Discurso 14/2024
23 de septiembre de 2024
Las paredes murmuran la verdad
que con su aliento de aerosol
exhala en todo tiempo la ciudad.
Sobre la desnudez de sus muros
la gente graba dejando tatuados
en su blancura los pensamientos.
Son libros siempre abiertos
a la mirada fugaz que al pasar
le arranca hojas como el viento.
Se quedan un instante en la retina
inscripciones sobre amor, guerra
y las elecciones que se avecinan.
Detrás de los muros de la ciudad,
esos lomos que hemos de marcar
para demostrar que es nuestra.
Y debajo de su piel de cemento
late un corazón de animal,
que sabe bien lo que siento.
De Malena Márquez (Uruguay). Sin título.
Buenos días a todas, todos y todes, bienvenidas a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
Saludo a quienes se encuentran presentes el día de hoy, con motivo de la presentación de la Recomendación 12/2024, sobre el Derecho Humano a la cultura de los barrios, en su relación con el Derecho a la Ciudad; y a quienes nos siguen en redes sociales.
Doy la bienvenida especialmente a los vecinos y vecinas que se encuentran aquí presentes, de la Alcaldía Cuauhtémoc; así como a Arlen Rodríguez Sedano, peticionaria en el expediente de queja que motivó la investigación de los hechos; a las personas habitantes de la Unidad Habitacional Plan Tepito, de los conjuntos La Fortaleza y Los Palomares; a integrantes del colectivo Tepito Zona de Arte; Joel García y el equipo de sonideros del Kisoco Morisco; y al licenciado Jesús Galindo Calderón (encargado del despacho de la Dirección General del Instituto de la Defensa de los Derechos Culturales de la Ciudad de México).
Extiendo la bienvenida y los saludos, a quienes nos acompañan aquí.
Tepito es un barrio icónico de la Ciudad de México, cuya historia se remonta a la época prehispánica. Tanto tiempo ha macerado ese territorio, que está plagado de tradición e identidad.
El Barrio de Tepito se encuentra ubicado dentro de la colonia Morelos. Sin embargo, su influencia alcanza a otras zonas como La Lagunilla, Garibaldi y la colonia Guerrero.
Consta de, por lo menos, tres barrios, todos delimitados y caracterizados por su respectiva capilla, como punto de referencia: Santa Ana Atenantitech-Peralvillo, La Concepción Tequipeuhcan y San Francisco Tepito. Su nombre deriva de teocal-tepiton que significa ‘pequeño templo’.
El Barrio fue la frontera entre las ciudades de Tenochtitlán y Tlatelolco, de la que era parte; y después de la llegada de los españoles, fue gestionado por una mayoría de población indígena. Con el tiempo alojó a una población obrera y perfilada por el comercio. Una característica fue la marginalización urbana y social de la población.
A pesar de ello, o quizás con motivo de eso, Tepito se ha erigido con una identidad propia, con un arraigo particular que no caracteriza a la mayor parte de la población chilanga.
Ernesto Aréchiga Córdova comenta que los barrios conforman espacios donde la vida urbana asume caracteres propios y adopta rasgos particulares que posibilitan la emergencia de identidades diferenciadas y que son una clara muestra de la experiencia múltiple de habitar la Ciudad.
A finales de los años 70 y la continuación de la siguiente década, surgió una forma de resistencia gráfica frente a la política gubernamental llamada Plan Tepito, que tuvo por objetivo fomentar su desarrollo social, urbano y económico. Sin embargo, no se realizó en conjunto con la población que ahí habitaba, por lo que tuvo un arraigo antipopular.
La propuesta social revivió el desarrollo del muralismo local y colectivo. El trabajo que realizó Tepito Arte Acá, con la intención de fungir como una contrapropuesta a la segregación que la zona vivía en la época se sumó a dicha resistencia.
Ese fue el contexto en el que Daniel Manrique realizó el mural denominado Los Niños, plasmado en la Unidad Habitacional conocida como Los Palomares, en la Alcaldía Cuauhtémoc.
Así como se cuenta la historia del desarrollo de la expresión muralística en el Barrio de Tepito, con sus variados murales, podría contarse la historia de muchas otras expresiones culturales en la Alcaldía, como la Cultura Sonidera y, sin que sea menos importante, para muchos es valorada la identidad gráfica del comercio urbano, que cada día provee desayunos, comidas y cenas –entre otros bienes y servicios- a la población de esta ciudad apresurada.
Todo lo referido y mucho más, forma parte de la cultura local e identitaria particularmente del Barrio de Tepito, y por ende, de la Ciudad de México y su cultura, como Derecho Humano, debe de ser protegida por el Estado, como elemento constitutivo de las personas y las comunidades.
Aunque el contenido del concepto cultura tiene un acento distinto en función de quién o quiénes la enuncian, la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, de 2001, sirvió para establecer un piso mínimo sobre lo que comprendía, estableciendo que la cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social; y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
Ocho años después, el Comité del Sistema de Naciones Unidas que interpreta el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, adoptado por su Asamblea General y que entró en vigor en nuestro país desde 1981, emitió la Observación General No. 21, relativa al derecho de toda persona a participar de la vida cultural.
Todos esos antecedentes cobraron más fuerza en 2011, cuando con motivo de la Reforma Constitucional en materia de Derechos Humanos, pasaron a formar parte de nuestro Bloque Constitucional, es decir, en nuestro estándar nacional del Derecho.
Con el tiempo, la Relatoría Especial sobre los Derechos Culturales de la ONU ha emitido informes, que son referentes necesarios en la evolución del derecho a la cultura y las obligaciones del Estado para respetarlo, garantizarlo, promoverlo y protegerlo.
Dos ejemplos de ello, que significan referentes útiles para el tema que nos ocupa, son el Informe 2019, sobre la importancia de los espacios públicos para el ejercicio de los derechos culturales y los problemas que deben resolverse para que todas las personas puedan acceder a dichos espacios y disfrutar de ellos.
El documento señala las formas en que el respeto por los derechos culturales contribuye a la creación de espacios públicos vibrantes, significativos y accesibles, para lo cual es necesario el fomento de la exhibición de obras de arte en espacios públicos y de establecer comités públicos de arte, integrados por artistas, diseñadores urbanos y habitantes que cuenten con normas claras.
Por su parte, en su Informe 2022, sobre los derechos culturales como un programa empoderante, la Relatoría Especial enfatiza el hecho de que la cultura es mucho más que la suma de productos: es un proceso y estilo de vida que impregna todos los ámbitos de ésta y es esencial para la experiencia humana, pues las personas asignamos un significado a la existencia y comprensión del entorno, tanto individual como colectivo.
Por ello, señala que las autoridades de todos los niveles tienen la obligación de garantizar el carácter colectivo y participativo de los espacios públicos urbanos.
En ese sentido, ha insistido en que los recursos y experiencias culturales son la forma en que construimos nuestra identidad, nuestra conciencia propia y nuestro lugar en el mundo, y que la concepción gradual de la cultura como forma de vida, ha dado lugar a una reconfiguración democrática de los derechos culturales, en la que el énfasis se ha trasladado de la idea de belleza hacia expresiones cotidianas de la identidad.
Es decir que, el reconocimiento y protección de los derechos culturales como una herramienta de afirmación de la propia identidad y como un medio de empoderamiento.
Por ello, y la relevancia de su protección, ese mecanismo ha invitado recientemente a la reflexión sobre la importancia de implementar formas alternativas de reparación colectiva a los daños culturales materiales e inmateriales.
El instrumento recomendatorio que se presenta el día de hoy es el primero en su tipo, emitido de forma posterior a la promulgación de la Constitución Política de la Ciudad, en 2017, y la Ley Orgánica de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Su eje es el Derecho a la Cultura y constituye una oportunidad para la ponderación del contenido específico y del sentido de ese derecho para los barrios de esta Ciudad.
Es importante resaltar también, que este instrumento recomendatorio se caracteriza por determinar como víctima estructural al Barrio de Tepito, y que determina una Reparación colectiva del daño, a diferencia de otras Recomendaciones de su tipo que, por lo general, determinan afectaciones individuales.
Esto es así, en tanto la cultura no es resultado de la generación espontánea ni de la individualidad, sino de la herencia generacional. De la misma forma, el beneficio de las creaciones que se ostentan públicamente benefician a una comunidad.
Por tanto, no debe ni puede ser unilateral e injustificadamente eliminada, como en este caso aconteció con la decisión de eliminar un mural del artista Daniel Manrique y los murales realizados en homenaje a Mayra Valenzuela y Lourdes Ruiz.
Esta Comisión recibió diversas quejas por posibles violaciones a derechos humanos de tipo culturales, al haber sido eliminados, por ejemplo, murales en otros espacios públicos, como mercados; o como ocurrió con la restricción de otras expresiones artísticas, como las desarrolladas por los sonideros; o las plasmadas en rótulos de puestos de personas comerciantes, representativos, no sólo de su giro comercial, sino especialmente de su sentido de identidad y pertenencia únicos. Todo ello, por la implementación del plan de desarrollo urbano asociado a conceptos dogmáticos de orden y limpieza.
Por ello, resulta de la mayor relevancia difundir ampliamente que la erradicación de esas expresiones culturales como parte de una política gubernamental es violatoria de la identidad y cultura de las personas.
En razón de lo anterior y, con base en los hechos documentados por la Tercera Visitaduría General de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, se dirige la Recomendación 12/2024, a la Alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, en su calidad de autoridad responsable y establece como puntos recomendatorios, los siguientes:
PRIMERO. La autoridad responsable ofrecerá una disculpa pública a las vecinas y los vecinos del Barrio de Tepito por la eliminación del mural Los Niños y las expresiones culturales referidas en este instrumento que se encontraban en la Unidad Habitacional Plan Tepito (La Fortaleza y los Palomares).
SEGUNDO. La Alcaldía difundirá, por vías comunitarias, el reconocimiento de los hechos victimizantes y su compromiso con el respeto y garantía del derecho humano a la cultura del Barrio de Tepito. Asimismo diseñará un proyecto cultural para la realización de un mural u otras expresiones artísticas gráficas en un espacio público que deberá contar con la consulta previa de la comunidad.
TERCERO. El órgano político administrativo responsable dará vista al Órgano Interno de Control para que se investigue la eliminación del mural Los Niños y de las expresiones culturales referidas en este instrumento, así como por la eliminación del mural Mujer en diálogo con el progreso, antes ubicado en el Mercado Juárez; por la eliminación de los rótulos gráficos de los puestos fijos y la restricción de las actividades culturales de los sonideros en el Kiosco Morisco.
CUARTO. La autoridad responsable realizará un proceso de consulta vecinal para conocer su opinión respecto del restablecimiento de los colores originales con que se encontraban pintados los edificios de los conjuntos La Fortaleza y Los Palomares. En caso favorable, restituirá los colores tradicionales de los edificios y áreas comunes.
QUINTO. Emitirá los lineamientos a que deberán sujetarse los programas que impliquen la realización de obras de mejoramiento, remodelación o reconstrucción, en espacios públicos o privados dentro de esa demarcación, en los que existan pinturas, murales o cualesquiera otras expresiones artísticas o culturales, garantizando información previa al inicio de los trabajos, el consentimiento de las personas interesadas y la preservación del patrimonio cultural material e inmaterial. Los lineamientos serán publicados en la Gaceta Oficial.
SEXTO. La Alcaldía realizará un curso de capacitación para personas servidoras públicas sobre el Derecho Humano a la Cultura y las obligaciones para protegerlo, promoverlo, respetarlo y garantizarlo. También emitirá una circular para comunicarles los hechos que motivaron el presente pronunciamiento y su compromiso institucional de repetir hechos similares.
Agradezco al personal de la Comisión, bajo la dirección de la Tercera Visitaduría General, que llevó a cabo la investigación y determinación de las violaciones a derechos humanos que motivan la presente Recomendación, así como al personal de la Dirección de Quejas y Atención Integral por el acompañamiento brindado en el presente caso.
Asimismo, agradezco las aportaciones vertidas por parte de otros equipos de trabajo de este Organismo Público, tales como la Secretaría Ejecutiva y la Dirección Ejecutiva de Seguimiento; a la Dirección Ejecutiva de Promoción y Agendas en Derechos Humanos y a la Dirección General de Administración, por su trabajo para la presentación de esta Recomendación.
De manera especial, quiero agradecer a Arlen Rodríguez Sedano, por la confianza depositada en la Comisión para la atención de su caso.
Desde este momento, esta Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México le dará seguimiento a la aceptación y al cumplimiento de los puntos recomendatorios.