece que a veces sentimos ─naturalmente porque un caso lo representa todo─ que sigue siendo una práctica constante y que todavía nos falta un largo camino para erradicarla. Lo menos que queremos tener son más víctimas exactamente de tortura y de eso se trata la prevención, básicamente de ni una más, ni uno más en esta lógica.
Estas prácticas persisten y como lo dije lo documentamos desde la Comisión, lo documentamos desde diferentes organismos del Estado mexicano que formamos parte del sistema no jurisdiccional de protección de derechos humanos, y persiste una forma de control que todavía es accesible y operable a nivel de los operativos de seguridad y los operativos de procuración de justicia.
Al respecto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Población Privada de Libertad, elaborada por INEGI en el 2016, el 79% de las personas fueron torturadas o maltratadas durante la detención, traslado o estancia en Ministerio Público.
Mientras que en el 2021, año en que se realizó otra vez esta Encuesta, esto había bajado al 50%. Pero como se dan cuenta, disminuir del 79% al 50% puede decirse que es mucho, pero la verdad cuando lo contamos en personas es muy poco.
Tendríamos que en esos años haber pensado que esta fórmula era una fórmula excepcional, que básicamente sí puede estar o va a persistir en el ejercicio individual de algunas personas, que tendría que ser castigado. Pero como ven si seguimos ese ritmo tendríamos todavía muchísimo trabajo que hacer.
Básicamente el paso de los años lo que nos está marcando es que todavía hay una prevalencia. Y nosotros pensamos que parte del asunto tiene que ver también con que de los casos documentados de tortura no llegamos ni al 1% que estén investigándose al respecto, y que tengan un ejercicio de la autoridad que no permita la impunidad.
Entonces creemos que una de las partes fundamentales, igual para poder hablar de prevención, no nada más es la capacitación, no nada más es la formación, no nada más son los protocolos y los mecanismos, sino que básicamente tendríamos que estar más claros que tenemos que mandar un mensaje más fuerte de cero impunidad alrededor de la tortura. Lo cual parece ser que eso no suena, eso no se ve.
Parte de la discusión aquí tendría que ser ─y tendremos que visibilizar─ que mientras haya y siga habiendo impunidad al respecto hay tolerancia. Hay tolerancia y por lo tanto hay persistencia como lo estamos viendo.
La otra, y muy importante lo que marcábamos, es que hoy por hoy hablamos de tortura como si la tortura tuviera nada más un rostro o tuviera un mecanismo, y hoy sabemos que hay diferentes mecanismos y éstos tienen que tener una mirada de género, tienen que tener una mirada interseccional, tienen que tener miradas en diferentes espacios, porque pensamos que nada más es cuando tenemos que ver con las autoridades formales de seguridad o justicia cuando hablamos de tortura, y no. Este control y estos mecanismos se dan también en otras instancias, en donde el Estado mexicano tendría que estar cuidando qué está pasando.
Estamos hablando de instituciones tanto para muchísimas personas de los grupos de atención prioritaria, niñas, niños, adolescentes, personas en situación de calle, personas en situación de salud mental que así lo requieran, es decir, todo lo que tiene que ver con la institucionalización y últimamente en nuestro país todo lo que tiene que ver con los movimientos migratorios.
La gente en movilidad está siendo sujeta, en muchos de los casos, a estos mecanismos de tortura y tenemos que abrir la visión en esa parte tanto en los espacios, tanto en las características de contexto, que están haciendo y poniendo en riesgo a más grupos de población, al contrario de lo que podríamos pensar con los años, en situaciones diversas de tortura.
En la Comisión nos dedicamos desde hace ya cinco años, por ejemplo, a hacer Recomendaciones que lo que planteaban era: visualicemos el abanico que tiene y las formas que tiene la tortura, entonces no las pongamos en un cajón. Tenemos tortura sexual, por ejemplo, vinculada no nada más a mujeres, sino también documentada por ejemplo hacia los hombres, que tiene otra figura y que generalmente no sé marcaba.
Marquemos tortura en lo que implica para niñas, niños y adolescentes; marquemos la tortura y visibilicemos lo que se da para personas con discapacidad y en esa lógica tendremos esta visión que nos va a permitir tener más elementos para poder erradicar de una vez por todas esta violación grave a los derechos humanos, que no podemos seguir permitiendo. No podemos seguir siendo permisibles en este país al respecto.
Entonces creo que las mesas que vamos a ver aquí, de entrada, la más importante es exactamente a víctimas de tortura transmitiendo sus experiencias, transmitiendo sus luchas, transmitiendo su camino de supervivencia ante eso, su resiliencia ante eso.
La otra que tiene que ver con las instancias del Estado mexicano, del gobierno, de quiénes y cómo tendrían que estar trabajando. Y naturalmente, la otra con las Organizaciones de la Sociedad Civil armando agenda, haciendo incidencia en política pública y trabajo con víctimas. Creo que esta mañana va a ser una mañana muy importante de visibilización y de trabajo.
Entonces sean ustedes bienvenidos y que sea ─lo queremos así básicamente para nosotros─ exitoso. Es que esta voz, lo que aquí se discuta, lo conozca más gente, se involucre más gente y no piense que en este país no sucede, sino más bien que recapitule y que sepa, que se sensibilice y que hablemos más gente, ciudadanía y personas que se sumen a una agenda de erradicación tan importante como ésta.
Muchísimas gracias y bienvenidos.