Boletín 45/2025
24 de mayo de 2025
La pandemia por COVID 19 dejó lecciones importantes, entre ellas el reconocimiento de que ningún país, por muy poderoso que sea, puede enfrentar una crisis sanitaria mundial por su cuenta. El aprendizaje derivó del fracaso en la respuesta colectiva ante la emergencia global, lo que tuvo y sigue teniendo consecuencias tangibles y diferenciadas en las poblaciones.
El reconocimiento de lo anterior llevó a un Grupo de Trabajo Intergubernamental a presentar, el pasado 20 de mayo, durante la 78ª Asamblea Mundial de la Salud, el Acuerdo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre Pandemias, resultado de tres años de negociaciones entre Estados miembros. El Acuerdo fue aprobado por consenso y tiene como objetivo fortalecer la prevención, preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias a nivel global y constituye un instrumento de cumplimiento obligatorio.
El instrumento estará abierto a la firma de todos los Estados y organizaciones de integración económica regional, como lo es la CEPAL en la región americana. Asimismo, se deberá constituir de manera sólida la Conferencia de Partes que será la encargada de la coordinación para la gobernanza, así como el Mecanismo de Financiamiento Sostenible.
Es significativo visibilizar que tanto la equidad como la solidaridad entre las naciones son principios rectores del Acuerdo que persigue la protección de la población, la contención de los impactos diferenciados de las emergencias resultado de la discriminación estructural y la de la deuda vigente del colonialismo que caracteriza la relación entre el Norte y Sur globales, en donde se encuentran los 135 países de ingreso bajo y medio que albergan al 84% de la población mundial.
Consecuente con lo anterior, el Acuerdo establece el compromiso de promover la transferencia de tecnología y conocimientos especializados para favorecer su autosuficiencia en la producción de vacunas, diagnósticos y tratamientos, implicando la creación de un sistema para el intercambio rápido de patógenos con potencial pandémico, asegurando la participación justa en los beneficios derivados de ese intercambio, y desarrollo en el Sur Global, promoviendo su inclusión ética y activa en los ensayos clínicos y la generación de conocimiento.
Para la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), es importante hacer un llamado para motivar la adhesión de más Estados al Acuerdo, así como a sostener su participación activa y propositiva durante las etapas de su implementación. Adicionalmente, insiste en la relevancia que tiene la regulación del sector privado, principalmente el de tecnología, innovación en salud y farmacéutico, de modo que promueva la conciliación entre los intereses comerciales y los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, sobre todo en los contextos de emergencia sanitaria y humanitaria.
En suma, esta Comisión considera que el éxito de la iniciativa global dependerá de la forma en que se aborden las profundas desigualdades existentes entre países en términos de infraestructura, gobernanza y salud pública, a partir del reconocimiento de que solo de manera colectiva y horizontal pueden sortearse los eventos que amenazan la vida tal como la conocemos.
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