Discurso 02/2024
20 de marzo de 2024
Quiero agradecer, y estoy muy contenta de estar aquí, acompañada de Tania, de Daniela, de Shio, de Eva y de Adri, para la presentación de este libro; ya lo van a ver, ya todos lo tienen en sus manos, ¿verdad?
A ver… ¿Ya todos tienen uno?
A ver: levántenlo…
Muy bien.
La verdad es que, lo van a disfrutar; en serio, les va a provocar muchísimas reflexiones; vamos a empezar con ellas el día de hoy, con esta presentación.
Darles la bienvenida a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y, permítanme decirles: sí, sí es su casa; sí es casa de infancias trans, porque exactamente, hace como seis años, tenía yo poquito de haber entrado a la Comisión, no tenía yo ni seis meses, cuando conocí a Tania.
En ese entonces, la agenda estaba poco visibilizada, había más resistencias de las que pudiéramos ver ahora; había más, estaba la cosa muy activa, de entrada, para la Ley, para agilizar, sobre todo, lo que era reconocimiento de personalidad jurídica; era así como la gran bandera inicial.
Y, desde el primer momento, la verdad es que el impulso de esta organización, y de muchas aliadas a ella, tenía que ver, como estas agendas que se van generando, a partir de hacer conciencia y hacer movilización, desde lo íntimo, desde lo personal, desde lo privado, que en un momento se vuelve público, y que todas estas mamá, adultes y adultas, que se involucran en estos -inicialmente-…, en estos movimientos, en estas organizaciones, en estas demandas y en estos procesos de incidencia, están viviendo -de manera cotidiana, en el día a día- discriminación, expulsión de las escuelas, expulsión de los círculos comunitarios.
Y que, naturalmente el proceso es de tal nivel de compromiso y aprendizaje, que cuando ya logran superar la parte, medio-superar, la parte personal, saben que nada es personal, que todo es colectivo y que todo merece una lucha, en donde lo que ellas, ellos y elles recorrieron, tenga procesos de allanar el camino.
Entonces, claro que esta es su casa, y siempre lo será, espero, porque, ¿qué va a pasar de este país, si estos organismos no se ponen al frente, exactamente, de la progresividad de derechos, de la incorporación de…?
Y eso es…
Bueno, ahorita voy a leer parte de lo que preparé para…
Pero sí les quiero decir algo: cuando uno se acerca a libros como estos, y a aproximaciones de lo que finalmente provocan este tipo de documentos, de productos; ahora sí que, de productos del ponerse a reflexionar y ver más estrategias, más maneras de indignarse; pero también, más maneras de solucionar; lo que nos llama siempre, es básicamente a pensar que sí podemos, que sí hay maneras de hacerlo y que tenemos que hacerlo en todos lados.
Entonces, lo van a…
En verdad, es un libro que les va a permitir -como les dije al inicio. reflexionar mucho, pero también poder imaginar y ser creativos en la manera de cómo seguir allanando y desenrollando estos arrollos, porque arrollan la personalidad y la vida de muchas personas.
Somos muchas las personas que participamos el día de hoy para la presentación de este libro, algunas de ellas aportaron, con textos de su autoría, a conformar esta obra, que contribuye al cambio cultural necesario para la erradicación de la violencia entre pares, gestada con motivo de la invisibilización, denostación y desconocimiento de la otredad, de las otredades excluidas.
Es un acierto que el libro aborde diferentes tipos de exclusiones y que, con ello, denuncie las diversas formas en las que el sistema dominante ejerce opresión sobre los cuerpos y mentes de las personas que, a cualquier edad, rechazan la fusión con esa dominancia: racismo, capacitismo, cissexismo, endosexismo, gordofobia, transfobia, adultocentrismo, entre otras.
Por todo ello, el libro reúne textos útiles para docentes, que quieren comprender la diversidad humana representada en las aulas, y poner en práctica una formación congruente con la razón de ser de la reforma al Artículo 3° de nuestra Constitución, que persigue la concreción de una educación universal, laica, basada en el respeto irrestricto de la dignidad de las personas, con enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva orientada a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano, llamada a fomentar el respeto a todos los derechos, las libertades, la cultura de paz, la conciencia de la solidaridad internacional, la justicia, promotora de la honestidad, los valores y, sobre todo, que prioriza el interés superior de niñas, niños y adolescentes, pues sea una realidad.
Eso que acabo de leer es, textualmente, nuestro Artículo 3º: maravilloso; muy poco concretizado en el día de miles, miles de estudiantes que están hoy, ahorita mismo, en este momento, en algún aula, recibir, no nada más información, sino también educación, educación en paz, educación para la democracia, educación para la convivencia.
Además, el hecho de que la segunda parte del libro concentre propuestas de prácticas educativas desde el juego -como herramienta de integración-, el uso del lenguaje para la inclusión, el uso del espacio para el cuidado del medio ambiente, pedagogías artísticas, la utilización de medios digitales -como una vía educativa-, la escolarización fuera de la escuela, principios de integración de las personas intersex y la figura de la consejería en la escuela -tal como refiere el texto-, muestra -algo así como el dicho popular de- el mal, el remedio y el trapito.
Muchas de las preocupaciones expresadas por docentes, respecto a la falta de comprensión y la necesidad de atención hacia las demandas por baños neutros, el uso de lenguaje inclusivo, la comprensión y respeto de la diversidad sexogenérica en las y los niños, entre otras, son atendidos de manera empática para quien está abierta a leer con atención estos textos.
El hecho de que el propio libro incluya en sus páginas el Protocolo de Actuación para espacios escolares en caso de infancias y adolescencias trans y no binarias (2023) por la Asociación por las Infancias Transgénero (publicado en 2019, actualización en 2021 y reeditado en 2023) representa, no solo la didáctica de los temas involucrados, sino también la guía para poner en práctica obligaciones específicas para la prevención de la discriminación.
En ese sentido, es un acierto que discusiones teóricas complejas y ajenas para muchas personas y comunidades, como la separación de conceptos como sexo y género -fundamentales para el desarrollo de las críticas posteriores a los sistemas opresivos- sean abordadas con motivo de la narración de experiencias personales, como la fila binaria de la escuela (Daniela Núñez), la construcción de masculinidad y femineidad promovidas en las escuelas; el uniforme y su caracterización, como herramienta de adoctrinamiento de género y de reproducción social de ese sistema.
Los textos aportan elementos para ponderar el resultado de una discriminación inicial múltiple, legitimada y reproducida en los ámbitos educativos, que implica la continuidad de esa discriminación en etapas que ya no son formativas; es decir, que persisten a lo largo de la vida. A eso nos refieren los textos de Siobhan Guerrero y de Jennifer Blanco.
Aunado a ello, si observamos los textos que componen el libro, como distribuciones de un enfoque diferencial, la reflexión posterior sería reunir esos enfoques en la acumulación de factores de opresión, para arribar a un análisis interseccional.
Es decir, los textos abordan las principales causas de discriminación estructural, como el racismo (así nos lo señala Andrea Medina), el sexismo y sus derivaciones; y observando cada una en su relevancia, es necesario avanzar hacia la intersección de las categorías de Clase, Racialización y Género, que es preciso desterrar, y para ello es preciso responder.
En nuestro país aún estamos lejos de aplicar las metodologías para la identificación y develación de los sesgos raciales, que las instituciones ejercen hacia las personas; y es necesario develar ese sesgo.
Un aspecto adicional al que arriban los textos, o quizás la reflexión en torno a estos, es la salud mental, punto de llegada de las discriminaciones, y punto de partida que debe de impulsar el actuar comunitario para procurar el desarrollo y bienestar individual y social, como nos lo plantea Adri Percástegui.
En ese sentido, este libro es una aportación muy relevante para la promoción de la salud, no en la mirada tradicional, que entiende la salud como la ausencia de enfermedad; sino que entiende la salud como el mayor nivel de bienestar posible de las personas.
Quisiera señalar otro aspecto muy valioso de este libro, y es la multidisciplinariedad aportada por las, los y les autores, en tanto en los textos están presentes miradas jurídicas, sociológicas de las ciencias; las miradas filosóficas, de las infancias, medioambientales, de estudios de la discapacidad… Y anda por ahí Laura Bermejo… Desde la pedagogía crítica, y de la niñez, entre otras.
Es preciso mencionar que en el libro se da espacio para visibilizar un aspecto especialmente invisibilizado en las sociedades; y me refiero a la intersexualidad.
El texto aborda la importancia de reconocer y respetar las experiencias de las personas intersexuales, desafiando las perspectivas médica y social, que buscan la clasificación binaria de los cuerpos.
Se señala la necesidad de abrir nuevos caminos para las personas intersexuales, tanto en la infancia como en la adultez, promoviendo la aceptación y la inclusión en la sociedad.
Se señala que la que la intersexualidad no es un tercer sexo ni una orientación sexual, sino una variación biológica en las características sexuales. Esto contribuye a aportar información confiable en una sociedad que ignora esta variación, y sobre la que recaen importantes y tortuosas intervenciones, tal como nos lo señalan Eva Alcántara, Laura Inter y Érika García-Morales.
¿Qué herramientas son consideradas y propuestas para la transformación cultural de las sociedades y comunidades escolares, que alojan a las personas en etapas formativas determinantes o, al menos, de gran influencia en su experiencia vital?
En primer lugar, el lenguaje como representación de una concepción del mundo y su uso como herramienta política de cambio y transformación.
El texto de Alejandra Spinetti teje sobre la compleja relación entre el lenguaje y la representación del mundo, destacando cómo el uso del lenguaje puede ser un acto político con implicaciones profundas en la inclusión o exclusión. Su foco está puesto en la comunidad LGBTI+ y las identidades no binarias, señalando cómo la falta de reconocimiento lingüístico puede llevar a la subordinación y discriminación de estos grupos.
Asimismo, se plantea una reflexión sobre el lenguaje y la existencia, ya que nuestra existencia se da por el nombramiento, o si nuestra vida tiene una existencia previa a la categorización lingüística, si no nos nombran, nuestra realidad no existe o, al menos, es anulada constantemente en la sociedad: un tipo de gaslighting colectivo.
Importante esta parte del lenguaje, porque es una discusión que conlleva hasta memes y burlas y denostaciones; y es una lucha frontal contra el formalismo, contra quien -desde una Real…(no sé por qué es Real), y Academia (no sé por qué Academia), sé lo de la Lengua…- se atribuye el hecho de no entender que el proceso lingüístico es un proceso social, cambiante, transformador, y que ninguno de nosotros, lo que nos decimos ahora ‘hablar español, castellano’, o como queramos -yo hablo mexicano-, no nos podrían entender en el siglo XV o en el siglo XVI, o nosotros no entenderíamos lo que ellos dicen, tampoco.
Una segunda herramienta propuesta, es el juego.
Andrés Treviño aborda la relación entre el juego infantil y la violencia cultural, destacando cómo algunas prácticas en el juego pueden perpetuar normas de género y roles sociales desiguales. Parte de la definición del juego como una actividad libre, inútil y transformadora, contrastándola con la educación escolar, vista como coactiva, útil y reproductiva.
Se señala que, aunque el juego pueda ser libre y transformador, también reproduce y transmite cultura.
El texto es rico en ilustrar situaciones de violencia directa durante el juego, como comentarios sexistas o discriminatorios hacia quienes no se ajustan a los roles de género esperados, por lo que se plantea la posibilidad de que el juego pueda ser un camino hacia la Inclusión y la Igualdad, si se promueven valores de derechos humanos de manera consciente, a través de él.
Es importante la referencia del texto, por tanto, hacia movimientos que han nombrado como ideología de género al ánimo de alcanzar una educación inclusiva, y que con ello desvían la atención de los derechos que deben respetarse, garantizarse, protegerse y promoverse, como el juego.
Otros recursos, como el socioambiental, de difusión de información en redes seguras, la ternura radical y la implementación de las consejerías u orientaciones en las escuelas, tal como lo está recomendando la Sentencia de Paola Guzmán vs. Ecuador.
Como verán, les espera un libro rico en información, rico en provocaciones, rico en construcción de propuestas.
Aquí, lo importante será que no se quede nada más en nosotros, sino que podamos hacerlo realidad en la escuela, en las que conozcamos; por maestros, con los que tengamos contacto y apertura.
Tengan por seguro que, el contacto que la Comisión tiene con miles de estudiantes y cientos de maestros, van a ver ahí, en ellos y en lo que a nosotros nos toca, un elemento de difusión de lo que este libro nos está planteando y, naturalmente, apoya las labores de educación en derechos humanos que hacemos desde la CDHCM.
Voy a concluir con la frase inicial de quien, básicamente, nos tiene aquí, y es nuestro querido Dante Tirado: Reflexiones sobre los sistemas de opresión que habitan nuestras aulas y posibles antídotos.
Disfrútenlo.